La fachada poniente de la Pirámide de la Serpiente Emplumada, ubicada en la zona arqueológica de Teotihuacan, Estado de México, contará con una techumbre para protegerla de cambios climáticos como la variación de temperatura que oscila entre los 0 y 50 grados en un día y que desde hace 10 años ha hecho que las esculturas de serpientes y cocodrilos que decoran la estructura se deslaven.
Algunos detalles de ese anteproyecto que las autoridades del INAH esperan ejecutar antes de 2024, fueron expuestos por Javier Moctezuma, miembro del despacho Dos Puntos Arquitectura, ganador del Concurso Internacional Serpiente Emplumada “Diseño del sistema de protección integral de la fachada poniente de la Pirámide de la Serpiente Emplumada”, convocada por el INAH en agosto de 2021.
“La licitación pública internacional convocada por el INAH ha llegado a su fin, no obstante, el desarrollo del proyecto ejecutivo final es un asunto que permanece pendiente y que deberá llevarse a cabo cuidadosamente para la construcción de la cubierta propuesta en las mejores condiciones”, indicó el ingeniero Salvador Fernández del Castillo, miembro del jurado.
Al respecto, Diego Prieto Hernández, director del INAH, agradeció al gobierno del Estado de México por asignar 3 millones de pesos en 2018 para el diagnóstico de la pirámide afectada, dinero del que “guardaron” un fondo para otorgar a los ganadores del concurso: Dos Puntos Arquitectura (primer lugar), Ignitia Desarrollos SA de CV y Taro Zorrilla & José Enrique Lastra (ambos, segundo lugar).
“Ahora empieza una tarea mayor, tenemos que hacer el proyecto ejecutivo, no estamos del todo satisfechos y queremos que se pueda retroalimentar el proyecto ganador con las otras propuestas seleccionadas. Hay que instrumentar la solución y eso cuesta más, probablemente vamos a necesitar 40 o 50 millones, pero no lo tenemos”, dijo.
Prieto Hernández externó que la meta es que en 2023 inicien los trabajos y “que no pase del año 2024 para terminar este sistema de protección”.
PIRÁMIDE DE AZÚCAR
Rogelio Rivero Chong, arqueólogo responsable de la zona arqueológica de Teotihuacán, explicó que la Pirámide de la Serpiente Emplumada es un edificio ritual que empezó a construirse en el año 0 y que tuvo su apogeo cerca del 150 d.C.
“En el 250 d.C. los teotihuacanos deciden sacrificar el templo, lo queman y construyeron una plataforma encima para tapar la fachada principal y hacer un templo más grande con las mismas fachadas de serpientes y una especie de cocodrilo mítico, pero ahora pintadas. Su función cambia para el año 350 d.C. y en el 600 d.C. viene el abandono de la ciudad”, dijo.
¿Cuál es la afectación de la pirámide?
Hay una pérdida de material pétreo. Las esculturas (serpientes y cocodrilos) se deterioran como si fuera azúcar, como si se estuvieran cayendo granos de azúcar, tiene una disgregación y una desagregación de los cristales de la roca que hace que se caiga como arena.
¿Ya atienden esa afectación o hasta que coloquen la techumbre?
La techumbre es parte de una solución multifactorial. Hasta que se coloque se estabilizará.
El arqueólogo aseguró que la pirámide, al ser la única con esculturas, es la única con tal desmoronamiento.
“El deterioro acelerado tiene 10 años pero éste empezó a registrarse hace 50 años. Sí es una tendencia y también no lo es. Toda la zona está expuesta al intemperismo (lluvia, viento, sol, granizo); tenemos deterioro por intemperismo, pero no en el grado en el que tenemos en la escultura”, comentó.
TECHUMBRE
El ganador del concurso, Javier Moctezuma detalló que la cubierta propuesta cubrirá una superficie de 700 metros cuadrados y que está dividida en módulos.
“Es de alrededor de 30 metros de largo por 26 metros de ancho. Estamos utilizando materiales sumamente ligeros (ETFE), 10 veces más ligero que el vidrio y tiene más durabilidad, se estima que tiene 30 años mínimo de durabilidad y es fácil el mantenimiento porque es una membrana plástica donde toda la suciedad resbala cuando cae la primera lluvia”, dijo.
AJUSTE DEL PROYECTO GANADOR
El concurso internacional recibió más de 100 propuestas y el jurado consideró el impacto visual e invasión al contexto del proyecto, su integración al conjunto arqueológico, la facilidad y costo de mantenimiento, y la durabilidad de las cubiertas.
Fernández del Castillo, miembro del jurado, comentó que el despacho ganador deberá mejorar algunas soluciones, es el caso de la protección ante lluvia y viento de los laterales de la fachada.
“La propuesta ganadora se planteó resolver con una barrera arbórea que en opinión de los especialistas no es recomendable”, dijo
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