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El crítico de la Revolución Mexicana, el pensador de la pobreza, el defensor de la creación libre y el teórico del libro, es así como definieron al escritor Gabriel Zaid (Nuevo León, 1934) sus amigos y lectores en la mesa “Gabriel Zaid: 90 años” realizada en El Colegio Nacional y organizada por el crítico literario Christopher Domínguez Michael y por el historiador Enrique Krauze.
En la charla participó el escritor Fernando García Ramírez, quien mencionó que Gabriel Zaid no se enamoró de la Revolución sino que estuvo férreamente en contra de ese concepto. Al respecto, Humberto Beck, investigador de El Colegio de México, detalló que el autor de “Cómo leer en bicicleta” mantiene una postura disidente de la historia de México porque no ensalza los momentos de transformación violenta.
“Lo que ha hecho Zaid en su obra es la crítica a las pirámides burocráticas, culturales, universitarias y empresariales. Lo que ha querido reivindicar son producciones alternativas y lo ha llevado tener una visión disidente y resalta tradiciones que han sido consideradas, derrotadas o reaccionarias, sobre todo con la tradición campesina de México”, dijo.
García Ramírez comentó que parte de ese interés tiene base en su catolicismo porque Zaid decidió asumir una propuesta papal de criticar el modelo económico desarrollista que, en el siglo pasado, tenía México, lo cual derivó en propuestas de cómo solucionar la pobreza en el país.
“Crea dos fórmulas que es el reparto en efectivo que se ha puesto de moda con los programas sociales del gobierno, pero es un reparto que se acompaña de oferta pertinente, es decir, que a la gente se le tiene que dar dinero pero se le tiene que acercar los modos de producción en su escala y en su lugar de origen para traducir ese dinero en actividades productivas en pequeñas escalas, apoyados por el Estado con microcréditos que en los años 70 era un concepto novedoso”, explicó.
Christopher Domínguez añadió que el actual reparto en efectivo indiscriminado tan propio del populismo, no tiene que ver con lo que hablaba Zaid, éste propuso ir a poblados y ver qué necesitaban; “cosas muy focalizadas y no la catástrofe de regalar dinero para que se compre una televisión a colores y a fin de mes la persona no tenga nada”.
En ese sentido, García Ramírez agregó que el proverbio chino de que es mejor enseñar a pescar y no dar el pescado, “en este gobierno, el presidente ha dicho claramente que lo que quiere dar es el pescado. Gabriel plantea las dos fórmulas conjuntas: a la gente hay que darle dinero, pero enseñarle a pescar porque el reparto no durará siempre”.
Por ello resaltó que Zaid es el pensador mexicano que más ha pensado el fenómeno de la pobreza.
“Gabriel desde los años 70 ha escrito una cantidad enorme de textos, ha prologado libros e incentivado la traducción de libros sobre formas de combate a la pobreza, combate práctico con fórmulas para que la gente pueda producir a pequeña escala, esa reflexión lo ha acompañado 50 años. Ahora mismo está trabajando en un libro en el combate a la pobreza, recogiendo sus ensayos y actualizándolos, de próxima aparición”, adelantó.
ZAID Y LAS POLÍTICAS CULTURALES
Christopher Domínguez abrió otro tema de discusión sobre la trayectoria intelectual de Zaid: su crítica y propuesta para el Estado cultural.
“Las becas que da o daba el Sistema Nacional de Creadores fue una idea que nació en ‘Plural’ y uno de los impulsores de que el Estado tenía que financiar parcialmente la creación artística mediante un fondo que fuera autónomo, fue una idea de Zaid que venía de retomar el trato que recibían en el México prehispánico los artistas”, señaló.
En ese sentido, Zaid no tiene nada que ver con el liberalismo clásico ni el neoliberalismo, siempre ha considerado que el Estado por más reducido que sea en sus facultades, tiene que apoyar de manera desinteresada, autónoma y democrática a la creación artística, añadió.
García Ramírez comentó que la propuesta de becas también implicaba la determinación de los pares de los artistas, es decir, que los artistas eligieran los proyectos y no un Estado mecenas.
“Zaid piensa que la función del Estado es de no intervenir, sino apoyar en términos de promoción y publicidad a las empresas artísticas. Si financia la obra, el Estado querrá meter mano, querrá meter a un actor protegido”, indicó.
DEFENSOR DEL LIBRO
El autor de ““Leer poesía” y miembro del grupo editorial de la revista “Vuelta” es uno de los más importantes teóricos del libro que hemos tenido en la historia de la lengua española, expresó el editor Julio Hubard.
“Gabriel comprendió siempre la inmensa complejidad que hay en hacer un libro, hay que llevar a cabo procesos paralelos seriales y éstos tienen un sentido industrializable, aunque sea en pequeño. Un libro es una convergencia de saberes, técnicas y voluntades complejas, lo milagroso es que algo tan extraño, un objeto tan difícil de llevar a cabo haya resultado tan exitoso que ahora estamos en el universo de ‘Los demasiados libros’ en donde sería absolutamente impensable leer el 10% de lo que quieres leer en tu vida”, dijo.
Zaid tiene una visión casi de revelación religiosa respecto del libro, en esa fascinación no ha dejado de ser un gran crítico si un trabajo tiene viabilidad editorial, añadió.
Sobre la publicación “Los demasiados libros”, García Ramírez resaltó que ahí el festejado analiza el libro en su producción, cómo poner precios, cómo manufacturar el libro. “Incluso llega en sus últimas versiones a proponer la edición única de libros, es decir, que haya máquinas que te puedan imprimir un libro a través de un catálogo electrónico”.
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