Cultura

Los hijos no son mejores versiones de los padres, son seres independientes: Vilar Madruga

La autora cubana presentó en la FIL Monterrey sus novelas donde la constante es la reflexión sobre la maternidad, la familia y las dictaduras.

FIL MONTERREY

Elaine Vilar presentará en 2025 su nueva novela

Elaine Vilar presentará en 2025 su nueva novela "La piel hembra"

Reyna Paz

Las guerras también suceden en casa, las maternidades no siempre son edulcoradas y los hijos no son versiones mejoradas de los padres, ésas son algunas de las premisas que aborda Elaine Vilar Madruga (La Habana, 1989) en su novela La tiranía de las moscas.

En el marco de la Feria Internacional del Libro Monterrey 2024, la autora señala que su obra editada por Polilla Editorial invita a los lectores a mirar a través de la cerradura de una casa.

“A veces pensamos que las guerras sólo suceden en el ámbito político, social, en grandes colectivos, pero hay guerra íntimas y privadas, hay guerras que suceden cuando cerramos las puertas de las casas y es cuando la familia decide que es hora de sacar los trapos sucios y ver hasta cuándo puede sostenerse esa caldera u olla de presión donde todos se están cosiendo”, expresa.

La novela juega en el terreno de la comedia negra con un padre dictador que ya no es el jerarca de un país y por tanto decidió ser el dictador de su casa. 

“El juego que tiene la novela es que el padre cae en desgracia dentro del gobierno militar al que pertenece y entonces dice: no me puedo quedar sin hacer nada, voy a instaurar esta misma dictadura pero con mis hijos”.

En algún momento sus tres hijos se rebelan, añade Vilar Madruga. “Caleb es el joven ángel de la muerte porque tiene un don o una maldición, no sabemos, pero los animales que están fatalmente enfermos a punto de morir encuentran alivio acercándose a él porque cuando lo tocan caen muertos, se elimina el dolor y mueren”.

Casandra es la narradora ególatra de la novela, es una chica que tiene ansias de control, pero a la vez siente amor y atracción hacia los objetos. 

La tercera hija es Calia, ella no habla y ocupa todo su tiempo en dibujar retratos hiperrealistas de animales como monos, hipopótamos, elefantes, mariposas y moscas.

¿Por qué la madre no es amorosa?

La madre es un personaje que me gusta mucho, es muy trágico, tiene un destino casi fatídico, viene escapando de muchas cosas de su pasado, entre ellas, una matanza familiar, es una madre que ha tratado de encajar dentro de los moldes de la sociedad donde ella no podía encajar y trata a sus hijos de cierta manera porque no los logra querer.

Este es un personaje que me habla de las maternidades no deseadas. Hay maternidades hermosas, gente que adora a sus hijos, pero hay madres que no desean ser madres y hay quienes están obligadas a ser madres.

En palabras de la autora, colocar a la maternidad y a la familia en un altar inalcanzable hace ambas figuras se llenen de polvo.

“Las cosas que están en los lugares más altos, generalmente cogen polvo porque es difícil llegar arriba. Creo que si llenamos de polvo ambas figuras estamos haciendo un daño cultural y antropológico a la gente. Éstos son temas de debate que forman parte de mi vida desde que tengo uso de razón y me atraviesan como una espada”, señala.

Vilar Madruga expresa que no todos los mecanismos de rebelión son estallidos, a veces rebelarse es también es resistir y sobrevivir un día más para contar la historia.

“Cuando escribo de madres pienso en la historia de mis abuelas y bisabuelas, aunque mis lectores me dicen que también es la vida de sus abuelas, en mujeres que parieron diez hijos porque no podía elegir parir menos, porque era lo que tocaba y de esto hablan mis novelas, de la resistencia de las mujeres, la resistencia que hicimos desde los fogones porque sólo nos permitían estar ahí durante mucho tiempo”, destaca.

¿Hay una burla hacia el padre que busca la perfección?

Sí porque mi personaje es desastroso, él quería hijos perfectos genéticamente, quería niños lindos e inteligentes y le salieron tres pequeños monstruos, aunque en realidad, el monstruo es él porque ve en ellos su reflejo.

Es la figura de los padres dictadores, aunque también pueden ser madres, que siempre están pinchando a los hijos hasta el límite: tienes que ser perfecto, el mejor en la escuela, la más linda, tienes que lograr lo que yo no logré, tienes que llegar a donde yo no llegué, tienes que hacer una mejor versión mía. ¿Una mejor versión mía? un hijo no es una versión de nadie, es un ser humano independiente.

Finalmente, la autora adelanta que trabaja en su siguiente novela: La piel hembra. “Se publicará en 2025, tiene 32 personajes, cinco generaciones de familia, tiene guerra civil, personajes políticos, madres terribles, madres amorosas, engaños trampas…es un gran universo que se ha condensado”.