Cultura

En México existe una invisibilización del indígena cada vez mayor: Concepción Company

La manera en que fueron conceptualizados es un tema lleno de oscuridad, pero también “es el germen de la gran luminosidad que es América”.

conferencia

Se realizó la segunda sesión del curso Los claroscuros de América. Lengua, historia y cultura, con la conferencia Los naturales de América. Datos para una historia conceptual, coordinado e impartido por Concepción Company Company, miembro de El Colegio Nacional.

Se realizó la segunda sesión del curso Los claroscuros de América. Lengua, historia y cultura, con la conferencia Los naturales de América. Datos para una historia conceptual, coordinado e impartido por Concepción Company Company, miembro de El Colegio Nacional.

Colnal

En México existe una invisibilización del indígena cada vez mayor a medida que pasa el tiempo: “una cosa son los discursos políticos de buenos deseos y, otra cosa, es la realidad que muestra la vida cotidiana, los hechos”, reconoció la doctora Concepción Company Company, miembro de El Colegio Nacional, al ofrecer la segunda sesión del curso Los claroscuros de América. Lengua, historia y cultura.

Con el tema Los naturales de América. Datos para una historia conceptual, la filóloga ofreció un recorrido por las diferentes maneras en que se ha nombrado a los habitantes de este territorio desde la llegada de los españoles, las más de las veces con discriminación, racismo y exclusión como las constantes dentro de las palabras usadas.

“Creo que es la primera vez que se aborda este tema en El Colegio Nacional y en otras instituciones desde el punto de vista lingüístico y de cómo la historia y la cultura contribuyen a ver los datos de la manera en que fueron conceptualizados los indios de América, porque se trata de un tema lleno de oscuridad, en este conjunto de claroscuros, pero también es cierto que es el germen de la gran luminosidad que es América”.

Este curso es de historia de la lengua: una manera de estudiar las razones, las vías, las circunstancias —en términos de Ortega y Gasset ‘yo soy yo y mis circunstancias’—, por las cuales se transforma una lengua y nos permite entender mejor el hoy: “saber quiénes somos nos hace estar más seguros de nosotros mismos”.

Así, señaló la investigadora, el primer nombre que aparece en la documentación, de manera muy temprana y se sostiene, es natural, porque no sabían quiénes eran, cuando llegó Colón —que no era español, pero viene con una empresa financiada por la reina Isabel la Católica—, no sabían a dónde habían llegado, creían que eran las Indias y se les llama naturales, una palabra en latín relacionada con nacido.

En ese sentido, siempre, cuando se habla de natural en los documentos de archivo y en la literatura, por ejemplo, la cronística de Bernal Díaz del Castillo, están como paquetes, vistos genéricamente como un paquete.

“Indio aparece muy pronto, cuya etimología viene de India, del país —India significa río, en este caso el río Indo—, por la confusión de Colón de que había llegado a las Indias Occidentales y llamó a América Indias Occidentales; hay que decir que tarda mucho en aparecer la denominación de América para nombrar a los americanos”.

Aun cuando en la cartografía y en los mapas América aparece muy pronto, por Américo Vespucio, la idea de que somos americanos tarda en hacerse presente en la vida cotidiana: la primera documentación pertenece a la Nueva España, al período que se conoce como criollismo, por Carlos de Sigüenza y Góngora.

En ese entonces se generaron distintas grafías para la palabra indio, una señal de que no sabían bien con qué referentes o con qué mundos se estaban enfrentando: “la variación gráfica es un síntoma de titubeo, de que no saben a qué mundo se enfrentan: yndio, indyo, yndyo o yndjo fueron algunas de las formas en que se escribió la palabra en el siglo XVI y XVII”.

Otra de las denominaciones que se han usado es indígena, recordó la colegiada, cuya etimología es del latín, que significa “originario, nativo” y siempre se usó como adjetivo para indicar que algo es natural de tal parte, o propio de tal parte.

