Cultura

Marcela Rodríguez: “Tríptico” describe la odisea que es la vida cotidiana del ser humano

La obra, con tres movimientos, se estrena este fin de semana en la Ollin Yoliztli, con la OFCM, dirigida por Scott Yoo

La artista visual Ana Mendieta en el jardín de su casa en La Habana, 1981.
“Uno tiene que comenzar todos los días desde el principio porque nunca dominamos el mundo”, dice Marcela Rodríguez “Uno tiene que comenzar todos los días desde el principio porque nunca dominamos el mundo”, dice Marcela Rodríguez (OFUNAM)

Este fin de semana se realizará el estreno mundial de “Tríptico”, obra escrita por la compositora mexicana Marcela Rodríguez (Ciudad de México, 1951), la interpretación estará a cargo de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, bajo la batuta del director Scott Yoo el sábado 20 de enero a las 18:00 horas y el domingo 21 de enero a las 12:30 horas en la Sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli.

En entrevista la compositora platica sobre la intención de la pieza, la falta de programación de música contemporánea en las salas de concierto y la obra que escribe para celebrar los 90 años del Palacio de Bellas Artes.

Rodríguez comenta que Tríptico la terminó de escribir a principios del año pasado, está dividida en tres movimientos y es una revisión de vida.

“Es una visión de una vida común de cualquier persona. El primer movimiento se llama ‘Umbral’, el segundo ‘Reflexión’ y el tercero ‘Salida’. ‘Umbral’ es cuando uno nace y llegas sin tener la menor idea de qué se trata, no sabes que no sabes nada y es la incertidumbre que cuando eres niño tampoco sabes que así se llama ese sentimiento de no saber”, expresa.

El segundo movimiento se refiere a la madurez de las personas, que en palabras de la compositora se gana entre los 40 y 60 años. “Estás realizando tus objetivos de vida, de si estamos haciendo todo bien o todo mal; y el tercer movimiento que es ‘Salida’ se refiere a cuando dejamos este mundo”, añade.

¿Tiene deudas con su profesión?

Tengo muchas deudas, muchísimas, a veces pienso que me hubiera gustado ser pianista, por ejemplo. Yo hice la carrera de guitarrista porque no me quedaba otro remedio, el piano estaba tomado por mis hermanos.

Nunca tuve un ideal de mí misma, nunca pensé ser compositora, se fue dando sin darme cuenta, empecé a tocar la guitarra solamente por disfrute, nunca me he preocupado por la carrera, me interesa profundizar en una obra que realmente me guste.

Rodríguez señala que esa sensación de no saber nada acompaña la vida de las personas.

“Uno tiene que comenzar todos los días desde el principio porque nunca dominamos el mundo, nunca sabemos bien a dónde vamos o si lo que estamos haciendo está bien o mal. La vida es un experimento. Cuando alguien se dedica a hacer estas locuras: escribir música, pintar, esculpir, cantar, bailar o cualquier arte, tenemos menos los pies sobre la tierra, tenemos un mundo más analítico porque tenemos más tiempo de pensar”, expresa.

“Tríptico” será parte del programa de la primera temporada de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, en donde participará la pianista Argentina Durán y el trompetista Ignacio Cornejo, quienes interpretarán el “Concierto para piano y trompeta, op. 35” de Dmitri Shostakovich y “Sinfonía no. 2” de Pior Ilyich Chaikovski.

PROGRAMAR MÁS MÚSICA CONTEMPORÁNEA

Marcela Rodríguez indica que ha cambiado poco la inclusión de música contemporánea en las salas de conciertos a pesar de que actualmente existe mayor número de compositores mexicanos.

“Se programa ahora un poco más a los compositores vivos a nivel internacional y nacional pero no lo necesario, no lo suficiente. Las orquestas siempre las he pensado como museos antiguos, que la mayor parte del repertorio es música antigua, clásica del siglo XIX para atrás. El 90 por ciento de la programación es música clásica y un 10 por ciento es música contemporánea, eso es a nivel mundial”, afirma.

Casi la mayoría de las orquestas no se quieren arriesgar con música contemporánea, muchas porque viven de la entrada de boletos y piensan que van a alejar al público, añade.

“Eso es un círculo vicioso porque si pusieran más música contemporánea el público la conocería y la seguiría buscando, pero como no hay mucha oferta, la gente no llega a asimilar la música contemporánea, no llega a conocerla suficientemente como para estarla esperando en la programación”, indica.

Lo que sí se ha modificado, comenta Rodríguez, es que en México nunca había habido tantos compositores. “Es un cambio radical, cuando empecé a componer éramos muy pocos, contados con las manos, en este momento hay más de 200 compositores en el país que también se les debería de programar más”.

¿Y hay más espacios?

Sí ha habido cambio, Bellas Artes creó el Centro de Experimentación y Producción de Música Contemporánea (Cepromusic) que por primera vez un ensamble de música contemporánea tiene un sueldo fijo. Hay dúos, tríos, cuartetos y ensambles más amplios como es Ónix o Tambuco que hace 35 años no existía, por lo cual los compositores tienen más acceso a poder escribir para estos grupos.

Finalmente, Rodríguez adelanta que trabaja en un encargo: un ballet para la Compañía Nacional de Danza para la celebración de los 90 años de vida del Palacio Bellas Artes, se estrenará en los primeros días de septiembre y su duración será de 30 minutos.

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