Cultura

Recuperan el protagonismo de las mujeres en la lucha por la Independencia de México

El libro “Inventoras de la matria…" visibiliza en 14 ensayos a las insurgentes desconocidas y revalúa a nombradas

Retrato de una mujer
“Inventoras de la matria. Sobre las huellas visibles e invisibles de las mujeres en la Independencia de México”. “Inventoras de la matria. Sobre las huellas visibles e invisibles de las mujeres en la Independencia de México”. (La Crónica de Hoy)

Las mujeres también participaron en la Independencia y aunque existen pocos relatos de sus hazañas y resistencias, se sabe que fueron fusiladas, en primer lugar, por acusaciones como seducción de tropa, usar pantalones o envenenar tortillas; y en segundo lugar por liderar gavillas de rebeldes, ser capitanas e idear estrategias militares. ¿Quiénes fueron estas insurgentes? Es la pregunta que responde el libro “Inventoras de la matria. Sobre las huellas visibles e invisibles de las mujeres en la Independencia de México”.

La obra, editada por el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM) y coordinada por Blanca Rivera del Río, presenta 14 ensayos sobre las insurgentes desconocidas y sobre aquellas que sí son nombradas como Leona Vicario, la Güera Rodríguez y Josefa Ortiz de Domínguez pero que sus vidas han sido narradas a partir de sus relaciones con los hombres.

“La historia de las mujeres llega a nosotras en función de con quién y no del porqué. Tenemos los casos de Josefa Ortiz siempre vinculada a Andrés Quintana Roo y Leona Vicario a Miguel Domínguez, se les ha dejado en un papel de esposas y acompañantes. En este libro les regresamos su agencia, su por qué, recuperamos su protagonismo desde ellas, desde sus intereses y posiciones”, comenta en entrevista la historiadora Noemí Juárez Pérez.

La también autora expresa que las mujeres son atravesadas por diversas circunstancias y no solamente por el hecho de ser mujeres, por ejemplo, ser indígena o afrodescendiente.

“Será en esas diferencias sociales y económicas que las mujeres de la Independencia recibieron distintos castigos y una trascendencia diferente en la historia. Por ejemplo, existe poca evidencia de las mujeres que vivían en villas y pueblos y que no sabían leer ni escribir, a diferencia de Leona o Josefa. Muchas fueron pasadas por las armas, sin embargo, los castigos para mujeres criollas fue recluirlas en conventos o quitarles sus bienes”, detalla.

Juárez Pérez habla del fusilamiento de Gertrudis Bocanegra en la plaza de Pátzcuaro en 1817, castigo que también recibió todo un colectivo de mujeres que no tuvieron nombre ni apellido propio.

“Las fusilaban, sus cuerpos eran expuestos, como le sucedió a Carmen Camacho: su cuerpo quedó en la plaza de Acámbaro a manera de escarmiento y le colocaron un cartel que decía su delito: seducción a la insurgencia, es decir, persuadir y hacer desertar a soldados realistas”, indica.

Gran parte de los testimonios que se reúnen en el libro provienen de juicios. “Ellas fueron capturadas y descritas por quien las detuvo, la mayor parte de veces, tropas realistas, por lo tanto, ellos colocaron qué normas trasgredieron. Tenemos a María Josefa Martínez en Veracruz, que al momento de su captura vestía pantalones y en el juicio lo que más se le condenó fue portar pantalones, a pesar de que fue líder de gavilla y tenía bajo su mando a 12 hombres”.

Otro caso es el de María Luisa Martínez quien tenía una miscelánea, negocio que ocupó para hacer correo, manejó información para los insurgentes y también fue fusilada. O Manuela Molina que recibió el mando de capitana y que, en palabras de la investigadora, evidencia que los insurgentes reconocieron el valor en batalla de las mujeres.

“Hubo acusaciones de mujeres por envenenar tortillas y dárselas a las tropas realistas. Es decir, cada una participó desde sus espacios y posibilidades. Ellas fueron insurgentes, pertrechos, enfriaron cañones y participaron en acciones de guerra, comunicando, resguardando y quemando bienes para que las tropas realistas no se llevaran materiales”, precisa Juárez Pérez.

¿Cómo vivieron el tema de la familia y la maternidad?

Hay algunas acusaciones para Bernarda Espinosa donde dicen: no podemos comprobar que sea insurgente, pero estaba fuera de su casa sin el permiso del marido, lo que implica que es una mala mujer y eso la orilla más a ser insurgente.

Lo anterior significa que si no cumplían con el rol de estar acompañadas y en casa, eso las colocaba en automático en la categoría de mala mujer o vaga, que era el término que se usaba en la época.

Cuando pensamos en Independencia o Revolución miramos la parte política y militar, pero fueron movimientos que trastocaron la vida de personas, y ahí van las relaciones familiares de por medio. Las maternidades y las familias sufrieron un importante rol en el sentido de que fueron utilizadas como monedas de cambio.

En el libro se ejemplifican varios casos, por ejemplo, la vida de Antonia Nava, consumadora de la Independencia y única mujer presente durante la entrada del Ejército de las Tres Garantías a la Ciudad de México, quien vivió la pérdida de hijos; lo mismo que la cabecilla de la Sierra de Guanajuato, Rita Pérez.

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