No hacer diferencias entre artista y artesano y sólo notar si las obras fueron producidas exclusivamente por hablantes de una lengua indígena o no, son las premisas de “Arte de los pueblos de México. Disrupciones Indígenas”, exposición que reúne 500 obras hechas en comunidades originarias desde 1850 hasta la fecha y que se exhibirá en el Museo del Palacio de Bellas Artes.
“El museo no está haciendo la diferenciación entre artesano y artista por eso le pusimos arte de los pueblos de México para no tocar como título el tema de arte popular. Es el mismo trato que el museo plantea con los artistas contemporáneos y con los artistas que algunos pueden pensar que son más tradicionales. Se trata de quitar esa línea divisoria”, expresó Miguel Fernández Félix, director del museo.
Algunas de las obras expuestas son: una capa ceremonial que está hecha a base de pelo de rata y una túnica está hecha del plumaje de pelícanos, ambas realizadas alrededor de 1940 en el norte del país para un uso ceremonial. También se muestran cerámicas, barro, textiles, pinturas, esculturas y cestería.
“La exposición nace de la idea de analizar el proyecto que en 1921 hizo Gerardo Murillo, el Dr. Atl bajo el nombre de Arte Popular Mexicano. Este proyecto se dividió en dos eventos: el primero fue una magna exposición que se llevó a cabo en un edificio que ahora ya no existe; y el segundo fue la edición de dos tomos en dos ediciones”, comentó el curador Juan Coronel.
Esa exposición hecha por Dr. Atl junto con Roberto Montenegro, Jorge Enciso y Best Maugard fue la primera en su tipo y marcó el inicio del estudio y la apreciación del arte popular al interior de las instituciones.
“Estamos presentando dos de las piezas que están incluidas en el libro de Atl: dos cerámicas, y se pueden ver algunas de las páginas de este libro de Atl con algunas piezas similares pero nuestro punto de partida es el hecho de postular que el arte indígena y el arte popular son dos expresiones culturales completamente distintas porque nacen y se desarrollan en ámbitos totalmente diferentes”, expresó el curador.
En palabras de Coronel, el arte indígena está creado al interior de una cultura en la que, por lo general, se maneja todavía la lengua originaria.
“Las expresiones de arte popular tienen dos formas de gestarse: una es la rural y otra es la citadina. Son creaciones realizadas por personas de recorte mestizo, esto es, no pertenecen a ninguna cultura en específico sino que ya tienen un desarrollo al interior de cada una de las comunidades en las que viven, no tienen tradición nahua, tének u otomí”, detalló.
La exposición en Bellas Artes muestra piezas de artistas de corte histórico, por ejemplo, obra de Doña Rosa Real de Nieto, inventora del barro negro, y de la escultora Teodora Blanco Núñez. De los que no son indígenas, es decir, de arte popular, el trabajo de Modesta Fernández hacia principios del siglo pasado cuya familia fueron ceramistas creadores de los Árboles de la vida.
Coronel señaló que la muestra le da una especial atención a las culturas del norte del país y que únicamente están representadas 40 de las 68 culturas indígenas del país.
“La exhibición consta de seis núcleos y del núcleo uno al tres se realiza el análisis entre de qué es arte popular y qué es arte indígena para luego llegar a la Sala Nacional del Palacio de Bellas Artes y presentar expresiones de los pueblos”, destacó el curador.
A pesar de que en el pasado el Museo del Palacio de Bellas Artes tuvo dos salas permanentes sobre arte popular, esta es la primera vez en la historia que se presenta en la Sala Nacional arte indígena, resaltó Coronel.
Quitar pensamiento universitario.
Juan Coronel, curador, comentó que desde el sistema museo, crítico de arte y galería se decide qué creador es el que lleva la línea estética más importante estética. Al interior de las comunidades indígenas pasa lo mismo ya que al interior de cada comunidad se sabe qué hombre o mujer hace el tejido excepcional.
“Estamos educados hace unos 200 años a través de las universidades y las universidades tienen una retórica occidentalizada. Queremos hacerle ver al público que las expresiones grecorromanas son una expresión cultural más y no la fundamental. Nosotros presentamos las visiones de los pueblos originarios que son exactamente igual que las otras”.
La exposición estará hasta abierta al público hasta el 17 de abril.
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