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Todas las mujeres que se casaban en el registro civil de Yucatán recibieron de la mano de Elvia Carrillo Puerto (1881-1965) el folleto “La regulación de la natalidad o la brújula del hogar. Medios seguros y científicos para evitar la concepción”, lo que le valió a la feminista y a una de las primeras congresistas del país un constante señalamiento agresivo.
La vida de este personaje que luchó por los derechos de las mujeres es narrada por Damiana Leyva Loria en el libro “Elvia Carrillo Puerto”, editado por el Fondo de Cultura Económica (FCE).
“Unas amigas que trabajan en el Instituto de la Mujer, en el área de archivo, localizaron un texto que yo no incluí para el libro, es un periódico conservador que habla de Elvia de manera despectiva, dicen que es una mujer de muy mala reputación que anda entregando folletos inmorales, lo que sí encontré fue la respuesta que ella da a esa publicación”, señala la autora.
Lo que Carrillo Puerto contestó al periódico fueron argumentos que ponían en evidencia los mandamientos religiosos. “La oposición decía que ella quería anular a la familia y los valores, entonces Elvia con los mismos argumentos dice: si siguiéramos al pie de la letra los mandamientos, no puedes tener relaciones sexuales y ya con eso se anularía la familia”.
Esta labor de difusión hecha por Elvia, llegó a oídos de la autora del folleto, la estadunidense y feminista Margaret Sanger, por lo que mandó a una representante a Yucatán para dar pláticas sobre control natal.
“Las pláticas eran para los doctores y a Elvia se le ocurrió llevar a la comadrona en jefa del hospital, que resultó un escándalo porque existían las resistencias sobre lo que era político y el género, se pensaba que el socialismo era sólo de hombres”, agrega Leyva Loria.
En palabras de la autora, Elvia decía que había que ayudar a las obreras y a las campesinas porque en ellas recaían todos los problemas sociales de tener una cantidad infinita de hijos. “Sobre ellas pesaba el desarrollo, la educación, la comida y todos los problemas sociales que implica varios hijos y estar limitadas a darles una vida digna”.
ESTRATEGA Y ORADORA
Carrillo Puerto estuvo en la planilla de candidatas al Congreso de Yucatán de 1924-1925 y ganó el quinto distrito electoral, como representante de Izamal, con 5 mil 115 votos. Otras mujeres que obtuvieron un curul fueron Beatriz Peniche y Raquel Dzib, ganaron segundo y tercer distrito, con sede en Mérida, con 2 mil 497 y mil 664 votos, respectivamente.
“Ella promovió la agenda feminista que no estaba exclusivamente en el sufragio, el sufragio era una parte, Elvia pensó en la educación, en que la instrucción debía preparar a una mujer para ser ciudadana y representante político, además de que pudiera tomar decisiones y hacer que el gobierno les diera facilidades para decidir sobre su propio cuerpo”, detalla Leyva Loria.
En palabras de la autora, Elvia fue una operadora política que sabía hacer mítines, convocar gente y tenía un discurso propio.
“¿Cómo es que hace cien años una mujer realmente era operadora política? Quise resaltar eso en el libro porque creo que en nuestro imaginario de historia general no tenemos referentes de mujeres en la política, de mujeres tomando decisiones, hablando maya y juntando con todas las campesinas y obreras. Ella se movía por todos lados y evidentemente eso se notó el día de la votación”, destaca.
Ese apoyo se demuestra con las fotografías de la época, agrega. “Se mira cómo las mujeres están votando y cómo ella ganó por más de 5 mil votos y las otras feministas por dos mil y más de mil votos, es decir, realmente votaron por ellas, fueron candidatas electas”.
Aunque los últimos años de vida de Elvia Carrillo Puerto fueron en el olvido y en la precariedad económica, Leyva Loria señala que su lucha fue continuada por generaciones jóvenes de mujeres. Antes de su muerte, el gobierno le había propuesto la condecoración al Mérito Revolucionario por haber pertenecido al Partido Socialista del Sureste, lo cual le aseguraría una pensión, sin embargo, este apoyo económico nunca llegó.
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