Cultura

El MNA adquiere Códices de San Andrés Tetepilco

Se trata de documentos que narran la historia de Tenochtitlan, la fundación del pueblo de San Andrés Tetepilco y el inventario de la iglesia del pueblo ubicado en Iztapalapa / La autenticidad de dichos códices fue comprobada por investigadores del INAH y UNAM

patrimonio

El códice llamado “Tira de Tetepilco” está elaborado a partir de 20 láminas de papel amate, pegadas entre sí.

El códice llamado “Tira de Tetepilco” está elaborado a partir de 20 láminas de papel amate, pegadas entre sí.

INAH

La biblioteca del Museo Nacional de Antropología adquirió los Códices de San Andrés Tetepilco. Se trata de tres documentos pictográficos que narran la historia de Tenochtitlan, la fundación del pueblo de San Andrés Tetepilco y el inventario de la iglesia de ese pueblo ubicado en la actual alcaldía Iztapalapa de la Ciudad de México.

“Estamos en la presentación de tres nuevos documentos pictográficos mexicanos, a los que hemos denominado Códices de San Andrés Tetepilco, un corpus realizado bajo la tradición escrituraria indígena que hasta el día de hoy se había mantenido oculto a la visión pública”, aseveró Baltazar Brito Guadarrama, historiador y encargado de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia.

La autenticidad de dichos códices fue comprobada por investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). De acuerdo con Baltazar Brito, fueron manufacturados hacia finales del siglo XVI y principios del XVII por auténticos tlacuilos residentes del pueblo de San Andrés Tetepilco, Iztapalapa.

“El tercero de los documentos destaca por sus dimensiones, factura y contenido, podría decirse que tenemos la continuación del Códice Boturini o Tira de la Peregrinación”, indicó el experto.

Este códice llamado “Tira de Tetepilco” está elaborado a partir de 20 láminas de papel amate, pegadas entre sí, formando una larga tira doblada en forma de biombo recubierta por una ligera capa de cal sobre la que se pintó la historia de Tenochtitlan a través de cuatro episodios.

“Se narra la fundación de Tenochtitlan, el registro de los tlatoques o señores que gobernaron la ciudad en tiempos prehispánicos, la llegada de los conquistadores españoles en 1519 y, finalmente, el periodo virreinal hasta 1611 siendo la llegada del virrey don Juan de Mendoza y Luna en 1603 el último evento que se registró”, detalló Baltazar Brito.

Este códice extendido mide aproximadamente 560 centímetros de largo y las dimensiones promedio de sus láminas son de 28 centímetros de ancho por 18 centímetros de alto.

Sobre el relato histórico, María Castañeda de la Paz, investigadora del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, comentó que la fundación de Tenochtitlan está representada con una escena clásica. “Vemos una piedra sobre las aguas de Texcoco, ahí crece un nopal y se posa el dios Huitzilopochtli, convertido en águila y en una de sus garras sostiene una serpiente. Alrededor hay una escena de los fundadores”.

En cuanto al registro de señores prehispánico, Castañeda de la Paz destacó dos representaciones. “La imagen de Itzcoatl, (gobernante de 1427 a1440) acompañado de Moctezuma Ilhuicamina cuando éste aún no era gobernante, aparece peinado como guerrero, lo que la escena está haciendo referencia es a la conquista de Moctezuma al pueblo de Tetepilco”, dijo.

La otra escena se refiere a Axayacatl, el sexto gobernante de Tenochtitlan, en específico representa la conquista de Tlatelolco en 1473, añadió la investigadora.

“La llegada de los españoles está representada por una imagen de Hernán Cortés como un centurión romano, con un casco de plumas y escudo espectacular; en ese momento vemos que el escribano hizo una correlación entre el calendario prehispánico y el calendario europeo porque por primera vez vemos una fecha europea: 1519”, explicó Castañeda de la Paz.

Inventario de la iglesia de Tetepilco.

Inventario de la iglesia de Tetepilco.

INAH

El siglo XVI está representado en el códice a través de todas las autoridades indígenas de la ciudad de Tenochtitlan, por ejemplo, los jueces de residencias o jueces gobernadores que cuando algo iba mal en la ciudad, eran requeridos para poner orden.

HISTORIA DE TETEPILCO

Los tres códices están escritos con una tinta de carbón sobre una base de preparación de yeso. Los colores empleados son tinturas naturales. El artesano o tlacuilo empleó cochinilla para los colores rojos e índigo para el azul, sin embargo, es una preparación distinta al del azul maya. También hay amarillos de naturaleza orgánica en proceso de estudio e identificación.

Al respecto, el científico de la UNAM, José Luis Ruvalcaba, señaló que estos materiales “evidencian una continuidad de la tradición prehispánica porque es un documento de transición”.

Sobre los otros documentos, Michel Oudijk, investigador del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, indicó que abordan rasgos del pasado de Tetepilco, particularmente su fundación y el inventario de los bienes de su iglesia.

“En el primero vemos gente chichimeca que funda Tetepilco. El otro documento está muy dañado y no parece tan interesante porque es el inventario de una iglesia, pero es el único inventario pictográfico que tenemos, no hay otro en ningún documento así. Tetepilco fue un pueblo nahua que estaba mostrando (en este códice) su identidad”, señaló.

El códice de la fundación fue elaborado a partir de varios segmentos de amate de diferentes tamaños, empalmados y unidos entre sí para formar un cuadrante de aproximadamente 52 por 56 centímetros. El inventario de la iglesia fue unido de la misma forma alcanzando una dimensión de 63 por 28 centímetros.

Familia los vendió en 9.5 mdp

En conferencia de prensa, Altagracia Gómez, presidenta del Patronato del INAH, reveló que los códices fueron adquiridos por 9.5 millones de pesos. En tanto, Baltazar Brito expresó que este documento estaba en manos de una familia que pidió no difundir su identidad.

“Fue adquirido gracias a la generosidad del Patronato INAH y varios empresarios nacionales comprometidos con la salvaguarda de nuestro pasado. Ahora para su mejor resguardo, los tres códices son integrados en la Colección de Manuscritos Pictográficos de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia la cual, desde 1997, forma parte del programa Memoria del mundo de la UNESCO”, dijo.

Finalmente, el historiador comentó que en agosto se publicará un libro con la historia y estudios hechos a los tres códices; y en cuanto se realicen todas las investigaciones sobre su contenido, así como labores de restauración se podrá exhibir.