Cultura

Olivia Teroba: Los concursos literarios muestran la precariedad que viven los escritores

Son vistos por los creadores como una fuente empleo y es el único apoyo de los gobiernos, añade la escritora

Mujer joven con cabello largo y oscuro sonriendo
Desde hace varios años me estaba enfocando no sólo en escribir sino también en tratar de vivir de lo que escribo, dice Olivia Teroba. Desde hace varios años me estaba enfocando no sólo en escribir sino también en tratar de vivir de lo que escribo, dice Olivia Teroba. (Natalia del Carmen)

Que los concursos literarios sean la única forma en que el Estado apoye la literatura y sean vistos por los creadores como una fuente empleo, suma a la precariedad, lo mismo que el discurso del sacrificio y la falta de tiempo hacia el ocio porque los mexicanos no tienen cubiertas necesidades básicas como vivienda y salud.

Esas son algunas críticas que plasma Olivia Teroba (Tlaxcala, 1988) en su libro “Dinero y escritura” (Sexto Piso), donde reúne 13 ensayos en los que fija su visión sobre la escritura: ésta se sostiene por la materialidad, el cuerpo y el entorno que habitan los creadores.

“Desde hace varios años me estaba enfocando no sólo en escribir sino también en tratar de vivir de lo que escribo y de actividades relacionadas a ello, entonces, el libro surge de muchas preguntas sobre un tema que parecería muy obvio, el dinero, y que es un tabú o un secreto a voces”, comenta.

Teroba señala que la literatura no debiera ser vendible, sin embargo, cree necesario encontrar formas de sostener el acto creativo para salir del discurso de la precariedad y del sacrificio constante.

¿Los concursos literarios limitan la escritura al imponer tiempos y temas?

No creo que los concursos estén mal por sí mismos, el problema es que a veces son la única manera en que se apoya a la literatura de parte del gobierno estatal y municipal.

Suele pasar que si hubo una gestión deficiente en cuanto a la difusión de la literatura, se termine todo con un concurso, con un premio exorbitante y el problema ahí es que dinero sólo llega una persona y hay muchas que están participando. Estar siempre a la espera también afecta la manera en la que escribimos, incluso el contenido de lo que escribimos.

La autora agrega que depender solamente del dinero de los concursos es una presión fuerte porque no siempre gana la calidad literaria. Por ejemplo, menciona que Roberto Bolaño tuvo un periodo largo en el que vivió de concursos y escribió cuentos que parodian ese aspecto.

“Es una presión innecesaria sobre todo cuando los concursos no se perciben como lo que son: una moneda al aire y no una fuente de empleo seguro”, añade.

¿Qué tan necesario es tener una habitación para escribir?

Para los tiempos que vivimos en Latinoamérica y en México es muy difícil tener una habitación propia para trabajar.

Yo no tengo un estudio, trabajo en ciertas áreas de mi casa, pero antes de tratar de conseguir un estudio que antes era mi obsesión, es importante tener el espacio mental para la estructura y tener cierta preocupación por el cuerpo. Aunque eso implica tener asuntos básicos resueltos como la comida diaria.

Teroba comenta que hasta las máquinas necesitan mantenimiento y descanso. “Las máquinas son imitaciones de nuestros cuerpos y sabemos que si la sobrecargamos acabará descomponiéndose, es decir, incluso las máquinas descansan para que, en el futuro, puedan seguir funcionando”.

Ante las carencias, ¿nos queda tiempo para el ocio?

Es algo que debemos defender como clase trabajadora y seguir exigiendo. Desde la política nacional se habla de la reducción de la jornada laboral y de que se ampliaron los días de vacaciones al año, en este caso soy freelance y no tengo ese beneficio.

En México se trabaja muchísimo, hay estadísticas que lo dicen, producimos bastante, somos un país donde hemos estado muy acostumbrados a trabajar sin parar y si dejas de trabajar y trabajar te quedarás sin nada, eso viene de condiciones muy precarias e injustas que se han vivido en el país y que es necesario cambiar.

La autora explica que si un escritor tiene otros trabajos, el espacio para la literatura se reduce, y si los posibles lectores también tienen múltiples oficios para cubrir gastos de vivienda, comida y salud, el tiempo para el ocio no existe.

“A veces se generaliza mucho sobre los lectores mexicanos al decir que a la gente no le interesa el arte, cuando en realidad no siempre se dan las condiciones para que lo disfruten porque, insisto, los temas básicos de salud y vivienda no están cubiertos”, indica.

A ese panorama se debe agregar que el acercamiento hecho por las instituciones hacia el arte no está pensado para que el público que puede disfrutarlo “y si además no hay tiempo…todo eso genera el ambiente artístico en el que vivimos”.

Copyright © 2024 La Crónica de Hoy .

Lo más relevante en México