Con su escritura y dirección, sumado al sólido elenco, Valentina Garibay ha conseguido, en “Grozni”, la articulación de un cuerpo escénico potente que, sin miedo, encara la destrucción humana.
Valentina, a quien conocemos por su trabajo actoral, siempre de movimiento profundo y fuerte; bueno, ahora es a través de su escritura y, por primera vez, de su dirección escénica, que ese ímpetu creativo admirable se extiende. Parafraseando su guion, con esta puesta en escena “Defiende el derecho a cagarse en Dios”, la política y la familia.
Asombrada por una nota periodística en la que se describe la embestida a martillazos de un desconocido a un hombre checheno refugiado en un país de la Unión Europea, mientras dormía, en medio del altercado el hombre agredido prendió su teléfono celular y transmitió el suceso por Instagram Live.
La autora se documenta y estudia el contexto bélico de la capital de Chechenia, Grozni, y basándose en otras tres historias periodísticas, escribe “Grozni”, siendo el suceso narrado la inspiración para el combate escénico, que aparece como primera narrativa en la obra.
A lo largo de toda la propuesta escénica, las espectadoras (es) tenemos los ojos bien abiertos, quizá a manera de alerta ante los martillazos, balazos, explosiones y, sobre todo, cuerpos beligerantes narradores de este teatro documental.
En una escena breve Valentina Garibay, y durante toda la obra, Richard Viqueira, Pilar Ixquic Mata y Rodrigo Alonso Miranda, elenco de la obra, son una experiencia formidable para quienes presenciamos la propuesta. Consiguen, con verosimilitud y gracia, el acento extranjero requerido para adentrarnos a un país lejano geográficamente y más cerca de lo que hemos pensando cuando de violencia se habla.
“GROZNI”
Dramaturgia y dirección: Valentina Garibay
Elenco: Richard Viqueira, Pilar Ixquic Mata y Rodrigo Alonso Miranda y Valentina Garibay.
Diseño e iluminación: Richard Viqueira
COORDENADAS
Culminó temporada el viernes pasado.
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