La palabra indígena se empieza a usar como un eufemismo en lugar de indio, debido a que el maltrato fue una constante. Así aparece por vez primera en la prensa en el siglo XIX, en especial en textos políticos. “La primera documentación que he encontrado del uso de la voz indígena como sustituto de indio está en un discurso de Simón Bolívar, en 1819”.

“Debo decir que seguimos usando indígena como un eufemismo, porque nos da pena, porque nos avergüenza usar indio, porque se trata de una palabra asociada a una gran exclusión y discriminación, una de las constantes asociadas al natural de América”, reconoció la especialista.

Racismo y discriminación

De entre las constantes para referirse a quienes tiene una raíz anclada en el hoy territorio mexicano, la doctora Company Company las ha definido como parte de una “discriminación gigante”, que se registra desde 1494 hasta la fecha: se les asocia con alcoholismo, con cobardía “con que son medio ladinos, que no son directos, que son jugadores perezosos”, y hay mucha documentación con adjetivos peyorativos aludiendo a estas constantes del mundo indígena”.

“Otra constante ha sido el racismo. Las documentaciones son interesantes, porque se ve cómo avanza el color asociado a discriminación. En un documento de 1657, simplemente prieto viene de color apretado, mientras los españoles eran carentes de color, aunque 25 años después, Carlos de Sigüenza y Góngora, recupera una historia donde lo oscuro empieza a ser asociado como algo negativo”.

En la actualidad hay cientos de frases hechas en los países hispanoamericanos para referirse a aspectos negativos de la vida, asociadas a la palabra indio. Cuando son frases hechas significa que hay décadas usándose, no surgen por generación espontánea, sino requieren de un proceso gradual de sedimentación y los diccionarios de la lengua española y de americanismos tienen decenas de acepciones, señal de antigüedad, todas profundamente despectivas “y las seguimos usando sin darnos cuenta de que estamos refiriéndonos a los naturales de América”.

“’Subírsele a alguien el indio’, en Bolivia, significa montar en cólera; ‘No seas indio’, se utiliza en México, Centroamérica o Venezuela; ‘indio patarrajada’, que sería una persona de poca educación; ‘no tiene la culpa el indio, sino el que lo hace compadre’, que es confiar en alguien que no es digno de confianza”.

Desde la perspectiva de la colegiada, lo más importante cuando se usan este tipo de frases, es la necesidad de tomar conciencia de que hay una valoración peyorativa constante, hasta nuestros días; a lo anterior se suman el sometimiento y la explotación como dos constantes que sirven para conceptualizar a los nativos de América.

“De manera constante, el indio es un bien inmueble que se puede vender, intercambiar: es propiedad de las personas. Como sometido, la gran paradoja, es una propiedad del emperador, del rey, por lo que debe pagar impuestos y frecuentemente aparecen como indios tributarios”.

Así, la explotación y el maltrato son otra constante de cómo se conceptualiza y cómo están documentados los testimonios alrededor del indio, enfatizó la doctora Company Company, siendo fundamental el reflexionar acerca de la forma en que se debe nombrar a la “otredad”.

“Hemos visto que hay que nombrar para existir, para darle entidad a las cosas, en este caso, ¿cómo se refieren al español en las comunidades? Aparecen voces desde kastill, castilla lengua, español, hasta chabochi, en tarahumara, que significa lengua de persona blanca, barbuda”.

Durante su conferencia, la catedrática reflexionó en torno a cómo eran las relaciones entre el nativo y otros actores de la sociedad americana, fundamentalmente los españoles, qué funciones cumplían en la vida cotidiana, cuáles fueron los cambios conceptuales que se reflejan en este lapso de que va de 400 años y, en especial, qué hay de ideología de cultura plasmados en la lengua de los naturales y sus relaciones con los otros que vivían en América.

Uno de los objetivos fundamentales del curso es “despojarnos de estereotipos, quitarlos, porque el año pasado, con los 500 años de la llegada de Cortés a la gran Tenochtitlán, me harté de oír estereotipos una y otra vez”, a través de la reflexión sobre quiénes somos, quiénes hemos sido a lo largo de 500 años.