Las tres cúpulas que tiene el Palacio de Bellas Artes presentan desprendimiento, desfases y fracturas de cerámica, así como pérdida y separaciones de láminas de cobre, problemas que generan filtraciones de agua al interior del recinto cultural más importante del país.
Así lo detalla el informe sobre los daños y labores de restauración que necesita realizar la Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Bellas Artes. Dicho informe no fue realizado por el Centro Nacional Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam), sino por un despacho particular: Norma Laguna y Asociados.
El informe que se titula “Trabajos de restauración integral en la semicúpula poniente y mantenimiento de la cúpula central y semicúpula oriente / del año 2021” destaca que las condiciones climáticas hacen necesaria la estabilización de las cúpulas.
“Se considera que la última restauración fue eficiente para la conservación de la cúpula central y semicúpula oriente pero dadas las características climáticas y de contaminación de la Ciudad de México, las vibraciones y movimientos de la estructura, y la imposibilidad de llevar a cabo el mantenimiento permanente, se observan algunas zonas inestables”, precisa.
Esas observaciones son: “desprendimiento, desfases o fracturas de piezas de cerámica; pérdida de juntas y del sellado entre la lámina de cobre y los demás materiales, lo que deriva en filtraciones de agua pluvial con el consiguiente escurrimiento hacia el espacio interior”.
Sobre la más reciente estabilización, el informe en poder de Crónica detalla que se realizó en 2011, “cuando se llevaron a cabo trabajos de conservación y restauración por el exterior e interior de la cúpula central y semicúpula oriente”.
DIAGNÓSTICO.
Para entender cómo se conforman las cúpulas, el despacho Norma Laguna y Asociados detalla que el proyecto inicial de la construcción del Palacio de Bellas Artes estuvo a cargo del arquitecto Adamo Boari, quien diseñó un Gran Hall o vestíbulo interior a manera de transición entre el exterior y la sala principal.
“La cubierta del Gran Hall fue diseñada con una cúpula central de base elíptica y dos semicúpulas laterales, todas fabricadas a partir de nervaduras metálicas”, es decir, las nervaduras son los nervios o molduras que sostienen la cúpula central.
Después, narra el informe, el arquitecto Federico Mariscal concluyó la cúpula central y las semicúpulas laterales con el sistema Roebling, esto es: una base de metal desplegada y membrana de concreto de 5 centímetros de espesor recubierta con cerámica policromada.
“Las zonas que son traslúcidas se construyeron a partir de una losa de concreto con incrustaciones de vidrio (vitroblocks) y las nervaduras fueron revestidas con lámina de cobre”, detalla.
Es decir, la cúpula central presenta fisuras y pérdida parcial del material que une sus acabados de cerámica policromada y pérdida de la lámina de cobre que cubre “los nervios” metálicos que soportan la cúpula. Además, las zonas traslúcidas presentan suciedad y deformaciones. Las consecuencias: que el agua de lluvia se filtre.
Sobre la semicúpula poniente el informe señala que “no fue atendida” en 2011 y resaltan que en su interior “no existe algún acabado o plafón por lo que es posible observar los diferentes escurrimientos que se presentan, lo cual afecta la conservación e imagen general del monumento”.
Por ello, el despacho propone “limpieza de todos los elementos existentes, el retiro de las piezas de cerámica que se encuentren en mal estado”.
“Se dará especial atención a las pendientes, chaflanes e impermeabilización en las zonas bajas destinadas a la captación y conducción de agua pluvial, así como al sellado entre los elementos hechos con la lámina de cobre donde se aplicará la soldadura necesaria”, detalla.
El informe también sugiere sellar las juntas entre la lámina de cobre, la superficie de cerámica y los muros adyacentes recubiertos de mármol, y colocar un plafón de Tablaroca.
¿En qué van los trabajos?
El pasado 2 de febrero, Alejandra Frausto, secretaria de Cultura; y Lucina Jiménez, directora del INBA, informaron en Twitter que se realizaban trabajos en las cúpulas del Palacio de Bellas Artes sin dar detalle de quiénes trabajaban en ello.
El informe de Norma Laguna y Asociados detalla que para la ejecución de los trabajos por el interior y exterior de la cúpula central y semicúpulas laterales es necesaria la instalación de andamios para tránsito, carga y maniobras, “los cuales se instalarán al exterior del edificio desplantando en la plazoleta poniente del Palacio de Bellas Artes”.
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