Se presentó en la Feria Internacional del Libro (FIL) del Zócalo 2021 la obra ganadora del Premio Bellas Artes de Ensayo Literario Malcolm Lowry 2020: Claro rastro del mundo oscurecido, de Luis Paniagua.
El escritor Ángel Cuevas refirió que Claro rastro del mundo oscurecido es “un libro puerta” que se adentra en la vida y obra de la autora a través de sus propios títulos, como Shakespeare Palace, “en alusión a la calle Shakespeare donde vivió Ida Vitale en sus años en México junto con su esposo, el poeta uruguayo Enrique Fierro”.
Detalló que la obra de Paniagua permite acercarnos a una época de alta cultura a través de una selección de recuerdos de la poeta: “Nos presenta los que a su juicio son los más interesantes; los que le permiten reconstruir su estancia en México; su interrelación con escritores de origen extranjero, como Álvaro Mutis y Tomás Segovia, y de mexicanos, como Juan José Arreola, Juan Rulfo y Ricardo Garibay, en una especie de referencia que hace Luis para dar solidez al acercamiento a Ida Vitale”.
En su turno, la escritora Brenda Ríos afirmó que su gusto por Claro rastro del mundo oscurecido se explica por dos aspectos: la posibilidad de que un ensayista se convierta a la vez en narrador, cronista y poeta, y que “no es el típico ensayo que habla sobre un autor o una autora. Lo que noté en el libro es la idea de que el escritor nunca está solo. Tenemos el concepto, románticamente hablando, de que vive aislado y que nadie lo toca cuando está escribiendo, pero se nos olvida que la lectura y la escritura están vinculadas a una comunidad”.
Agregó que la obra retrata también la vida doméstica y cotidiana de la poeta, así como su experiencia de rompimiento al irse de su país natal y cómo construyó una identidad a partir de su llegada a la Ciudad de México.
En ese sentido, la escritora Ingrid Solana expuso que Paniagua habla de manera íntima no sólo de abstracciones, sino además de la vida de una autora exiliada: “Lo bonito del libro es cómo esa voz ensayística va revisando a todos estos otros autores que le interesan a Luis Paniagua, como Alfonso Reyes, Juan Rulfo o Juan José Arreola. Aparecen todas estas figuras que tuvieron relación con Ida Vitale, pero también otros escritores que van reflejando un poco sus ideas”.
Añadió que otra aportación del volumen es la escritura testimonial, no como un ejercicio narcisista, sino como una indagación a la persona que está relatando determinadas experiencias: “Me gustaron mucho todas estas citas que va acomodando alrededor del tema de la memoria. Por ejemplo, esta idea de Donoso de que la memoria es fantasía, es discutible y es conjetura”.
Por su parte, Paniagua aseveró que su primera intención para este ensayo fue crear seis acercamientos a la memoria de Ida Vitale mediante los mosaicos de su vida en México: “Son estos 10 años que pasó de mediados de los setenta a mediados de los ochenta, y que ella se niega a calificar como género memorístico, porque éste tiene una carga moral muy fuerte y no quiere tomar para sí la responsabilidad de ser un ejemplo de nada para nadie”.
Concluyó que en la publicación hay un cierto apartamiento de su objeto de reflexión: “¿Hasta qué punto le creemos al autor? Siempre digo que no le creo a él, sino al texto, y que en realidad no me importa si su memoria es fiel o infiel, sino la coherencia que tiene al interior del texto todo el recuerdo que se está contando”.
En el acto, la subdirectora de Documentación y Publicaciones de la CNL, Rosa Guadalupe García, expresó que en este volumen el autor pone a dialogar los recuerdos y la vida del exilio de la poeta uruguaya Ida Vitale durante su estancia en México, a la vez que explora la memoria de la escritora “mientras usa, cita y rememora a otros autores para revisar el arte de recuperar, compartir, reconstruir, completar o incluso imaginar y escribir recuerdos, anécdotas, vivencias o testimonios”.
Copyright © 2021 La Crónica de Hoy .