Una historia donde el antagonismo se olvida con una fiesta: el Perro Rabo Pulguiento invita al Gato Barriga de Leche para jugar a atraparlo y éste invita a la Rata Mala Pata quien a su vez le dice al Escarabajo Cara de Ajo y así en una infinita cadena de insectos. Ésa es parte de la trama del libro ilustrado para niños “Fiesta en el baldío”, de Graciela Bialet.
“Cuando escribo literatura no pienso que debe ser un manual escolar, sin embargo, atrás de los cuentos hay una historia que cuando la abrasamos va nutriendo nuevos saberes y eso se convierte en un reconocimiento de lo sensible, las percepciones van alimentando nuevos conceptos”, expresa la autora.
Este cuento editado por El Naranjo e ilustrado por Renata Galindo busca que los niños puedan jugar con la idea del círculo de la vida. “Que todos disfrutemos la fiesta que significa la vida, la vida es ese milagro que hay que celebrar”, indica Bialet.
La autora comenta que de niña no le dejaban tener mascotas entonces se hizo muy admiradora de los insectos.
“Iba con mi familia de vacaciones al Mar de Plata, lejos de donde vivo, como mil 500 kilómetros, ahí crecen mucho los caracoles e insectos de todo tipo como cualquiera de las zonas cercanas al mar. Con mis primos y hermanas jugábamos a hacer carreritas con los insectos. Los insectos eran como los dinosaurios posibles de domar y jugaba con ellos, por ejemplo, las catarinas eran mis favoritas”, comparte.
Graciela Bialet recuerda la fantasía que tenía sobre sus formas extrañas. “Veía los cascarudos, los que tenían cuernos y los de muchas patas, y me imaginaba que eran gigantes y los asociaba a la vida pre humana. Es decir, con la imaginación los niños juegan a lo que quieran”.
Es vivencia infantil, la autora la trasladó al cuento “Fiesta en el baldío” que empieza con las mascotas domésticas y luego con los insectos, cada uno con una particular característica: la rata con una pata coja o la pulga con sonrisa de sandía
“El perro tiene una historia en sí misma: el rabo pulguiento; o el Gato Barriga de Leche es a su vez un propio cuento ¿por qué tiene la barriga de leche que se le convierte en requesón? Cada lector puede recrear otras historias tal cual como sucede en la vida, cada individuo en este planeta tiene su propio circuito de vivencias y narrativas”, señala.
- ¿El juego nos puede unir a quienes somos diferentes?
En el cuento están los antagónicos: el perro, el gato y la rata…sin embargo, en la historia están reconociéndose como diferentes antagónicos, pero invitándose para jugar en sus diferencias, desde la diferencia cada uno va articulando, sigue viviendo en la fiesta de la vida en colectivo, este flujo empático de que, aunque seamos diferentes, podemos estar en la misma sintonía de la vida.
- ¿Cómo mira la evolución de la literatura infantil?
Sigue habiendo tres tipos de producciones de libros para niños. El primero son aquellos libros de literatura infantil “ñoña” que entiende que los chicos no pueden saber de cierto tema o de uno que no pueden hablar, es decir, literatura didáctica que sigue habiendo y sigue teniendo un público. Yo lo siento porque para enseñar las cosas de las ciencias están los libros informativos, la literatura no tendría que estar al servicio del didactismo.
“Luego está la fuerte corriente de los libros de la tradición oral o de los clásicos que siguen reproduciéndose a la princesa, a Caperucita, pero que por fortuna van introduciendo en ese camino muchas historias del folclor latinoamericano que es tan rico y variado
“Y hay una tercera línea que es puramente ficcional donde la fantasía prima como valor absoluto sobre cualquier otro componente”.
Copyright © 2022 La Crónica de Hoy .