Cultura

Inés del Ángel Mejía: “Zonas arqueológicas de Quintana Roo sufren impacto negativo por aumento del turismo”

Hicieron crecer poblados, la construcción de edificios que modifican el entorno, entre otros efectos, añade la investigadora>>

El dios maya Chac
Uno de los mascarones restaurados y con daños ahora por el cambio climático. Uno de los mascarones restaurados y con daños ahora por el cambio climático. (INAH)

En diez años, zonas arqueológicas de Quintana Roo como Tulum, Xel-Há, Tancah, Muyil y Kohunlich se han impactado negativamente ante el incremento de turismo ya que el encarecimiento de servicios ha desvinculado a las poblaciones aledañas y, además, el cambio drástico de temperatura ha deteriorado mascarones mayas recién restaurados.

Así lo mencionó la investigadora Inés del Ángel Mejía Martínez, integrante del Proyecto de conservación de la zona oriental y sur de Quintana Roo, de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

La charla fue parte del primer día del VII Coloquio de Conservadores del Patrimonio Cultural “Construyendo sostenibilidad: La protección de los Patrimonios en tiempos de cambio socio-climático”, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH).

“A lo largo de más de diez años que lleva activo el proyecto, se ha visto que las zonas arqueológicas están cada vez más desvinculadas de las poblaciones aledañas”, afirmó.

A grandes rasgos, dijo, el crecimiento de la población y el aumento del turismo ha desencadenado fenómenos como el crecimiento de los poblados, la construcción de nuevos edificios que modifican el panorama, un innegable impacto ambiental y un alza en el precios de los servicios.

En 2023, tras la pandemia, el INAH contabilizó la entrada de 1 millón 300 mil personas a la zona arqueológica de Tulum. “Aunque el aumento de la visita pública es algo beneficioso, también trae consigo ciertos problemas”, agregó Mejía Martínez.

En palabras de la restauradora, las construcciones de hoteles han modificado el entorno visual y el entorno auditivo del área maya.

“Esto ha repercutido en la migración de especies de fauna haciendo que algunas de ellas se desplacen y con la ocupación de nuevos animales al interior de las zonas arqueológicas, inclusive en los monumentos. Por ejemplo, la presencia de murciélagos no había sido un problema en Tulum hasta el 2019”, mencionó.

Por otro lado, el alza de los precios en las zonas ha representado una limitante para el desarrollo de proyectos, ya que el costo del alojamiento y la comida complica su ejecución con los presupuestos asignados.

“Otra de las problemáticas identificadas es que con el paso del tiempo se ofrecen mejores salarios en el sector turístico y los tabuladores del INAH y los salarios que ofrecen no son realmente atractivos para los trabajadores locales, quienes suelen hacer tareas de conservación preventiva al interior de los sitios”, indicó la experta.

Mejía Martínez señaló que, aunque existen planes de manejo en las zonas arqueológicas, su ejecución y seguimiento son afectados por la falta de recursos y de personal.

“Kohunlich que en la última década ha tenido un proyecto de mantenimiento mayor e investigación arqueológica con interés específico en la conservación de los bienes muebles asociados a inmuebles, en la costa oriental sólo se han llevado a cabo proyectos de investigación arqueológica en Muyil y Tancah”, dijo.

Sin embargo, en éstos como en los demás sitios no se ha realizado un mantenimiento mayor de los edificios, por lo que causas de deterioro de los bienes muebles no han sido atendidas, añadió.

“Recientemente los proyectos Promeza (del Tren Maya) en las zonas de Kohunlich, Tulum, Xel-Há y Muyil tuvieron un impacto positivo en varios aspectos, pero seguimos creyendo que hace falta trabajar más en relación con la conservación de los inmuebles para frenar un poco las causas de deterioro”, expresó la restauradora.

AFECTACIONES POR CAMBIO CLIMÁTICO

Mejía Martínez señaló que desde inicios del proyecto, en el 2011, hasta la fecha, la temperatura en la región ha aumentado casi dos grados centígrados, pasando de 31 a 33.

“Sobre el ascenso del nivel del mar, que también es un una preocupación, hemos obtenido datos que desafortunadamente, quizá, en cien años el incremento del nivel sea de 3 metros lo cual pone en riesgo las zonas arqueológicas, principalmente Tulum que se encuentra emplazada en el acantilado”, señaló.

Otro ejemplo que mencionó la investigadora fue Kohunlich donde tras un año de intervención, los mascarones de la zona fueron estabilizados en su totalidad.

“En la primavera de este año, que fue particularmente seca, de un día para otro los mascarones comenzaron a presentar nuevamente inestabilidad, escamación, disgregación de los procedimientos que habíamos aplicado, de los resanes, y esto fue muy alarmante. Este es deterioro, se pudo ver en todos los mascarones, pero con mayor intensidad en el Mascarón 3 Sur”, dijo.

En su participación, la restauradora Patricia Meehan Hermanson explicó que el Proyecto de conservación de zona oriental y sur de Quintana Roo inició en 2011 y se aplicó en cuatro zonas arqueológicas: Tulum, Xel-Há, Tancah y Muyil.

“Tuvo una temporada anual hasta que en 2020 se interrumpió por la pandemia y en 2022 se retomaron los trabajos con una temporada de dos meses en Tulum, Xel-Há y Tancah, con recursos de una reclamación de seguros por daños ocasionados por tormentas y huracanes en 2020”, dijo.

Después se planteó la conservación de mascarones en Kohunlich, pero la pandemia impidió el trabajo.

“De 2011 a la fecha a pesar de constantes e importantes recortes presupuestales, la continuidad del proyecto ha favorecido el establecimiento y mejoría de metodologías, las cuales se han ido adaptando los tiempos y recursos financieros y humanos”, indicó.

Copyright © 2024 La Crónica de Hoy .

Lo más relevante en México