Cultura

Guerrero no fue fusilado y Bravo padecía sífilis, Matamoros no aparece e Hidalgo…

El arqueólogo Jorge Arturo Talavera presentó en El Colegio Nacional algunos de los resultados del análisis de huesos de los Héroes de la Independencia 

conmemoración de la independencia

Jorge Arturo Talavera González ofreció la conferencia “Mito y realidad de los héroes de la Independencia: ¿qué dice la bioarqueología?”, en el ciclo La arqueología hoy, de El Colegio Nacional.

Jorge Arturo Talavera González ofreció la conferencia “Mito y realidad de los héroes de la Independencia: ¿qué dice la bioarqueología?”, en el ciclo La arqueología hoy, de El Colegio Nacional.

ECN

Vicente Guerrero no fue fusilado y Nicolás Bravo tenía sífilis y diabetes, o que un periodista de "El Universal" que atacaba a Morelos, puso sus tarjetas en las urnas de los héroes de la Independencia, son algunas de las historias que relata el arqueólogo del INAH Jorge Arturo Talavera González, tras analizar sus restos, porque “los huesos no mienten”.

En la conferencia “Mito y realidad de los héroes de la Independencia: ¿qué dice la bioarqueología?”, en el ciclo La arqueología hoy, de El Colegio Nacional –coordinado por Leonardo López Luján–, el especialista ofreció los detalles de los trabajos que se hicieron a los restos de los 14 héroes y las historias que se encontraron a través de la bioarqueología.

De esta manera, el arqueólogo recordó que para los festejos del Bicentenario de la Independencia se creó la Comisión del Estudio de los Héroes de la Independencia en la Columna de la Independencia, puesta en marcha en el 2009 para hacer el trabajo y cuyos resultados se presentaron en 2010. Sólo les dieron tres meses para el análisis.

Jorge Talavera señaló que en ese tiempo los objetivos del trabajo no era hacer una identificación de los héroes –se da por hecho que lo son–, sino un inventario y una restauración de las urnas y sus restos. “Porque existía la creencia de que no existían los héroes y que era una calumnia”.

Los cráneos de Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez fueron depositados en la misma urna.

Los cráneos de Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez fueron depositados en la misma urna.

INAH

De ese modo se realizó el trabajo en los huesos, que estaba revueltos, en el laboratorio de restauración del Castillo de Chapultepec, donde se hicieron todas las pruebas, menos los estudios de ADN de los 14 héroes, porque no hubo tiempo para hacerlos, pero si un trabajo multidisciplinario.

De esta manera, se llevaron a cabo los trabajos en los restos de los huesos que pertenecen a Miguel Hidalgo y Costilla, Ignacio Allende, Juan Aldama, José Mariano Jiménez, José María Morelos y Pavón, Pedro Moreno, Víctor Rosales, Francisco Xavier Mina, Guadalupe Victoria, Vicente Guerrero, Andrés Quintana Roo, Leona Vicario, Nicolás Bravo y Mariano Matamoros.

Fue una intervención, porque su estado no era el mejor, ya que antes estuvieron 70 años en la Catedral hasta que en 1925 los llevaron a la Columna de la Independencia, y estaban depositados en una urna principal. Hoy, agrega el arqueólogo, la urna que tiene los restos, no es la original, “no sabemos que pasó, pero la de ahora tiene una placa que data de 1925”.

También compartió detalles de la llamada “urna libro” y su importancia: “cuando la abrimos se encontró un mantel de cocina y periódicos y, bajo estos, los huesos atados con mecates y alambres con los nombres de Hidalgo, Aldama, Allende… y unas tarjetas de presentación de un veterinario”.

En las otras urnas se encontraron unas tarjetas del periodista de “El Universal”, Jacobo Dalevuelta, con la fecha 16 de septiembre de 1925. Este periodista decía que los huesos de Morelos fueron tirados al mar cuando los trasladaban de Francia, pero la realidad es que sí están en los estudios que hicimos, añade Jorge Talavera.

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ESTUDIOS

El 30 de mayo de 2010, los restos fueron sacados de la Columna de la Independencia, se les hizo un homenaje y fueron llevados al Castillo de Chapultepec, donde se hicieron los trabajos y se reconstruyó su historia personal.

A cada una de las urnas de los héroes se les sacaron fotografías, radiografías y todos los trabajos, “porque los huesos responden y supimos su edad, su sexo, enfermedades… todo lo que fueron”, indica el arqueólogo, Por ejemplo, de Nicolás Bravo podemos decir que tenía sífilis venérea y era diabético, además de ser el de mayor edad: 68 años.

