Cultura

Guadalupe Parrondo: “El trabajo de un músico es estudiar diario, no es tocar ahí y por aquí pasó”

entrevista

La pianista Guadalupe Parrondo recibió la medalla de Oro de Bellas Artes.

La pianista Guadalupe Parrondo recibió la medalla de Oro de Bellas Artes.

Inbal

La pianista Guadalupe Parrondo (1946) prefiere tocar el piano para la audiencia que dar un discurso de agradecimiento, pero aunque considera que la música es un lenguaje complejo, cuando va al súper a comprar comida se guía por sus antojos y no por notas musicales.

Si bien al tocar puede relacionar los sonidos con otras ideas, en la vida cotidiana se considera una “persona común y corriente”. “Es a la hora de interpretar que uno profundiza en las texturas del sonido”, comenta.

En una breve conversación, la pianista señala que existe “toda una cultura del sonido en el piano, para que no se escuche como el vecino con el pianito, sino que suene con color, con matices, o todo en azul … todos los tonos de azul, según lo requiera la partitura”.

Para ella los colores no se materializan de forma concreta, “no es color lo que estoy viendo, sino lo que estoy creando, tampoco lo estoy imaginando…ya que es una herramienta que está implícita”, comparte sobre la forma en que relaciona sonidos y conceptos.

-¿Usted sueña con música nueva?

“No, pero me despierto tocando o a veces, mientras duermo, resuelvo cosas que están en mi cabeza y que tengo que hacer en el piano. Tengo un cerebro que trabaja todo el día”, se ríe.

-Me preguntaba cómo sería la cabeza de alguien así.

“A veces es complicado”, concede.

Durante una reciente ceremonia de premiación, en la que Guadalupe Parrondo recibió la Medalla de Oro de Bellas Artes, decidió tocar un par de piezas y limitar el discurso de agradecimiento a un par de palabras y la lectura de un poema escrito por Sergio Cárdenas.

“Aquí no se estila que alguien toque o que haga su numerito. Yo dije, ¿por qué tengo que dar un discurso? Agradezco y como es el INBAL, es literatura, y por eso leí un poema muy profundo y fuerte”, explica.

“El compositor y maestro Sergio Cardenas ni se imaginaba porque no se lo dije a nadie. Entonces yo estuve lee y lee, y no podía… tenía que tener cierta entonación, buscar que las vocales tuvieran un sentido: la dicción en las palabras es importante, como la dicción en la música es importante, y la sintaxis en la música es el fraseo, y si no, no se entiende”, continúa.

-Actualmente, ¿cuántas horas toca el piano al día?

“No toco, estudio. Porque el trabajo de un músico, pianista, violinista o cualquier instrumentista que se dedica realmente a esto, su disciplina es estudiar. No es tocar ahí y por aquí pasó, no. Hay que profundizar, ver pasajitos, tal vez descubrir otras sonoridades y estudiar con la partitura, aunque uno se lo sepa de memoria. Hay toda una disciplina muy profunda. Es así como yo trabajo y lo hago entre 5 o 6 horas al día, a mi tierna edad. Aparte, doy clase, voy al mercado, me hago mi comida y cocino rico, como se debe cocinar la música: a fuego lento”.

-¿Hay algún reto que todavía le quede?

“Uy, se me presentan todos los días y si no, yo me los invento. Ahorita no puedo anunciar nada”.

¿Quién es Guadalupe Parrondo (1946)?

Nacida de padre mexicano (Rodolfo Parrondo Castañeda) y madre peruana, Estela Corcuera Romero, la pianista fue descubierta en la Ciudad de Lima, Perú, por el director de orquesta y compositor Luis Herrera de la Fuente con quien interpretó, a los 7 años, el Concierto para Piano y orquesta en Re mayor de Joseph Haydn.

Desde entonces, Guadalupe Parrondo ha forjado una trayectoria de sesenta años, a lo largo de los cuales ha ganado concursos y reconocimientos internacionales: se graduó con el Premier Prix en la École Normal Superieur de Musique de París en 1968 y ganó el primer lugar en el Concurso María Canals de Barcelona, una presea especial en la Competencia Marguerite Long de París, el segundo lugar en el Concurso de Ejecución Musical de Ginebra y el Concurso Teresa Carreño en Caracas, entre muchos otros. La Secretaría de Cultura de la CDMX la declaró Patrimonio Cultural Vivo de la Ciudad de México.