Cultura

Recuperan la obra de siete escritoras pioneras de la ciencia ficción

“Mundos alternos” reúne cuentos de Judith Merril, Zenna Henderson, Joanna Russ, Doris Pitkin, Wilmar H. Shiras, C.L. Moore y Mildred Clingermann

Imagen de una mujer joven sentada en una silla en un auditorio vacío.
La escritora Joanna Russ. La escritora Joanna Russ. (La Crónica de Hoy)

Siete autoras que son eslabones perdidos de la ciencia ficción, hoy ven la luz en el idioma español gracias al libro “Mundos alternos” en donde se reúnen cuentos escritos a inicios del siglo XX en los que se narran aventuras de mutantes o heroínas que toman las riendas de su destino.

La obra publicada por Almadía recupera las voces de Judith Merril, Zenna Henderson, Joanna Russ, Doris Pitkin, Wilmar H. Shiras, C.L. Moore y Mildred Clingermann, quienes publicaron entre 1920 y 1960 en revistas especializadas en ciencia ficción, al igual que otras 300 escritoras.

“Es importante sacar a la luz a todas estas autoras y el trabajo que hicieron en el siglo pasado y que llevó al panorama actual de la ciencia ficción anglosajona. Muchas de estas autoras publicaban en los años 20 en revistas “Pulp” o en “Amazing Stories, Fantastic Universe o Astounding Science Fiction”, especializadas en el género especulativo que abarcan ciencia ficción y fantasía”, explica Daniela Barberena.

Los cuentos recuperados en este libro, que fue traducido por el colectivo Falsos Amigos, se retoman de una antología hecha por Lisa Yaszek, investigadora y académica estadunidense.

“Su antología termina en los 60 porque a partir de ahí comienza la ola de oro de la ciencia ficción estadunidense de dónde vienen los autores icónicos de este género, no obstante, las autoras recuperadas permitieron labrar el campo y que se gestara el tipo de literatura ciencia ficción o ficción especulativa”, indica.

Uno de los cuentos que resalta Barberena es Incógnito, de Wilmar H. Shiras, por ser el “primer cuento de una trilogía que se le atribuye ser la inspiración de los X-Men porque habla de niños mutantes con habilidades extrahumanas y de una sociedad que no está preparada para esas infancias hipersensibles e hiperintelectuales".

“A una de las autoras (Leigh Douglass Brackett) se le conoció como la Reina del Space Opera y varios de sus personajes inspiraron al arquetipo de Hans Solo”, añade la traductora.

Otro ejemplo que menciona Gloria Ramos, es el cuento El beso del dios negro, de C.L.Moore, donde la protagonista fue la primera del género de mujeres guerreras, de capas y hechicería, de esta fantasía medieval. En otro de los cuentos, casi pegado a la época de oro, Salvaje, de Joanna Russ, aparece otra guerrera, “entonces es un personaje que prevalece hasta nuestros días con evoluciones”.

A la par que existen estas guerreras, existen otras protagonistas que tienen luchas igual de difíciles en el contexto de lo domestico, agrega Paulina H. Marroquín. “Son heroínas pero se enfrentan a otro tipo de monstruos, es interesante que dentro de la ciencia ficción puedan existir y contar historias tan interesantes diferentes mujeres”.

SOLEDAD Y PIONERAS

Uno de los temas recurrentes en la antología es la soledad, afirma Gloria Ramos. “Son personajes que están en aislamiento y, por tanto, son relatos muy íntimos porque se tratan de una persona. Aparecen otros temas como las consecuencias de una guerra nuclear, de cómo enfrentar la maternidad y el aislamiento de las infancias”.

¿Mary Shelley no es la única pionera de la ciencia ficción?

Se le atribuye el inicio de la ciencia ficción porque muchos de los elementos que utiliza, con el paso del tiempo, se consideran ciencia ficción: usar herramientas tecnológicas para alterar una realidad y ahí empezar la historia.

Me parece bien que siga teniendo su lugar, pero aceptando y tomando en cuenta que en una definición retroactiva se pueden encontrar otras historias donde se da este tipo de exageración a través de medios plausibles.

Por ejemplo, hay una novela que se llama “Planilandia”, habla de un universo alterno que está en 2D, son triángulos y cuadros que tienen un sistema social. Hay un ensayo de Jonathan Swift que propone comer a los bebés para reducir a la población irlandesa y ayudar a la gente más pobre, es una parodia de los ingleses, y usa muchas herramientas narrativas que no son ciencia ficción, pero que las usa como propuestas de otro mundo.

El colectivo Falsos Amigos es un monstruo de ocho cabezas, aseguran sus integrantes. “Lo que hacemos es complementar y construir para lograr un texto. Hay una traductora principal por cuento, luego todas revisamos el trabajo, es un proceso más tardado que si hiciéramos una traducción que de un solo individuo, pero hacerlo colectivo tiene ventajas en el resultado”, indica Gloria Ramos.

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