Para muchos las cicatrices son signos de debilidad e imperfección; sin embargo, detrás de cada una se cuenta una historia de lucha y aventura, y con esta premisa Lizeth Sánchez, estudiante de la Licenciatura en Comunicación Social de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), realizó Cicatrices, luz y sombra, proyecto fotográfico que se presenta a la comunidad de la Casa abierta al tiempo.
La serie –que forma parte del ciclo Vocación por el arte– se exhibe con apoyo de la Coordinación de Extensión Universitaria de la Unidad Xochimilco en el patio central del Edificio “A” de esa sede académica.
Dicho trabajo parte de una exploración que la alumna ha llevado a cabo durante los últimos dos años, inspirada por los estragos de una intervención a la que fue sometida cuando era niña para ayudar a su hermano a superar la leucemia.
“A partir de este suceso encontró una fascinación por sus propias heridas; las observó y apreció cómo sanaban. Cautivada por las cicatrices, descubrió que son más que marcas, también son historias que la piel cuenta”, se refiere en la hoja de bienvenida.
La muestra está compuesta por una decena de impresiones, en las cuales indaga en la asociación y semejanza entre las heridas cutáneas y su impronta, en relación con las de la naturaleza y los patrones que se encuentran en ella.
“El dolor siempre va a existir y todo intento de huir es inútil. Tarde o temprano nos lastimaremos, sangraremos y al final sanaremos”. La cicatriz es una nueva piel que nace de una herida y toma diferentes formas que dependen de la profundidad, como una expresión del padecimiento al que es sometida”, escribe la autora de las imágenes.
Por ello, luego de este episodio que selló su vida y su cuerpo, se adentró en una exploración para conocer estas marcas, observar sus líneas y surcos y entender cómo se erigen simulando el corte de los árboles, las rocas y otros motivos.
La alumna refiere que, contrario al pensamiento común, ante sus ojos las cicatrices son hermosas, pues no hay nada más bello que ver al cuerpo sanar, hecho que no sólo es propio de los seres humanos, sino también de todas las especies vivas que habitan en el mundo.
Al seguir estas pistas, la expositora creó imágenes en blanco y negro, cuadros en primer plano y en detalle en los que se aprecia la piel intervenida de varones y mujeres, mediante incisiones y cisuras que se contraponen con la textura de la corteza y las paredes leñosas, en una comparación entre las marcas corporales y aquellas provenientes de la naturaleza y zonas urbanas, con el fin no sólo de ilustrar, sino de invitar a reflexionar.
A pesar de existir en todas partes, éstas llegan a ser imperceptibles a los ojos de los demás, pero si uno mira con detenimiento será capaz no sólo reconocer su existencia, sino también su belleza”, argumenta la matriculada en décimo trimestre de la Licenciatura en Comunicación Social de la Unidad Xochimilco y quien ha participado en concursos de pintura, danza y escritura.
La muestra Cicatrices, luz y sombra estará en exhibición hasta el 4 de noviembre en la citada sede académica.
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