Cultura

Diluir al INALI en el INPI, es demeritarlo, dice Antonio Flores Farfán

A diferencia de sitios arqueológicos, las lenguas indígenas no dejan ingresos económicos importantes, añade el académico del CIESAS

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El Decenio de las Lenguas Indígenas establecido por la UNESCO irónicamente se lanzó en México, en febrero de 2020, pero hoy se hace todo lo contrario, indica José Antonio Flores Farfán. El Decenio de las Lenguas Indígenas establecido por la UNESCO irónicamente se lanzó en México, en febrero de 2020, pero hoy se hace todo lo contrario, indica José Antonio Flores Farfán. (La Crónica de Hoy)

“Fusionar el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI) al Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) es un golpe simbólico porque el mensaje no es el más positivo a las lenguas y a la diversidad lingüística. Diluir un instituto que se va a integrar como parte de una oficina es demeritarlo”, expresa José Antonio Flores Farfán, investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS).

En opinión del defensor de las lenguas indígenas, la medida de trasladar el INALI al INPI no es adecuada y no llega en el mejor momento."El Decenio de las Lenguas Indígenas establecido por la UNESCO irónicamente se lanzó en México, en febrero de 2020, pero hoy se hace todo lo contrario”, indica.

Flores Farfán señala que las instituciones, en general, como el INALI e INPI son instituciones altamente burocratizadas lo que hace que su trabajo sea “tortuoso”, “lento” y “que no vaya al ritmo de las demandas y necesidades de los pueblos originarios”.

“Por supuesto que todos quisiéramos una mayor integración de las instituciones, que no se duplicaran funciones, que se optimizaran los recursos, que no hubiera corrupción y grupos privilegiados, pero son cosas arraigadas en la cultura mexicana. Desechar eso con una fusión, no creo que vaya ser sencillo”, afirma.

Fusionar al INALI ¿cuánto tiempo va a tomar?, ¿cuánto tiempo tardará la reasignación de recursos?, cuestiona el investigador.

“Además, los recursos del INALI son súper magros: 71 millones de pesos y los presentan con bombo y platillo, eso es absolutamente insuficiente para la envergadura del desafío que enfrentamos de revitalizar, recuperar, ampliar el uso de las lenguas y valorizarlas”, comenta.

Flores Farfán expresa: hasta no ver no creer.

“Cada vez estoy más en descreimiento del gobierno. A nuestro Grupo de Acompañamiento a Lenguas Amenazadas (GALA) nunca nos hicieron caso, más bien fue una cosa muy retórica como creo que lo son estos argumentos que está dando la Secretaría de Cultura en el sentido de que la fusión optimizará los recursos. Quisiera verlo, ojalá así fuera”.

-¿Los recortes que ha tenido el INALI año tras año, se refleja en el ámbito académico?

-Si una institución no tiene presupuesto es como paralizarla, es un gesto simbólico tener una institución como el INALI que, a pesar de tan poco apoyo presupuestal y de la burocracia, ha hecho cosas de valor e interés.

Por ejemplo, nos guste o no, la llamada normalización de las lenguas se ha avanzado en una medida muy mínima si tú quieres pero han sembrado una semilla. A eso deberíamos enfocarnos, a profundizar en esos procesos, a integrar más a la academia.

Lo que ha hecho el INALI no alcanza para las grandes necesidades que tiene este país en términos de diversidad lingüística y cultural; ahora imagínate si se vuelven una oficina, pues mucho menos.

El investigador advierte que quizá la Universidad de Lenguas Indígenas, en proceso de creación, buscará suplir al INALI. “Ahora parece que todo va para ese lado, es un proyecto que tampoco ha sido de lo más estudiado y diseñado con todo lo que podría esperarse para ser una universidad robusta”.

-¿Cómo entender que las lenguas no sólo son para crear literatura?

-A diferencia de los sitios arqueológicos, las lenguas indígenas no dejan ingresos económicos importantes. Si se les quisiera ver como si fueran textiles o zonas arqueológicas no se puede porque son entidades intangibles que pertenecen al uso cotidiano de los pueblos, sin embargo, son un gran acervo de saberes, de valores, de filosofía, a los pueblos indígenas deberíamos estar volteando porque tienen maneras muy inteligentes de habitar el territorio.

“Las lenguas no son accesorios folclóricos ni mucho menos museográficos por más que el estado quisiera verlas de esa manera, las lenguas están en el corazón de la identidad”.

CONSOLIDACIÓN.

En opinión de Flores Farfán el Estado debería inyectar mayores recursos al INALI, darle más capacidades y evaluar por dónde esta institución puede florecer y tener un impacto positivo en la sociedad indígena y no indígena. El trabajo hecho por el INALI, “se invisibilizará con la fusión que se propone”.

“Las autoridades dicen lo contrario, que van a optimizar los recursos porque el INPI tiene los centros coordinadores, una mayor infraestructura, bueno, entonces no necesitan desaparecer al INALI para hacer eso, necesitarían consolidar al INALI y tener una mejor coordinación con el INPI”.

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