Cultura

Piedad Bonnett dona al Instituto Cervantes un "mundo de afectos" literarios

A lo que yo aspiro es a que, cuando dentro de muchos años, se abra esta urna y se saque lo que dejé ahí, alguien se acuerde de quién es Piedad Bonnett a través de la literatura, explicó

La escritora Elena Poniatowska en su biblioteca
Piedad Bonnett. Piedad Bonnett. (La Crónica de Hoy)

La colombiana Piedad Bonnett depositó este jueves en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, en Madrid, parte de su legado literario, que definió como un "mundo de afectos", en el que figuran correspondencia con otros escritores, un cuaderno de ideas, dibujos y un libro en homenaje póstumo a su hijo.

"A lo que yo aspiro es a que, cuando dentro de muchos años, se abra esta urna y se saque lo que dejé ahí, alguien se acuerde de quién es Piedad Bonnett a través de la literatura", explicó la autora colombiana.

Bonnett se ha valido del dolor como sentimiento fundamental, ya que, para ella, "legar es desprenderse y, siempre cuando uno se desprende de lo querido, hay un cierto dolor". "Yo no podía coger cualquier cosa de mi casa y traerla acá sin que yo sintiera ese desprendimiento y ese pequeño dolor", añadió.

Es una tradición del Instituto Cervantes guardar objetos significativos de escritores en la cámara acorazada del antiguo banco que ahora alberga la sede de la institución en Madrid, conocida como la Caja de las Letras.

En el legado de Bonnett hay diversas cartas originales intercambiadas con escritores, que la autora definió como "gente muy entrañable" y entre cuyas firmas figuran Giovanni Quessep, José Watanabe, Eugenio Montejo o Yolanda Pantin.

También una libreta en la que apuntaba pensamientos, ideas de otros autores y adelantaba los caminos que podía tomar su obra: "Busqué la que fuera más profusa, la que estaba más llena, no la leí con detenimiento porque me dio miedo a arrepentirme", afirmó mientras señalaba que fue lo que más le costó donar por poder interesarle a sus nietas.

Una serie de copias de dibujos realizados por la propia Bonnett durante el duelo por el suicidio de su hijo Daniel, tras el cual escribiría "Lo que no tiene nombre", han servido de primer homenaje al fallecido. En ellos se muestran objetos personales del hijo que la escritora encontró en su dormitorio.

Y un libro de corta tirada, impreso en homenaje a Daniel con el dinero que ganó con el Premio Casa América de Poesía Americana (2011) dos días antes de su suicidio y que recogía lo mejor de la obra de su hijo en lo que la autora definió como un intento de "perpetuar su memoria dentro de la mía".

Como aporte cómico a la donación, entregó los libretos de una radionovela de diez capítulos que escribió para Radio Nederland, en la que participaron afamados actores de varios países latinoamericanos y cuyo título no recuerda. "Escribir una radionovela me parecía una cosa maravillosa porque también me hice escritora oyendo radionovelas cuando era chiquita", declaró.

Por último, Bonnet incluyó en su legado la obra "Libro de anatomía", un libro de dibujos realizados por la artista Luz Ángela Lizarazo en 2006, en los que representa de manera sutil el cuerpo femenino a través "los huesos, las membranas, la sangre menstrual", acompañados por los poemas de la escritora.

El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, recordó en la ceremonia que "homenajear el pasado es el mejor modo de comprometerse con el futuro" a la vez que mostró su satisfacción por recibir en la caja la donación de Bonnet, a quien calificó de "nombre decisivo" del "horizonte fertilísimo" de la poesía colombiana.

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