Cultura

Luis Fernando Lara: El nuevo Diccionario del español de México reúne el habla de los últimos 100 años

Este segundo tomo tiene 34 mil palabras, 9 mil más que el primer volumen con 25 mil, añade el Premio Crónica

entrevista

El lingüista Luis Fernando Lara.

El lingüista Luis Fernando Lara.

La segunda edición impresa del Diccionario del español de México (DEM), corregida y aumentada, tiene 34 mil palabras, 9 mil más que el primer volumen con 25 mil. “Y es un nuevo tomo que revela el vocabulario de abuelos, madres e hijos de 1921 a la actualidad, es decir, permite conocer el habla de los últimos 100 años”, dice el lingüista y Premio Crónica, Luis Fernando Lara.

En entrevista, el también director del amplio equipo de trabajo para conformar este segundo tomo, cuenta que hay mucho vocabulario que era usual hacia los años 20 y ahora se desconoce un poco. “Hay otro vocabulario que entró recientemente y debemos tomar, como fue el caso de las palabras “chairo”, “huachicol” y covigilancia”.

“De esta última, nos escribieron de parte de la Cofepris para que incluyéramos el término y les respondimos: demuéstrenos que tiene uso. Y para demostrarlo, presentaron al menos tres citas de tres autores diferentes en tres publicaciones diferentes. Con eso ya podíamos comprobar lo que es el cuño social de la palabra. Además, nos enviaron datos de la Organización Mundial de la Salud y con estos elementos pudimos hacer la definición”.

Pero hubo otro trabajo, añade Luis Fernando Lara, “como se trataba de un término técnico y siempre cuando hay este tipo de palabras, consultamos con especialistas, lee enviamos la definición y les pareció bien. Con esto, quedó dentro del diccionario”.

LA HISTORIA DEL DEM

Esta la segunda edición, corregida y aumentada, explica Luis Fernando Lara, llega después de 50 años del trabajo que comenzamos en 1973. “En ese tiempo no tenía idea de cuánto tiempo nos iba a llevar tener el diccionario y sus actualizaciones”.

E lingüista señala que lo único que sabía era que todos los diccionarios se tardan mucho. “Por ejemplo, el de Oxford se construyó en 150 años y fue uno de los mejores del mundo. Entonces, lo comenzamos y el primer paso fue reunir datos del uso del español de México, después clasificarlos y analizarlos”.

De este trabajo, añade, creamos, dos corpus: el primero del español mexicano contemporáneo, que van de 1921 a 1974, que es más o menos cuando comenzamos, y el segundo de 1975 a 2018. “Vamos a esperar unos cuantos años para hacer un tercer corpus, pero lo importante de este trabajo, es que nos permite estar seguros de que el vocabulario que incluimos en el diccionario realmente se ha usado o se usa en México durante los últimos 100 años”.

En términos reales, añade Luis Fernando Lara, este segundo volumen reúne el vocabulario usado o en uso de 1921 a la actualidad y para su elaboración recurrimos a los corpus que fueron armados con muestras de la literatura, la prensa, la ciencia, de la tecnología…, e incluso en el del primer corpus de telenovelas, ahora en el segundo de redes sociales.

Otra de nuestra fuentes de trabajo, agrega, fue el uso de la biblioteca de El Colegio de México y la nuestra, que son libros que ocupamos diario. “Pero no sólo consultamos obras sobre el español de México, de mexicanismos, también de otras regiones hispanohablantes, diccionarios españoles, así como diccionarios de francés, inglés y alemán. Porque muchas veces el contraste en una palabra entre su correspondiente en una lengua extranjera y el español nos sirve para revelar ciertos matices de significado que no salen en el primer análisis”

El diccionario.

El diccionario.

VERSIONES

Luis Fernando Lara explica que del DEM hay dos versiones: una en línea que se actualiza cada seis meses y la impresa. “Son dos maneras diferentes de lectura, porque la versión en línea, por sus características, es muy útil para consultas inmediatas. Si uno quiere saber algo de una palabra se pude consultar rápidamente con secciones de apoyo como la búsqueda avanzada. Pero esta versión no permite darse una idea de la lengua en su totalidad. Vamos a decir que tiende a fragmentar”.

En cambio, agrega, el diccionario impreso, que es un libro, sí permite recorrerlo y leerlo con bastante rapidez, seguir unas palabras y no otras, y de esta manera formarse una idea de lo que es el español de México. “Es lo que me parece interesante de la versión impresa”.

Sin embargo, la versión en línea es gratuita y eso es importante porque se utiliza en las escuelas públicas y privadas. “El año pasado tuvo 17 millones de consultas, no sólo de México, sino en segundo lugar de Estados Unidos, en tercer lugar de España, y luego varía un poco entre Colombia, Argentina, Perú y Brasil”.

Hasta ahora, señala el lingüista, el diccionario en línea dio respuestas satisfactorias en el 96% de las preguntas.

Y ahora, cuenta, el diccionario impreso es para esa otra forma de leer el diccionario. “Con éste, el lector se puede formar una idea de lo que es nuestro español en diversos planos: científico, tecnológico y del ámbito popular, por citar algunos”.