Hace 200 años se redactó en Veracruz uno de los documentos que constituyeron la transición del gobierno monárquico al gobierno republicano y que además puso en discusión la pregunta ¿en quién recae la soberanía nacional? Se trata del Plan Casa Mata, firmado el 1 de febrero de 1823.
“El escenario político era extraordinariamente complejo en los primeros años del México Independiente, si bien se ganó experiencia entre 1808 y 1821 en el ejercicio de las prácticas políticas y de un nuevo lenguaje político, ese momento fue una etapa de transformación”, señala el historiador David Guerrero.
El investigador del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM) recuerda que la Consumación de la Independencia tuvo como sustento dos documentos: el Plan de Iguala (24 de febrero de 1821) y los Tratados de Córdoba (24 de agosto de 1821).
El Plan de Iguala llamó a todas las personas a unirse a una misma causa: declarar la Independencia y ofreció garantías a todos los habitantes, añade Guerrero.
“Prometía que los servidores conservarían sus puestos, al igual que los jefes del ejército, nadie sería molestado en su persona, todos serían considerados ciudadanos incluyendo a los extranjeros y quien tuviera a bien adoptar la nacionalidad mexicana”, detalla.
Respecto a los Tratados de Córdoba, el historiador recordó que refieren a Juan O’Donojú como el último jefe político superior de la Nueva España para reconocer, en nombre del gobierno español, la Independencia del país.
Sin embargo todo se complicó en 1822 cuando las cortes españolas desconocieron la Independencia.
“Uno de los grandes debates en ese momento fue ¿quién tiene la representación de la soberanía nacional? En el antiguo régimen, el monárquico español, el rey era el soberano ya que sobre su persona estaba encarnada la soberanía española con facultades para legislar impartir, justicia y ejercer el poder ejecutivo”, explica el historiador.
Pero el Congreso instaurado señalaba que la soberanía residía en ellos porque fueron elegidos por el pueblo.
“Agustín de Iturbide decía que la soberanía residía en su persona, como si fuera el rey del antiguo régimen, entonces esa soberanía la cedía al Congreso para que fungiera sus funciones”, indica.
Llegaron a tal grado las controversias y diferencias entre el Congreso y el Poder Ejecutivo que el 31 de octubre de 1822 Iturbide disolvió el Congreso. “Prácticamente dio un golpe de Estado”, señala el experto.
SANTA ANNA E INSURGENTES
En diciembre de 1822, Antonio López de Santa Ana –que era comandante militar y gobernador de Veracruz– se pronunció contra Iturbide.
“Ese pronunciamiento se formalizó con el Plan de Veracruz, antecedente del Plan Casa Mata, el 6 de diciembre de 1822 y fue redactado por un enemigo de Santa Anna: Miguel Santa María, quien señaló que Iturbide no tenía ninguna base de legitimidad y llamó a restituir el Congreso”, explica David Guerrero.
Santa Anna añadió párrafos conciliatorios señalando que se respetaría la vida, la propiedad y los derechos de todos los ciudadanos que se adhirieran al plan. Este documento fue secundado por Guadalupe Victoria, Vicente Guerrero y Nicolás Bravo.
“Iturbide envió al ejército, al mando de José Antonio Echávarri, y llegó a Veracruz, dialogó con Santa Anna y se puso de acuerdo para lanzar un nuevo plan: el Plan de Casa Mata. Es decir, el jefe del ejército enviado para reprimir a los rebeldes, dialogó con ellos”, narra el historiador.
El Plan de Casa Mata convocaba a nuevas elecciones para un nuevo Congreso, no restituir el que estaba, como señalaba el Plan Veracruz, y pidió respeto a la figura del emperador. “Es un documento conciliador”, asevera.
Iturbide renunció a la Corona de México el 19 de marzo de 1823 y se creó un triunvirato formado por Nicolás Bravo, Pedro Celestino Negrete y Guadalupe Victoria. Después se formó un Congreso que definió la forma de gobierno republicana y dio pie a la promulgación del acta constitutiva de la Federación Mexicana.
Plan Casa Mata en el AGN
David Guerrero resalta que tras la Independencia la formación de un estado y de un gobierno mexicano no fue un asunto fácil porque los diferentes grupos que existían en la sociedad aportaron sus mejores ideas, opiniones y representaciones pero también entraron en conflicto.
Actualmente el Plan Casa Mata se conserva bajo resguardo del Archivo General de la Nación.
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