Cultura

La estética transformadora del surrealismo llega al Palacio de Bellas Artes

"Sólo lo maravilloso es bello. El surrealismo en diálogo... ", con 298 piezas, es una revisión de los principales temas e ideas del movimiento, así como un diálogo inédito entre el surrealismo europeo y su vertiente mexicana

Vegetales mutantes
Una de las obras de la exposición. Una de las obras de la exposición. (INBAL)

La exposición “Sólo lo maravilloso es bello. El surrealismo en diálogo. Museo Boijmans Van Beuningen – México” muestra la importancia que México le ha dado al surrealismo y la vigencia que aún tiene. Puede visitarse hasta el 2 de octubre en el Museo del Palacio de Bellas Artes.

La muestra, conformada por 289 piezas, también es una revisión de los vínculos entre el surrealismo europeo y su vertiente mexicana.

“No es una corriente, es una postura transformadora”, expresó Miguel Fernández Félix, director del Museo del Palacio de Bellas Artes (MPBA). Añadió que se revisan los principales temas e ideas afines a este movimiento artístico.

Durante la inauguración de la muestra que ofrece libros, pinturas, esculturas, grabados, etc- de artistas del surrealismo europeo y mexicano, el director del MPBA explicó que su realización es posible gracias a una colaboración con el museo Boijmans Van Beuningen, de Rotterdam (Países Bajos).

“Más allá de los casi 90 autores que aparecen en la muestra, es único que tengamos prácticamente lo mejor del acervo de una de las colecciones surrealistas más importantes de Europa”, consideró y detalló que la presencia de producciones mexicanas suma casi 100 piezas del total de la exposición.

Por su parte, el director del Museo de Boijmans Van Beuningen, que resguarda una colección de más de 151 mil piezas que abarcan desde la pintura del Siglo de oro neerlandés hasta el arte contemporáneo, Sjarel Ex expresó su asombro ante las piezas mexicanas y opinó que es muy importante que las colecciones privadas y públicas de ambos países se exhiban en el mismo espacio.

RECORRIDO.

La exposición marca un total de 8 núcleos temáticos. En recorrido para prensa con la asesora curatorial de la sección mexicana, Tere Arcq, la curadora Els Hoek reiteró, como punto de partida, que el surrealismo no es un movimiento estético, sino una actitud, “una manera de ver al mundo que es diferente de la manera convencional”.

La muestra comienza con uno de los objetos más importantes para hablar del movimiento surrealista: el primer Manifiesto, publicado por André Breton en 1924. “Iniciamos con un objeto que impacte, que se encuentre en tu camino y sintetice lo que se encuentra en la galería”, ahondó la curadora.

Recordó que, en principio, André Breton pretendía escribir un libro de poesía, sin embargo, con el tiempo sintió la necesidad de desarrollar ideas políticas y teóricas. “La palabra surrealismo la tomó del gran poeta francés Guillaume Apollinaire, quien usó esta palabra para describir una experiencia que afecta a más de un sentido al mismo tiempo, como el sonido y movimiento”.

Tere Arcq destacó que junto al “Manifiesto del surrealismo” considerado base de este pensamiento, se exhibe el “Manifiesto por un arte revolucionario independiente” (1938), que Breton escribió en México en colaboración con León Trotsky y que fue firmado por Diego Rivera.

“Nos permite ver que estos textos eran un órgano fundamental de la difusión de las ideas surrealistas”.

Añadió que cada galería inicia con un objeto también con la intención de “hacer énfasis en la importancia tan grande de los objetos para los surrealistas” y que, independientemente de los temas y diálogos conceptuales, a lo largo de la exposición se integran referencias visuales que ahondan en los vínculos entre artistas.

OBRAS.

Destacan obras como « La reproduction interdite » (1937), « Au seuil de la liberté » (1930), «Le poison » (1939), « La maison de cristal » (1939) y « La saignée » (1938-1939) de René Magritte; “Mon premier amour” (1973) de Man Ray ; « Tête otorhinologique de Vénus » (1964) de Salvador Dalí.

En la sección dedicada al Deseo como concepto fundamental de la exploración surrealista, las curadoras pusieron atención de incluir artistas mujeres que pudieran ampliar la mirada, para no caer en una tendencia machista del arte que sólo permite a las mujeres ser ‘musas desnudas’.

Entre dichas obras se encuentran la serie “Tríptico de los martirios” de Lola Álvarez Bravo y “Le fulgore porte-lanterne” (2011) de Aube Breton.

También figuran piezas de Max Ernst, Hans Arp, Yves Tanguy, Remedios Varo, Leonora Carrington, Wolfgang Paleen, Alice Rahon, Kati Horna, Hans Bellmer, Victor Brauner, Unica Zürn, Frida Kahlo, Diego Rivera, Agustín Lazo, María Izquierdo, Rosa Rolanda, Carlos Mérida, Rufino Tamayo, entre otras y otros.  

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