Cultura

Evocan amigos y colegas a Miguel León-Portilla; “era una persona formidable”


Eduardo Matos presenta el libro “Miguel León-Portilla. Homenaje luctuoso”, que voces de colegas del historiador y editado por El Colegio Nacional

entrevista

En este libro se me ocurrió invitar a aquellos directores instituciones a las que Miguel perteneció, señala Eduardo Matos Moctezuma.

En este libro se me ocurrió invitar a aquellos directores instituciones a las que Miguel perteneció, señala Eduardo Matos Moctezuma.

FIL DE MONTERREY

La imagen de quién fue el historiador y nahuatlato Miguel León-Portilla (1926-2019) a través de las voces de colegas que trabajan en instituciones creadas y fortalecidas por el autor de “Visión de los vencidos”, es lo que reúne el libro “Miguel León-Portilla. Homenaje luctuoso”, editado por El Colegio Nacional y coordinado por Eduardo Matos Moctezuma, Premio Princesa de Asturias 2022.

“En este libro se me ocurrió invitar a aquellos directores instituciones a las que Miguel perteneció, por ejemplo, a Elisa Speckman, directora del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM al que perteneció Miguel durante toda su vida académica; a Javier Garciadiego, porque dirige la Academia Mexicana de la Historia; a Gonzalo Celorio quien preside la Academia Mexicana de la Lengua y Felipe Leal del Seminario de Cultura Mexicana que había otorgado un reconocimiento a Miguel; y por supuesto a Natalio Hernández, escritor en lengua náhuatl”, detalla en entrevista Matos Moctezuma.

En el marco de la Feria Internacional del Libro de Monterrey, el también investigador emérito del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y Premio Crónica, narra que el libro es resultado de un homenaje a León-Portilla hecho en El Colegio Nacional en 2022, por lo que también incluye un texto de Ascensión Hernández Triviño, viuda del historiador.

“El doctor Miguel León-Portilla me distinguió dándome su amistad pese a la diferencia de edad, fue una persona sencilla, abierta e hicimos varias cosas juntos, nos presentamos en varias ocasiones en la Universidad Autónoma del Estado de México, en el Museo Nacional de Antropología, en varios lugares, pero la particularidad de estos diálogos era que escogíamos el tema -por ejemplo, los mitos mesoamericanos- y no nos poníamos de acuerdo”, recuerda Matos Moctezuma.

El libro.

El libro.

Yo lo presentaba y él comenzaba a hablar, íbamos improvisando y el diálogo se daba bien, añade.

“Hicimos un programa para El Colegio Nacional, una grabación en el Templo Mayor al poco tiempo de que se había encontrado a Coyolxauhqui… pediré a El Colegio Nacional que lo reediten porque es muy interesante cómo Miguel estaba interesado en Templo Mayor, me preguntaba constantemente cómo iban las excavaciones, estaba al tanto de todo”, comenta el arqueólogo.

Otros encuentros que Matos Moctezuma tuvo con el nahuatlato fueron los apuntes académicos.

“Era una persona formidable, me pidió que prologara la segunda edición del primer libro publicado en Templo Mayor: ‘México-Tenochtitlan, su espacio y tiempo sagrados’. También, cuando se cumplieron los 50 años de la revista que fundó con el padre Garibay: Estudios de Cultura Náhuatl, me pidió que escribiera sobre los temas de arqueología, me pidió que hablara del aspecto de la presencia del arte. Lo hice con mucho gusto porque es una revista realmente importante porque ha recibido en sus páginas a cientos y cientos de investigadores que han podido ahí expresar sus ideas”, señala.

La siguiente semana, Matos Moctezuma hablará de León-Portilla en el VIII Encuentro Libertad por el saber de El Colegio Nacional. “Estaremos presentes Leonardo López Luján, Teresa Uriarte y yo porque las mesas estarán dedicadas a los fundadores, a aquellas personas que fueron fundadoras de instituciones. A mí me toca hablar de Miguel León-Portilla, a Leonardo López Luján de don Alfonso Caso y a Tere Uriarte de la primera mujer que fue miembro de El Colegio Nacional: Beatriz de la Fuente”.

POSTULADOS VIGENTES

Dos aportaciones de León-Portilla siguen vigentes: llamar encuentro de dos mundos al descubrimiento de América y narrar el pasado con testimonios indígenas.

“Cuando se graduó, en 1956 en la UNAM, con la tesis Filosofía náhuatl, Miguel enfrentó problemas porque algunos tenían la idea occidental de la filosofía griega, romana, de los clásicos. Miguel dijo que todos los pueblos tienen una visión del universo, una visión del hombre, de lo que lo rodea, entonces escribió su libro que abrió una brecha”, indica Matos Moctezuma.

Ese planteamiento se reafirmó con el quinto centenario del descubrimiento de América, el gobierno mexicano destinó al historiador como jefe del comité para las conmemoraciones y lo que presentó fue cambiar el nombre: encuentro de dos mundos porque hablar de descubrimiento era una visión muy eurocentrista.

“A mi juicio era más atinado. Tenemos su ‘Visión de los vencidos’ que ya ha alcanzado no sé cuántas ediciones en diferentes lenguas, incluido el náhuatl, ha sido traducido a las principales lenguas del mundo. Ahí les da la palabra a los otros, al vencido, es una antología de textos en los cuales se ve la forma de pensar de los pueblos mesoamericanos y en particular de los mexicas”, expresa.

NUEVOS TÍTULOS

Miguel León-Portilla tenía una cualidad: sabía expresarse muy bien, con sencillez pero con profundidad, virtud que no todos tienen, agrega el Premio Princesa de Asturias en Ciencias Sociales 2022.

“Él podía transmitir, a quien lo oyera, un pensamiento muy claro; fue una persona admirable desde todos puntos de vista”, afirma.

Para Matos Moctezuma este libro y otros pertenecientes a la colección Opúsculos de El Colegio Nacional han servido para acercar figuras destacadas de la cultura y ciencia a las nuevas generaciones.

“Son libros accesibles, tienen un precio bajísimo y ahí escriben miembros de El Colegio Nacional, son títulos que llegan a un público joven, es una labor muy importante el que se difunda el pensamiento, lo que se está haciendo, las investigaciones a través de estos libros”, comenta.

¿Coordinará otro título?

El homenaje a David Huerta, él no fue miembro de El Colegio Nacional, pero organicé una presentación hace algunos meses, invitamos a su viuda, una gran escritora, Verónica Murguía, y también presentamos el poemario “Once” de Sergio Raúl Arroyo y el mío “Erectario”, el común denominador es que en ambos libros primero quien tuvo el interés de que se publicara fue David Huerta, los publicó Juan Pascoe, un formidable editor, sencillo y todo lo hace a manos como los antiguos editores.