El 4 de marzo se llevó cabo en El Colegio Nacional una mesa de diálogo en torno al 8 de marzo, coordinada por Julia Carabias, con la presentación de María Elena Medina-Mora y la intervención de Martha Lamas. En esta segunda entrega se aborda la participación de la nueva generación de feministas.
Durante el diálogo que condujo Gabriela Warkentin con las participantes que representan distintas generaciones quedaron claras las diferentes visiones sobre el que hacer del movimiento feminista. Por un lado, quienes han sido parte del movimiento desde los años setenta, plantean la necesidad de encontrar puntos de consenso entre los numerosos grupos feministas, para ir construyendo una agenda de consensos que aglutinen al movimiento, como por ejemplo el tema del cuidado que cruza a todos los grupos y es la base de la igualdad de género. Por otro lado, las más jóvenes, priorizan el valor de la diversidad de planteamientos, las múltiples reivindicaciones sin prioridades, que, aunque no tengan consenso, incluyan todas las a visones. Queda claro que no hay un solo feminismo ni una sola forma de entenderlo y se pregunta Gabriela Warkentin sobre si el movimiento actual es o no caótico; si las múltiples reivindicaciones no provocan un movimiento caótico, con muy diferentes enfoques e incluso a veces opuestos y señaló que “el 8 de marzo 2020 era un río de mujeres con muchísimas reivindicaciones, se caminaba no hacia un fin sino por caminar juntas, que no es un asunto menor”.
Alethia Fernández de la Reguera se refirió a los avances en el feminismo en los últimos años, “nunca habían existido tantas leyes, nunca tantos programas, nunca había estado tan institucionalizado el feminismo y, a pesar de ello, no es suficiente”. “Llevamos 15 años con una ley de acceso a la vida libre de violencia; 15 años de la despenalización del aborto en la Ciudad de México, además de otros seis estados, y aún tenemos un reto muy grande. Tenemos un escenario donde podemos decir qué hay avances muy importantes en materia legislativa y en políticas públicas; sin embargo, cada 8 de marzo estamos reunidas con una agenda cada vez más compleja.”
Una de las características primordiales es que esa agenda resulta más diversa y con distintos feminismos. Pese a ello, hay ciertos aspectos que no se han atendido de la misma manera, como sucede con la problemática de las mujeres migrantes. “Si pienso en cómo las mujeres enfrentan los obstáculos para acceder a la justicia en este país, me pregunto cómo lo vive una mujer inmigrante hondureña que, además, es de piel negra, porque es garífuna, y es madre soltera.”
“Es fundamental, para entender el acceso de los derechos de las mujeres migrantes, la violencia del Estado, la violencia que se ejerce a partir también de la militarización, el papel que tiene la Guardia Nacional en los controles fronterizos, lo cual afecta de manera muy particular a las mujeres migrantes”, especificó Fernández de la Reguera.
Paola Zavala Saeb coincidió en la importancia de reconocer que un avance del feminismo fue pasar de un movimiento aglutinado, a uno que invita a pensar distinto, “lo cual me parece fascinante y, desde ahí, me gustaría abordar al mito fundacional del Estado mismo”.
“Nos dijeron que vivíamos en un Estado y que en esos Estados se habían hecho leyes con base en un pacto social: un día se apuntaron un montón de personas, hace muchos años, y decidieron que iban a vivir en un territorio, se pondrían ciertas normas y esas normas las iban a respetar todos, porque era un papel social: pero nunca ha sido un pacto social, siempre ha sido un pacto entre hombres.”
Todas las instituciones y leyes, destacó la abogada, han sido pensadas, diseñadas y operadas por hombres; por ello, resulta indispensable pensar todo desde esa mirada. Entonces, ¿cuáles son las reivindicaciones feministas?, se preguntó Paola Zavala: “todas las posibles”.
“Deberíamos hablar de todos los temas, más allá de lo que nos concierne específicamente por ser mujeres y, en ese sentido, me parece que estar discutiendo el tema de las mujeres trans o algunos otros es estarnos viendo al ombligo. Tenemos que discutir al Estado entero, al tema de la justicia, de la paz, de la pobreza, de la salud.”
Planteó una parte de su reflexión como una crítica alrededor de la participación política contemporánea, cuando se cuenta con el primer Congreso con paridad de género. “Me sorprende mucho y también me defrauda mucho que las mujeres que hemos llevado allí no están viendo eso, están en la lógica partidista de votar agendas.”
“No piensan que hayamos llegado a dar los debates desde un enfoque que tendría que ser distinto. Creo que están atrapadas bajo una lógica de derecha o izquierda y no nos dejan avanzar en la necesidad de pensar en todo el Estado.”
Por su parte, Alejandra Collado señaló en su participación que vivimos un momento de efervescencia dentro de la esfera feminista: no es que estas acciones no existieran antes o que no se hubiera hablado de ellas antes, sino que son momentos de mucha visibilidad por un ámbito tecnológico en el que también nos encontramos.
La investigadora enfatizó que la lucha por la autonomía del cuerpo sigue siendo un hilo conductor fundamental, sobre todo porque atraviesa todos los ámbitos de la salud, la educación, la sexualidad, el deporte… “y ahora estamos con esto de los logros que se han tenido respecto al derecho al aborto, las paternidades libres y a nuestra identidad. El tema de la identidad es crucial en las agendas actuales del feminismo”.
“Es un debate muy fuerte que tampoco estamos inventando. Son discusiones que ya se habían dado desde hace tiempo, pero que ahora tienen esta otra forma de mostrarse y recordar que los feminismos siempre van a responder a problemáticas particulares.”
“Muchas de exigencias siguen siendo las mismas que ya tenían las feministas de los años 70: la exigencia de una vida libre de violencia para las niñas, las mujeres y las diversidades sigue sin ser una realidad; entonces, no sólo no se ha avanzado en ese sentido, sino que hay violencias que se han reproducido, agregó Alejandra Collado.
La activista ambiental Melissa Hernández llamó a integrar el cambio climático y sus afectaciones en las mujeres entre las reivindicaciones feministas. En el caso específico de la Ciudad de México, las mujeres que viven y crecen en esta atmósfera, tienen un 30% más posibilidades de desarrollar y tener problemas hormonales, “de quistes en los senos, problemas con salud digna y sostenible, de tener enfermedades y un sinfín de otros desafíos por la contaminación”.
“Eso es algo que nadie voltea a ver, nadie se cuestiona”, alertó la integrante de la organización Latina 4 Climate, “por qué cuando mencionamos al feminismo como movimiento social y político no lo cuestionamos como en lo político, en lo cultural, quizá en lo ecologista o en lo territorial: existe el término del acceso a la justicia para las mujeres, pero no del acceso a la justicia ambiental”.
La mesa de diálogo Las reivindicaciones feministas se encuentra disponible en el canal de YouTube de la institución: el colegionacionalmx.
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