Que los artistas tengan empleos continuos y no a través de becas o beneficios ocasionales, que tengan acceso a ofertas laborales con seguridad social para que el disfrute de la cultura en la Ciudad de México no se sustente en la explotación de dicho gremio. Ésa fue una de las demandas que expresaron artistas, diputados y académicos en el Foro de Consulta Pública “Ciudad y Derechos Culturales”.
En ese foro celebrado la tarde del lunes y encabezado por Claudia Curiel de Icaza, secretaria de Cultura de la Ciudad de México, también se planteó la urgencia de que las 16 alcaldías transparenten los recursos aplicados a cultura y que los conciertos masivos incluyan música clásica y otras expresiones artísticas.
Además, se comentó que desde el Congreso de la Ciudad de México se trabaja en la elaboración del reglamento de la Ley de Espacios Culturales Independientes aprobada en 2020 y en la modificación de la Ley de Espectáculos Públicos.
La diputada Ana Francis Mor detalló que trabajan en “una nueva Ley de Espectáculos Públicos porque la Ley que está tiene un montón de deficiencias, además esa Ley tiene una parte que quién sabe para quién trabaja pero seguro no trabaja para las manifestaciones culturales más desprotegidas”.
La también artista comentó que es indispensable dar certeza jurídica al arte en las calles. “Ni siquiera el Grupo Firme podría tocar porque no se puede, no está en la Ley. Que los artistas callejeros no tengan certeza jurídica implica que están a la buena de Dios con las alcaldías y las autoridades pagando piso y eso hay que eliminar pronto”.
Francis Mor reconoció que la Ciudad de México tiene una cultura impresionante construida, en buena parte, sobre la explotación de sus artistas. “El 37 por ciento de los artistas de la Ciudad de México gana menos de 12 mil pesos, a nivel nacional la cifra es del 80 por ciento”, dijo.
Trabajar al sombrero es un buen negocio en cualquier lugar del mundo y si se paga un permiso coherente a la alcaldía está bien, pero la gran pregunta es ¿un artista que trabaja al sombrero en el Centro de la Ciudad de México le alcanza para rentar un departamento en el Centro de la Ciudad de México?, cuestionó la diputada.
“La respuesta es no. El plan tendrá que incluir vivienda a precios lógicos en venta y renta, no solamente para los artistas que son los freelanceros per se sino para todas aquellas personas que freelancearán su vida entera y ahí tiene que ver con un plan de vivienda de interés social”, indicó.
La diputada también mencionó que la mayor parte del dinero de cultura para la Ciudad de México no está en la Secretaría de Cultura local, está en las alcaldías y nadie sabe cómo se maneja.
“Apenas acabamos de aprobar en el Congreso de la CDMX una iniciativa para que las personas encargadas de cultura en las alcaldías sepan de cultura, personas especializadas en cultura. Es un misterio en qué gastan en cultura, por ejemplo, la alcaldía de Cuauhtémoc su presupuesto de cultura es cero, entonces si hace cosas de cultura quién sabe de dónde sale el dinero”, dijo.
En el foro participó Humberto Musacchio, periodista y miembro del Consejo Asesor de Cultura, quien advirtió la urgencia de mejorar las condiciones laborales de artistas.
“Resulta ingenuo suponer que artistas e intelectuales tienen un buen nivel de ingresos, cuando lo cierto es que la abrumadora mayoría de ellos sobrevive apenas con lo indispensable”, señaló.
Hay creadores e intérpretes que trabajan de manera regular para ciertas instituciones, añadió. “Precisamente porque su trabajo no es ocasional ni estacional resulta indispensable otorgarles definitividad en el empleo, lo que puede conseguirse con un plan bien pensado para ejecutarse en varios ejercicios fiscales”.
Musacchio dijo que la mayoría de creadores financian su actividad principal mediante empleos remunerados pero ajenos a la creación, “de ahí que resulte necesario brindar seguridad social a intelectuales y artistas que laboran por su cuenta, lo que puede hacer el gobierno capitalino mediante acuerdos con el Seguro Social”.
El también escritor propuso que el sistema educativo podría contribuir a la sensibilización de los alumnos de primaria y secundaria hacia una educación musical.
“En una ciudad victimizada por el ruido incontrolable y la música comercial que gran parte carece de mérito artístico pero se dispone del Zócalo para beneficio fiscal de las empresas que manejan a esos intérpretes comerciales y a ellos mismos, con lo cual el gobierno capitalino se priva de considerables sumas que podrían destinar a impulsar una música mejor”, expresa.
Una buena educación musical aconseja llevar al Zócalo y a diversos espacios la Orquesta Filarmónica de la Ciudad, lo mismo que a otros conjuntos sinfónicos o de cámara, añadió.
“Actualmente nuestros intérpretes de bel canto deben migrar al extranjero en busca de oportunidades que le niega su patria, abrir a esos cantantes el Zócalo y otros escenarios permitiría arraigarlos e incluso ofrecer funciones de ópera a un público que por razones económicas no tiene acceso a ese espectáculo”, dijo.
Sobre la protección del patrimonio, Musacchio llamó a reglamentar las condiciones en que puede destruirse un inmueble histórico. “Requerimos normas que impidan la desaparición o modificación de inmuebles insustituibles de lo cual hay casos abundantes porque la legislación en su estado actual propicia que triunfe el poder del dinero sobre el interés colectivo”.
En ese sentido, destacó que la capital cuenta con innumerables espacios que son o pueden ser aptos para ofrecer conciertos, cine, representaciones teatrales o funciones de danza clásica o popular
“Sin embargo, no contamos con un censo actualizado de todos los teatros, auditorios y salones adecuados para funciones artísticas, conferencias y otras actividades culturales, no sabemos dónde están, de qué cupo disponen o qué características tienen”.
El ensayista recordó que debería ser impostergable aplicar la Ley de Espacios Culturales Independientes, aprobada y promulgada en noviembre de 2020 pero que sigue sin cobrar vigencia porque carece de reglamentación.
Al respecto, Indalí Pardillo, presidenta de la Comisión de Derechos Culturales del Congreso de la Ciudad de México, aclaró que ese reglamento se encuentra en elaboración ya que la Ley de Espacios Culturales Independientes se contrapone con algunos artículos de la Ley Mercantil.
La diputada propuso una mayor participación de las alcaldías en temas de cultura, la formación de archivos históricos en las 16 demarcaciones y que las ferias del libro se realicen en otras alcaldías y no únicamente en el centro de la ciudad.
El Foro de Consulta Pública “Ciudad y Derechos Culturales” será una base para construir el Plan General de Desarrollo de la Ciudad de México 2022-2040 y el Programa General de Ordenamiento Territorial.
Las propuestas que la ciudadanía tenga para ambos programas se pueden realizar con el llenado de Cédula que se puede descargar en el portal de Plaza Pública (https://plazapublica.cdmx.gob.mx/processes/PGD-PGOT) y del Instituto de Planeación Democrática y Prospectiva (https://www.ipdp.cdmx.gob.mx/).
En el foro también se formalizó la figura del Consejo Asesor de Cultura y se instaló el Sistema de Fomento y Desarrollo Cultural, que representa el máximo órgano deliberativo y consultivo de Secretaría de Cultura capitalina para la redefinición de la política cultural, conformado por representantes del Gobierno Federal, del Gobierno local e integrantes de la comunidad artística.
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