Se dice que Nicolás y su esposa fueron envenenados el 22 de abril de 1824, con una diferencia de horas, y por eso se dice que Antonio López de Santa Anna lo mando a matar porque ya no quería salir a misiones. No obstante, el arqueólogo hipotetiza que también pudieron haber solicitado la “asistencia” para morir.

¿DE QUÉ MURIO GUERRERO?

En cuanto a Vicente Guerrero, “un caso muy interesante”, sus huesos fueron barnizados después de limpiarlos. “Nuestros estudios señalan que su cráneo fue laqueado, y nos dimos cuenta de que le faltaba el brazo izquierdo (probablemente saqueado), era mulato, además de arriero, por ser el oficio de su familia”, añade Jorge Talavera.

El 23 de enero de 1823, Vicente Guerrero, recibió una herida mayor, que le causó dolores durante meses después. Su cuerpo esta lleno de cicatrices y si bien la parte histórica se conocía, no cuáles eran las lesiones, agrega el especialista.

“El brazo se lo partieron en dos, lo que era una lesión muy dolorosa. La herida fue de un adversario que, de frente, le rompió el brazo, con el cual se habría cubierto; Vicente Guerrero se dobló y, al quererlo rematar, el adversario no le dio en la cabeza, sino en el pecho y le rompió las costillas. Estuvo seis meses en una cueva y lo trataron de curar, pero no fue así y murió”, agrega el arqueólogo.

La gente comentaba que tenía una posición napoleónica, pero lo que pasaba es que no podía extender el brazo y así murió. La historia dice que fue fusilado, por orden de Bustamante, por la espalda, pero en su cráneo y el resto de su esqueleto no hay un orificio de bala, agrega.

Los expertos con los huesos de Vicente Guerrero.

Los expertos con los huesos de Vicente Guerrero.

“El esqueleto tiene las costillas de ambos lados y vértebras, en ninguno de esos huesos hay algún impacto de bala (que eran canicas de 6 milímetros de plomo), disparadas por pelotones a sólo 5 o 6 metros y no era de un solo soldado, sino de varios. ¿Será que ninguna bala le dio? (…) Se dice que (Carlos María) Bustamante, al igual que Guerrero, era masón, y se supone que, masón no mata a mason, pero sí se lo echaron, entonces queda la pregunta de cómo fue: ¿con arma blanca o envenednado? No se sabe”.

MÁS HUESOS.

El investigador compartió detalles de la fisonomía y otras características de los restos analizados. Morelos era “chaparrito”, medía 1.54; Leona Vicario “era bajita y regordeta”, murió a los 53 años y sus restos son compartidos con los de otra mujer que se cree son de su hija.

Los restos sin identificar de un “esqueleto D” podrían ser los de Pedro Moreno, en tanto que los atribuidos a los de Mariano Matamoros son más bien de una mujer. “De todos los restos son los únicos que no coinciden, pensamos que quizá era efectivamente mujer y tomó un rol masculino, como Sor Juana”. No obstante, los arqueólogos buscaron la fe de bautizo donde se registró como hombre, entonces, seguirá la interrogante de dónde están los del hombre independentista.

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HIDALGO Y ALLENDE.

El arqueólogo remató su exposición con algunos datos de los cráneos de Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Jiménez, los cuales fueron expuestos en la Alhóndiga de Granaditas como advertencia ante la insurrección.

Los de Hidalgo y Allende están más degradados, explicó, puesto que al encontrarse en la parte anterior del sitio estuvieron más expuestas a la intemperie y las aves carroñeras, que desaparecieron su parte frontal.

Agregó que los cráneos ya habían sido identificados desde su retiro de la Alhóndiga, no obstante, sus huesos revueltos no han sido identificados aún: sus diferentes estaturas y la falta de un registro de éstas no lo han hecho posible.

“No se sabe cuáles corresponden a cada quién, eso se lo dejamos a los antropólogos del futuro, quizá en el tricentenario les vuelvan a meter mano, pobrecitos… y hacer análisis de ADN”.

¿A quién se parecía realmente Hidalgo?

¿A quién se parecía realmente Hidalgo?

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Estudios futuros, dijo posteriormente Leonardo Luján, podrían también permitir hacer una reconstrucción facial de los cráneos, para saber realmente cómo eran.

Por ejemplo, señaló antes Talavera, el retrato hecho de Hidalgo en 2010 es el de un hombre bien parecido y “galán, mucha gente dice que se parece a Nicolas ‘Queish’, ojiazul…”. Hay otro retrato intermedio, agregó, pero hay otro en el que no se ve tan galán y podría ser el más acertado, dijo. “Ahí se parece más bien Nosferatu” (risas en el auditorio).