“Pachuquismo”, una propuesta multidisciplinaria de la bailarina y coreógrafa chicana Vanessa Sanchez y su compañía La Mezcla, en su gira por México, muestra el racismo y la discriminación que aún enfrenta la comunidad mexicanoamericana en EU ante quienes pretenden negar espacio a los migrantes.
La propuesta que nace en San Francisco, California, se vale del movimiento corporal, la palabra hablada, la música en vivo y las imágenes de época y tendrá una única presentación en la CDMX el sábado 27 de julio, a las 19:00 horas, en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.
Una obra que honra el trabajo, legado y resistencia de las “pachucas”, pues a pesar de ser maltratadas, atacadas racialmente, vilipendiadas en los medios y pasadas por alto a lo largo de la historia, se levantaron como activistas en una etapa de gran conflicto y opresión.
El movimiento pachuco fue una expresión contracultural de las jóvenes de origen mexicano, pero también adolescentes para desafiar la marginación a la que estaban sometidas dentro de la sociedad estadunidense.
Por ello, “Pachuquismo” narra algunos episodios como el de Amelia Venegas, quien a sus 22 años fue arrestada y encarcelada por “alterar el orden público”, en junio de 1943 en Los Ángeles. Su rostro aparece entre las fotografías de archivo que se rescatan y proyectan al fondo del escenario en el video realizado por John Jota Leaños.
DANZA Y DIÁLOGO PERCUSIVOS
Vanessa fundó y dirige La Mezcla desde 2015. Es una bailarina, coreógrafa, educadora y productora que se enfoca en las artes comunitarias y las formas de danza tradicional para enfatizar las voces y experiencias de las mujeres y jóvenes latinas, chicanas e indígenas. Es artista residente en el Teatro Brava y Profesora de Danza en la UC Santa Cruz.
Aunque Vanessa y sus padres nacieron en EUA, su familia es de origen veracruzano, y cuando vivió temporalmente en México descubrió una fuerte conexión entre el zapateado jarocho y el tap, danza que practica desde los tres años y con la que tiene mayor afinidad.
En Pachuquismo ambos géneros dancísticos crean un lenguaje rítmico diferente y hermanan la herencia mexicana y estadounidense de Vanessa, su pertenencia a estos dos mundos, a estas dos expresiones de resistencia y de afirmación de la identidad.
Basta recordar que el tap lo bailaron los esclavos africanos en EU, en el siglo XVIII, cuando les prohibieron utilizar instrumentos de percusión y optaron por practicar con pies y manos.
La música en vivo cuenta con la dirección de Ayla Davila. Lo mismo se entonan sones jarochos populares, como La Bamba y La Bruja, que clásicos del jazz y el blues, como Dream a Little Dream of Me y Nobody Knows You When You’re Down and Out.
Considerada una de las exponentes más representativas del son jarocho, la compositora Laura Rebolloso brindó su asesoría a esta producción y adaptó los versos de las canciones populares a la historia de las pachucas para destacar su fortaleza y resiliencia.
COMBATIR AL PATRIARCADO
Al visibilizar a las mujeres mexicanoamericanas que en los años 40 del siglo XX se enfrentaron al racismo en EUA, pero también al machismo, Vanessa decidió visibilizar a las mujeres del presente mediante un elenco completamente femenino.
Nueve bailarinas, cantantes e instrumentistas interactúan en escena, evocando la tradición del fandango jarocho, para desafiar los roles de género y trascender la narrativa del pachuquismo enfocada en los hombres y difundida en la literatura, las películas y el teatro.
Mediante su vestimenta (trajes holgados conocidos como Zoot Suit), el uso peculiar del lenguaje y su conducta, las pachucas fueron perseguidas por las autoridades y condenadas por salirse de las normas de lo que era considerado la feminidad.
Contribuyeron a definir la cultura y la estética de la población mexicanoamericana en EUA y a la vez inspiraron la lucha chicana de los años 60 y 70, recuerda la directora de La Mezcla, compañía arraigada en la justicia social y las historias de resistencia colectiva.
Pachuquismo se ha presentado en escenarios prestigiosos como el Lincoln Center y el Joyce Theatre, así como en el festival Jacob’s Pillow en EUA. Además, obtuvo el Premio Isadora Duncan como Producción Sobresaliente.
Formó parte de la programación del Departamento de Estado de los Estados Unidos a través de su Embajada en México, como país invitado de honor del 51 Festival Internacional Cervantino, donde 4 mil espectadores vieron la obra en la Alhóndiga de Granaditas.
COMPROMISO COMUNITARIO
Tras su debut en la Ciudad de México, Vanessa ofrecerá una clase magistral el domingo 28 de julio, a las 12 horas, en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, dirigido a estudiantes del Centro Cultural Ollin Yoliztli y a los miembros de Danza Capital, compañía de contemporáneo de la Secretaría de Cultura local.
Contenidos Artísticos hizo posible la gira de La Mezcla a través de Escena Cross-Border, programa permanente de intercambio de las artes escénicas entre México y Estados Unidos. La gira también abarca dos funciones más: el 24 de julio en el Teatro de la Ciudad de Irapuato y el 25 de julio en el Teatro de la Ciudad de Purísima del Rincón.
La gira va más allá del espectáculo al incluir actividades comunitarias, ya que la bailarina y coreógrafa chicana ofrecerá charlas, dirigidas al público en general, sobre su trayectoria dancística, así como talleres dirigidos a público especializado.
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