
La exposición Carlos Monsiváis y Juan García Ponce: vasos comunicantes en el arte y la literatura habla de similitudes, tiempos y experiencias que les tocó vivir a estos escritores durante la segunda década del siglo pasado, a través de 230 piezas entre pintura, fotografía, dibujo, gráfica, libros, material hemerográfico y audiovisual, así como obra de varios artistas que constituyen la historia del arte mexicano del siglo XX.
“Habla de proyectos en los que trabajaron juntos, así como grandes aficiones y labores profesionales como la traducción, crítica literaria y artística, así como el gusto por el coleccionismo. Es un homenaje a ambos personajes”, comenta Henoc de Santiago, Director General Museo del Estanquillo.
Por su parte, el curador de esta muestra, Ángel Aurelio González Amozorrutia explica que este proyecto se origina en una fotografía realizada por Héctor García en 1968, en la que aparecen Juan García Ponce y Carlos Monsiváis.
“Cuando la gente pregunta por la relación digo que no eran amigos entrañables, sino cómplices de una generación y polos, también, que fueron desarrollados”, subraya.
Añade que el nombre de la exposición, Vasos Comunicantes, tiene que ver con la relación entre cineastas, gente de teatro y literatos, que “no era algo aislado, era otro México”.
RECORRIDO.
La muestra se divide en cuatro secciones. La primera es 1968: la revolución de las ideas, que integra documentos y fotografías del movimiento estudiantil en el que ambos escritores participaron ese año con la publicación de manifiestos, así como en la redacción de la Revista Siempre!
Este apartado incluye fotografías realizadas por Rogelio Cuéllar, quien desde 1969 se ha dedicado a retratar escritores y artistas plásticos, así como testimonios de Elena Poniatowska.
El segundo núcleo se titula Nueve pintores mexicanos, en alusión a la exposición de Arnaldo Coen, Alberto Gironella, Fernando García Ponce, Francisco Corzas, Gabriel Ramírez, Lilia Carrillo, Manuel Felguérez, Roger von Gunten y Vicente Rojo, curada por García Ponce y del libro de su autoría publicado en 1968, con una portada diseñada por Vicente Rojo.
“Esa exposición se considera un parteaguas en lo que años después se llamaría la generación de la ruptura porque las galerías eran espacios no solo de comercialización, sino que también la Escuela Mexicana de Pintura y este discurso nacionalista exacerbado hacia los muralistas no daba cabida, sobre todo en al arte abstracto, a los jóvenes que venían de Europa. Entonces se convirtieron en este tema”, señala el curador.
Agrega que en esta sección se exhiben cuadros originales y fotografías en los que aparecen Carlos Monsiváis con Juan G. Ponce, “quien ya tenía efectos de esclerosis múltiple y lo cual no fue un obstáculo para la gran influencia importante que tendría”.
Las últimos dos núcleos son Correspondencias literarias y Correspondencias plástico-literarias, los cuales establecen relaciones entre varios artistas de la época.
“Están los libros que Juan escribe sobre Borges, así como fotografías que hay de ellos en un encuentro. Es un homenaje a toda esta generación: José Emilio Pacheco, Rosario Castellanos, Salvador Elizondo, Juan Vicente Melo, Tomás Segovia, y también a los artistas, además de los nuevos pintores mexicanos”.
Ángel Aurelio considera que tanto Juan García Ponce como Carlos Monsiváis eran artistas por diferentes vías ya que muchos de los cuadros de sus colecciones les fueron obsequiados por sus amistades.
“En el imaginario la gente puede identificar que Carlos Monsiváis tiene libros o cierto tipo de colección, pero para mí fue importante revisar las colecciones de arte que incluyen a Francisco Toledo, José Luis Cuevas, Arnaldo Coen”.
Destaca también las dedicatorias de los libros que se exhiben, “libros que entre ellos se daban” pues “hablan de una cartografía de emociones, de afectos”.
Publicación en camino.
En conferencia de prensa, el fotógrafo Rogelio Cuéllar informó que se está trabajando en la publicación de un catálogo de esta exposición. Consideró que se trata de una muestra importante y que se debe revalorar el movimiento cultural de la efervescencia de las galerías en los años 70s y 80s para “saber dónde estamos y hacia dónde tenemos que ir”.
“Este catálogo será un esfuerzo por ir documentando las propuestas curatoriales”, agregó por su parte Henoc de Santiago, director de Museo del Estanquillo.
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