
La cultura, además de ser motor del desarrollo económico, genera placer, felicidad y nos vuelve críticos de la realidad que nos circunda, por eso la cultura es algo incómodo para muchos de los dirigentes políticos y en México, durante su historia, se aplastó a la cultura como fue en 1968, que estaba representada por los estudiantes.
En entrevista, antes de recibir el Premio Crónica en área de Cultura, el sociólogo y autor de “La jaula de la melancolía”, un libro referente del pensamiento sobre lo mexicano o lo posmexicano, señala que está muy contento de recibir el galardón y agradeció a la Fundación Premio Crónica y al grupo editorial La Crónica de Hoy, que encabeza Jorge Kahwagi, por la distinción de un periódico que le da tanto espacio a la cultura, “eso es algo para mí muy importante y muy satisfactorio”.
Porque, añade, en la historia de México está documentado cuando se asfixió a la cultura, como en 1968, cuando era joven, justamente el mundo de la política, lo peor de la política, aplastaba al mundo de la cultura que estaba representada por los estudiantes en rebeldía y críticos contra el sistema político no democrático y despótico que había en ese tiempo.
Cómo te sientes de recibir este premio que destaca a las personas que se dedican a la cultura, a la ciencia, a la academia, a la investigación.
Me siento muy contento y quiero agradecer a la Fundación Premio Crónica y al grupo editorial La Crónica de Hoy, que encabeza Jorge Kahwagi, la distinción y además es un gran gusto recibir un premio dedicado a la cultura, de un periódico que le da tanto espacio a la cultura, eso es algo para mí muy importante y muy satisfactorio.
Y bueno, los premios lo ponen a uno a pensar en el pasado, pero en fin, eso es lo que puedo decir de entrada.
¿Para ti qué es la cultura y su importancia en la sociedad?
En este punto, tengo dos definiciones de lo que es cultura o puedo decir que son dos visiones de la cultura: por un lado es la definición como antropólogo y se trata de la esfera simbólica, material y espiritual que caracteriza a los humanos, por lo que incluye muchísimo del quehacer cotidiano del hombre; pero en la otra, que es un sentido más restringido y que se usa más, es la cultura de tipo intelectual, artístico, etcétera, que es la que generalmente se maneja cotidianamente.
En mis trabajos uso la concepción antropológica, que es el conjunto de símbolos y valores que con sus instituciones caracterizan a los humanos y de los cuales otros animales carecen, entonces es justamente lo que distingue a los humanos. Aunque, más específicamente por el otro lado, la cultura es también el descubrimiento de las leyes de la gravedad o de la relatividad y las obras de Mozart o de Shakespeare, los ensayos de Montaigne, etcétera, y este es la esfera de la cultura en la que me desarrollé desde la niñez, nací en ésta porque mi madre era novelista y mi padre era poeta, así crecí entre ideas en un mundo de cultura intelectual y entonces en ese medio me desarrollé y después lo hice como antropólogo y sociólogo.
¿Tan importante es la cultura que es difícil saber qué haríamos sin ésta en tiempos donde parece ser que es más importante, no sólo la rapidez de las manifestaciones de los nuevos formatos de comunicación como las redes sociales, sino también de estas políticas de muchos países, como el nuestro, de restringir la cultura, de restringir el financiamiento?
Esto es una tragedia en México porque en los últimos años el mundo de la política aplastó al mundo de la cultura, en muchos sentidos, no solamente el hecho de que el gobierno retire fondos destinados a auspiciar las actividades estéticas, sino también el hecho de que el gobierno exprese un gran menosprecio por las esferas culturales e intelectuales.
¿Por qué? Bueno, porque como es sabido los terrenos de la cultura son fértiles para la crítica y los que cultivan la cultura, principalmente intelectuales de diferente índole, incluyendo los científicos de todas las variedades que suelen ser críticos, primero de sus propios trabajos desde y después de la realidad que los circunda.
Son críticos del sistema político que los rodea y por eso la cultura es algo incómodo para muchos de los dirigentes políticos. En México así ha sido el caso en los últimos tiempos, donde hemos observado el enorme poder que tienen dirigentes políticos ignorantes que desprecian a la cultura, y esa es una condición a la que desgraciadamente nos hemos tenido que acostumbrar, porque nos ha aplastado.
¿Es lamentable que los políticos no vean que si están en sus cargos es porque hubo avance de la cultura y la ciencia, se creó la democracia, las leyes…?
Desde luego, porque en realidad la cultura, además a la educación, es el gran motor del desarrollo económico y espiritual de los humanos, eso es fundamental y desgraciadamente muchos políticos no lo entienden.
No lo entienden así y no han entendido que muchos países desarrollados crecieron con gran intensidad por su cultura, deben su desarrollo, riqueza a la educación y cultura. La educación genera la base sólida para que pueda crecer una población y por lo tanto se convierte en una sociedad que se apoya en la cultura, que estimula la cultura y que usa la cultura con placer, pero también para el trabajo, para dirigir su vida, etc.
Acabas de nombrar una palabra que te iba a preguntar, la cultura nos ofrece los placeres más importantes: leer, escuchar música, el teatro, obtener conocimiento…
La cultura genera placer que nos vuelve críticos y por eso los políticos en su incultura fomentan la incultura. Están atentando contra los principios fundamentales de la existencia, que efectivamente están ligados al placer y a la búsqueda de felicidad.
Y entonces, temo que la política y los tentáculos de la burocracia que crecen en torno de los políticos llegan a ahogar, a asfixiar las expresiones culturales, no solamente hoy en día, porque en la historia de México hay momentos en los que es evidente que la política aplastó a la cultura: Ese fue el caso del 68, cuando era joven, pues que es lo que sentíamos los jóvenes en aquella época, justamente que el mundo de la política, lo peor de la política, aplastaba al mundo de la cultura que estaba representada por los estudiantes en rebeldía y críticos contra el sistema político no democrático, despótico que había en ese tiempo.
Expresiones similares sucedieron en Estados Unidos, en Francia, en Inglaterra, etc. El 68 es un gran alzamiento cultural, encabezado por estudiantes contra los males de la política y la perversión de la política.
Lo lamentable en este punto del placer y la felicidad, si el ser humano no los tiene o les son arrebatados, ¿para que vive?
Es lamentable que la cultura haya sido aplastada, porque es en gran medida la búsqueda placentera, a veces dolorosa, de darle sentido a la existencia. El problema es que muchos políticos son esencialmente dogmáticos, se guían por ideas esquemáticas y creen que todo el mundo se reduce a eso. Desprecian la creatividad que genera la búsqueda de darle sentido a la vida, a la vida política, desde luego, a la vida individual también, a la vida intelectual.
Entonces vivimos en una confrontación que se refleja en las primeras planas de los periódicos donde la política domina las primeras planas y la cultura se va hacia atrás.
Por ello, deseo hacer un llamado a los periodistas, que son una clave básica, fundamental, yo he sido periodista muchos años, para estimular al mundo de la cultura y de darle cada vez más importancia frente a la política, sobre todo cuando la política se convierte en un veneno y el mejor antídoto contra esa toxina y es dar más espacio a la cultura.
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