A las seis de la tarde con quince minutos sonaba la voz grabada de Janis Joplin, cantando rock de fines de los años 60s frente a locomotoras y vagones de trenes de principios del siglo XX. Casi 150 personas ya ocupaban sus lugares bajo la sombra de los patios del tren en Cuautla, Morelos, para la presentación de un nuevo libro, cuando el anfitrión del encuentro, Mario Cassasús, llamó la atención desde un micrófono:
-Muchas gracias a todos los presentes, por favor recibamos al maestro José Agustín--, dijo Cassasús antes de que se liberara bajo la sombra del andén de trenes una cascada de aplausos que comenzó tímida, pues no había seguridad de que realmente reaparecía en público el novelista mexicano que modificó y amplió el lenguaje literario mexicano en los años 70s y que dejó de aparecer en eventos públicos desde que sufrió un accidente, en abril de 2009.
Pero José Agustín disipó toda duda al aparecer, en silla de ruedas, al frente de las filas de sillas, y levantar la mano, en señal de saludo, al mismo tiempo que el aplauso elevó su volumen y las personas se brincaban filas para poder tomarle fotografías con teléfono celular al autor que fue considerado genio antes de los 22 años, debido a sus novelas “La Tumba” y “De perfil”. El escritor llegó acompañado por su hijo Tino y por su esposa Margarita Bermúdez, cuya mano sujetaba intermitentemente.
La reunión en los patios del tren fue convocada para presentar el libro José Agustín en Morelos, escrito por el periodista cultural Mario Cassasús, quien investigó la vida e interacciones de José Agustín en Morelos, donde llegó a vivir en 1975, así como las referencias que aparecen en sus libros de escenarios y personas del estado de Morelos, principalmente en las novelas Cerca del fuego (1986), que tiene escenas importantes en Yautepec, y La panza del Tepozteco (1992), que ocurre en Tepoztlán.
Amigos y colegas del escritor acudieron a la presentación que se volvió un acto muy familiar pues ninguno tendría menos de treinta años de tratar al escritor que, a fines de los años 60s y principios de los 70s, fusionó en sus textos el lenguaje de la protesta, el rock, la liberación sexual, las búsquedas espirituales y los experimentos con sustancias psicotrópicas, que tejieron el cuerpo de la llamada contracultura.
“Como novelista, José Agustín tomó la estafeta que le entregó Carlos Fuentes y la llevó a lugares opuestos, convirtiéndose en un saludable antípoda del autor de la Región más transparente. Con sus dos primeras novelas, La Tumba y De perfil, José Agustín le dio un giro al lenguaje literario mexicano. Él no escribía para la academia sino para generar la catarsis y libertad que necesitaban los jóvenes de esa generación”, comentó en los patios de trenes de Cuautla el escritor, editor y traductor Hernán Lara Zavala, quien fue uno de los comentaristas invitados.
“La literatura de la onda se llama José Agustín”, dijo Lara Zavala al jugar un poco con la controvertida clasificación de “literatura de la onda”, que muchas veces fue rechazada por autores a los que se quiso unir bajo esa etiqueta, como José Agustín, Gustavo Sáinz, Parménides García Saldaña y René Avilés Fabila.
En la presentación del libro, que se convirtió en homenaje y fiesta, estuvieron presentes escritores, fotógrafos, editores, lectores y familiares. Comentaron la vida de José Agustín en Morelos el fotógrafo Barry Domínguez, los escritores José Antonio Aspe, Hernán Lara Zavala, Enrique Serna, Mario Cassasús y José Agustín “Tino” Ramírez, hijo del homenajeado.
Enrique Serna reflexionó sobre cuál fue la razón por la cual José Agustín se mudó a vivir a Cuautla en pleno apogeo de su éxito literario. Primero planteó que la mudanza pudo ser motivada por la famosa “búsqueda de la vida retirada”, que anhelan muchos escritores, pero que en realidad es una contradicción pues, de acuerdo con Serna, “todo escritor vive un tumulto civil de pensamientos que provocan angustias y desvelos, independientemente del lugar donde esté”.
La cadena de vivencias y conversaciones se prolongó más allá de las ocho de la noche cuando habitantes de Cuautla comenzaron a tomar el micrófono para dirigir palabras de cariño a uno de los gigantes literarios vivos de México.
Copyright © 2022 La Crónica de Hoy .