“Ahora la vida es tan complicada que cada vez es necesario hacer estudios únicos y especialidades únicas porque el mundo es tan vasto y amplio que las disciplinas no alcanzan: Jaime Torres Bodet es producto de una época donde había mayor posibilidad de esta difusión masiva de diferentes géneros, se podía abarcar más porque había menos especialización”, comenta la investigadora Lourdes Franco Bagnouls.
En los pasillos de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM), la compiladora de la colección “Un hombre de letras” de Jaime Torres Bodet, que reúne textos de distintos géneros aventurados por el intelectual mexicano, desde ensayo hasta narrativa, Lourdes Franco Bagnouls resalta:
“Eran intelectuales completos, por eso la antología se titula un ‘ ‘ ‘Hombre de letras’ -porque todas las letras-, era un intelectual en el más amplio sentido del término, pero esto es cada vez más difícil por la profusión de información que hay, la cantidad de especializaciones que existen. Actualmente esto sería muy difícil”.
Agrega que siempre debemos poner atención a las épocas en que nos inscribimos y, si bien no podemos aspirar a los mismos objetivos que intelectuales de otras épocas, “sí podemos aspirar a llevar una vida tan honesta y clara como la de Jaime Torres Bodet, tan entregado a su trabajo, un intelectual absolutamente culto y preparado que dista mucho de lo que actualmente se estila”.
HOMBRE DE LETRAS.
En la presentación del libro “Un hombre de letras”, publicado dentro de la Colección Biblioteca del Estudiante Universitario- participaron la compiladora Lourdes Franco Bagnouls, el historiador y Premio Crónica, Javier Garciadiego, y el moderador de la mesa, Diego García del Gállego, titular del Programa Editorial de la Coordinación de Humanidades de la UNAM.
“Resulta fascinante leer a Torres Bodet como testigo presencial de los grandes acontecimientos que marcaron la vida del mundo, en general, y del país, en particular, en épocas especialmente convulsas, como la Segunda Guerra Mundial y en otras de consolidación cultural y económica; de un México en busca de un futuro promisorio en el que la reflexión y el rescate de valores intrínsecos de la cultura se perfilaba como un deber perentorio”, expresó Lourdes Franco Bagnouls.
En su intervención, la investigadora destacó que la experiencia de Torres Bodet como funcionario público quedó plasmada en libros de memorias, entre otras creaciones literarias importantes, y en sus análisis críticos del panorama literario de su tiempo, tanto de movimientos al interior del país como a nivel internacional.
“La versatilidad de Jaime Torres Bodet como poeta, narrador y ensayista ofrece al lector la posibilidad de dar un paseo por los senderos de la poesía de vanguardia, así como de la narrativa experimental y hondura ensayística de aquel tiempo, de la mano de un hombre cuya sensibilidad le permitió usar diversos registros para expresar la riqueza de su pensamiento”, continuó.
Dentro de los textos que compartió con el público, la compliadora decidió leer y analizar el poema “Dédalo”, en cuyas últimas estrofas, la de comunicación del autor consigo mismo es evidente, “un silencio agobiante y pregunta sin respuesta ¿quién soy y a dónde voy?”.
Calificó los relatos que se incluyen en esta antología como “narrativa lírica”. Es decir, textos cercanos a la poesía, de carácter intimista en los que la acción se supedita al monologo interno del personaje y campean la ensoñación, percepción exacerbada y el recuerdo.
Apuntó también que Torres Bodet fue miembro de la llamada “Generación de Contemporáneos” y se distinguió desde muy joven por su inteligencia y madurez, así como por su capacidad en el terreno de la oratoria. “Sus discursos son verdaderas joyas de retórica en las que el análisis se combina con la precisión y claridad expositiva de las ideas.
Como ensayista, Jaime torres Bodet hizo gala de erudición y vastedad de lecturas. “Sus juicios son pautas que definen estilos, corrientes, épocas de la literatura mexicana y universal. Sus ensayos dictan directrices para reconstruir un vasto panorama literario”,
Por otra parte, Lourdes Franco Bagnouls subrayó que, si bien este autor está inscrito de forma indeleble en el recuento histórico de nuestros valores más notables del pasado siglo, “más allá de su figura icónica es necesario vivificar su obra, releyéndola para juzgar a la luz de la contemporaneidad su calidad indiscutible y su permanencia clásica en el plano de una cultura mexicana perenemente reconocida y reconocible”.
Al hacer recuento un breve recorrido por los textos que integran la publicación, la compiladora ahondó que se trata de un autor reacio a mostrar su intimidad en textos. Sin embargo, en esta antología se incluye un texto donde un problema de salud por un desafortunado accidente sumió al autor en un mundo de tinieblas.
“Este texto describe con absoluta sinceridad la angustia existencial que tal situación engendró en aquel hombre, tan reacio a mostrarse débil y vulnerable”.
Recalcó también que la capacidad analítica sobre los hechos que lo rodearon se vio entrelazada con su habilidad para hacer retratos literarios de sus amigos y coetáneos, quienes son descritos con perspicacia, habilidad y precisión.
Él mismo fue protagonista destacado de eventos a nivel internacional y supo atisbar en las posibilidades del futuro, por lo que “más allá de la inmediatez de sus discursos constreñidos a sus circunstancias”, Lourdes Franco Bagnouls considera que estos textos interesan al lector contemporáneo porque plantean ideas que no pierden vigencia.
“Reflexiones que superan el momento y visiones de pasado presente y futuro nacidas de experiencia y capacidad analítica el autor. Es por eso que hay que leer sí o sí a Jaime Torres Bodet”.
BIBLIOTECA DEL ESTUDIANTE.
“Es importante que la UNAM añada nuevas colecciones pero es todavía más importante que conserven sus colecciones clásicas y significativas”, consideró el historiador y Premio Crónica, Javier Garciadiego, actual coordinador de la Colección Biblioteca del Estudiante Universitario.
En su participación, Javier Garciadiego apuntó que la idea original para esta colección era, no solamente rescatar literatura e historia de México, sino vincularla a la docencia. “Los primeros textos estaban correlacionados con programas docentes que se impartían en la preparatoria y se programó para que aparecieran estos textos conforme avanzaban los cursos del programa de estudios”.
Los autores que componen esta Biblioteca para estudiantes son todos los clásicos de la literatura mexicana divididos en prehispánicos, novohispánicos, siglo XIX y siglo XX. Asimismo la colección se distingue por sus “grandes prologuistas”: prólogos asequibles y breves dirigidos a estudiantes de nivel preparatorio a universitario.
“Hemos planteado una propuesta de futuros autores que en algún punto se irá limitando. Algo importante por el momento es tener mujeres; no limitarnos a literatura e historia y poner, por ejemplo, ciencia; consideramos autores que están ausentes del periodo moderno contemporáneo, pero todos muertos, aquí no caben los autores vivos”, agregó Garciadiego y ennumeró a Elena Garro, Rosario Castellanos, Ramón Xirau, Julio Torri, Jorge Cuesta, entre los nombres que les interesan.
Por su parte, Diego García del Gállego informó que este libro fue armado por el estudiante universitario Jesús Arellano, quien es parte del programa de becarios de la coordinación.
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