Cultura

La pila bautismal de Siena y el 'Festín de Herodes' de Donatello vuelven a brillar

Fue reabierta después de tres años de una "difícil" pero "necesaria" restauración

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La catedral de la ciudad italiana de Siena presenta restaurada la pila bautismal realizada por maestros del Renacimiento como Donatello.

La catedral de la ciudad italiana de Siena presenta restaurada la pila bautismal realizada por maestros del Renacimiento como Donatello.

EFE

En los albores del Renacimiento, Siena fue una de las ciudades italianas más pujantes. De ello da fe su antigua pila bautismal, embellecida con obras de genios como Donatello, como el 'Festín de Herodes', y que hoy fue reabierta después de tres años de una "difícil" pero "necesaria" restauración.

El baptisterio se encuentra a los pies de una gran escalinata que lleva, en lo alto, a la catedral de esta ciudad toscana de piedra, Patrimonio de la Humanidad desde 1995 y protagonista con la cercana Florencia en el efervescente Renacimiento italiano.

En su interior, bajo un sinfín de frescos bíblicos, se alza la pila bautismal, una estructura formada por un vaso hexagonal decorado con bajorrelieves de bronce en cada una de sus caras y de cuyo centro sale un gran pilar de mármol blanco.

El arte y el poder

Siena a comienzos del siglo XV era una de las potencias de los belicosos reinos y territorios itálicos y toscanos, eterna rival de la poderosa Florencia, y los mejores pintores, escultores o pensadores del momento deambulaban entre una y otra, trabajando.

La construcción de la pila, entre los años 1417 y 1431, unió a tres de los maestros escultores de la época: Lorenzo Ghiberti, que también haría la 'Puerta del Paraíso' de Florencia; Jacopo della Quercia y Donatello, genio universal y precursor del Renacimiento.

El encargo recibido por los tres artistas -y por Giovanni di Turino- consistía en decorar el monumento sacramental con relieves de bronce que mostraran escenas de la vida de San Juan Bautista y con representaciones de las 'Virtudes'.

Donatello por ejemplo encarnó la 'Fe' y la 'Esperanza', situadas a los lados de una plancha de bronce en la que ilustró el 'Festín de Herodes', el momento en que el señor de Judea recibe la cabeza del santo cortada por orden de Salomé.

El maestro confirió a ese pasaje bíblico un dramatismo conmovedor recurriendo a la profundidad para mostrar las escenas del pasado que derivaron en el crimen en primer plano (Su técnica, el 'stacciato', relieve aplanado, permitía hacer bajorrelieves con una variación milimétrica para dar perspectiva).

"Esta es una de las obras maestras del Donatello de aquellos años, en la que usa la perspectiva para representar el dinamismo del tiempo", explica a EFE la superintendente del Opificio de las Piedras Duras sienés, Emanuela Daffra.

Una restauración "necesaria"

Sin embargo, el paso del tiempo y el uso, pues por la pila han pasado las cabezas de muchos de los niños que la historia dio a Siena, acabó por ennegrecer el mármol y los relieves metálicos, casi haciéndolos incomprensibles.

La estructura presentaba unas "condiciones críticas", según Daffra, oscurecida por la suciedad y hasta con rupturas parciales. Unas manchas verdes revelaban un "ataque corrosivo activo" y los calcos realizados en el siglo XIV habían dejado incrustaciones.

Para arreglar el desaguisado de los siglos y limpiar el rostro a este monumento se han necesitado tres años y los expertos han tenido que separar los relieves de sus paredes de piedra, un proceso delicado que ha estado "precedido, acompañado y servido" por un diagnóstico sobre los materiales y su estabilidad.

La tarea principal ha sido limpiar el mármol y las planchas de bronce, embellecidas con la técnica del "dorado a fuego", y ahora el resultado salta a la vista, pues brillan más que nunca.

El cardenal y arzobispo de Siena, Augusto Paolo Lojudice, supervisa el resultado de la restauración y se declara "absolutamente" satisfecho: "Cuando me lo presentaron pensé que estaba ante otra obra y no la que conocía".

La ciudad toscana preserva así un monumento de un valor artístico "inmenso", no solo porque conjuga a tres artistas excepcionales, sino también porque "marcó la llegada de algunas conquistas renacentistas" como la perspectiva o la atención a la anatomía de los cuerpos y su expresividad, según Daffra.

La pila seguirá llenándose de agua para bautizar a quienes así lo deseen, a pesar de que cada vez sean menos debido a un "descenso de la natalidad que lamentablemente afecta a toda Italia y Europa", sostiene el purpurado. Pero ese ya es otro tema que nada tiene que ver con el arte.