Laura es una joven que no recuerda su pasado, sólo sabe que estuvo en un accidente fatal en la Basílica de Guadalupe que la llevó al hospital donde la cuidó Carlos, su novio. Sin embargo, en un viaje por España su novio desaparece y ella recibe una llamada que le ordena robar las reliquias de la Catedral de Santiago Compostela.
Ésa es la trama de “La ladrona de huesos”, novela escrita por Manel Loureiro y editada por Planeta, ahí el autor nos revela el pasado de Laura, una niña que estuvo en un centro de formación de espías de la Unión Soviética, lugar que intentó visitar Loureiro pero que al que le fue negado entrar.
“Es una historia de empoderamiento femenino. Laura es una mujer que se pasa toda su vida actuando al dictado de lo que le dicen los demás, es una mujer que no tiene capacidad de libertad de decisión y de repente empieza a tomar las riendas de su vida justo cuando le encargan una de las cosas más difíciles que se le puede encargar a alguien”, señala el autor.
Más allá del borrado de su pasado y de la reformulación del mismo, al escritor le interesaba ver la resiliencia, la capacidad de sobrevivir que tiene su personaje.
- ¿Cómo eran los centros de formación de espías?
Era un sistema que no funcionaba exactamente como lo pongo en la novela. Las redes de espionaje que existen desde los años 40 cuando Stalin organiza la Orquesta Roja, que sigue existiendo, han evolucionado con el paso de los años, han cambiado de nombre y forma.
Antes buscaban nutrirse de los mejores talentos locales, de muchos sitios del mundo, para eso utilizaban las delegaciones del espionaje en sus embajadas repartidas por todo el mundo. No secuestraban a la gente, lo que hacían era ponerse en contacto con los integrantes de los partidos comunistas locales para buscar aquellas chicas y chicos más prometedores para que se fuesen a la Unión Soviética a estudiar química, medicina, ingeniería y así formaban espías.
Una de las premisas que descubre Laura es que gracias a la pereza de las personas existen huecos para eludir autoridades y obtener beneficios.
“El ser humano es extraordinariamente falible, somos el eslabón más débil en la cadena. A Laura le piden que realice un robo que es imposible, es el gran robo del siglo y frente a un sistema inexpugnable, el eslabón más débil es alguna intervención humana, el cual aprovecha en toda la novela”, indica Loureiro.
-¿Por qué incluir a la Basílica de México?
Cuando empecé a escribir la historia me di cuenta que frente a las tres grandes peregrinaciones de creyentes –Roma, Jerusalén y Santiago Compostela–, había una cuarta: la Basílica de Guadalupe. Ésta es el centro de peregrinación más grande de toda la cristiandad y apenas es conocido fuera de Iberoamérica. Es mi manera de contárselo al mundo.
Tengo muchos lectores en México y quería agradecerles, normalmente en el cine y televisión ponen a los mexicanos como el tipo que está con el sombrero echándose la siesta o el sicario o el narco. Me da mucha rabia porque México es un país vibrante, diverso, está lleno de personas normales que viven vidas normales y que no son de esos estereotipos. Quería ayudar a derribar ideas prefijadas.
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