Cultura

El Thyssen exhibe ocho obras maestras en el Museo Nacional de Arte

La muestra “La ruta infinita” añade ocho piezas de la colección del Munal para establecer un diálogo estético. Son obras sobretemas religiosos, civiles y precisiones en los trazos que influyeron en artistas como Leonardo da Vinci, Rafael y Miguel Ángel>>

Una de las obras en exposición. Una de las obras en exposición. (La Crónica de Hoy)

Dos óleos de Goya y un cuadro de El Greco son algunas de las ocho obras del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, ubicado en España, que llegan al país para exhibirse en la muestra “La ruta infinita”, abierta a partir de este miércoles 28 de septiembre en el Museo Nacional de Arte (Munal).

Estas ocho piezas de la colección española dialogan con otras ocho piezas de la colección del Munal, abarcando una temporalidad de casi 450 años donde se muestran temas religiosos, civiles y precisiones en los trazos que influyeron en artistas como Leonardo da Vinci, Rafael y Miguel Ángel.

“Una colección de arte no sólo es una colección de obras bonitas, cada artista nos cuenta lo que se vive en ese momento, lo que le preocupa a la sociedad de ese momento, lo que le interesa, lo que le divierte y eso es una gran palanca educativa para transmitir conocimiento y valores para mejorar la visión y la formación de las personas”, expresó Evelio Acevedo, gerente del Thyssen-Bornemisza.

PIEZA

Una de las obras que destaca en la exposición es “Asensio Julià” (1798), de Francisco de Goya, donde se muestra al pintor valenciano Julià en la iglesia de San Antonio de la Florida en Madrid donde está la tumba de Goya.

“Ambos eran amigos y participaron en la decoración del fresco de ese inmueble. Julià aparece pintado en una obra de pequeño formato, con sus pinceles, pigmentos y andamos al interior de su trabajo, esto es un trabajo moderno de Goya en el que deja la pose del retrato con un cortinaje de fondo, esto es la intimidad, es el acceso a algo que nos compete en el umbral moderno”, expresó el curador Héctor Palhares.

Pensar en Goya es pensar en un artista señero que vive muchos tiempos a la vez, por ejemplo, dos tiempos políticos: la invasión napoleónica a España y el nombramiento de Fernando VII, añadió el curador.

“A través de su figura entendemos cambios políticos entre el conservadurismo y el liberalismo, pensamos también en las invasiones y sensibilidades patrias que acompañaron parte de su contexto”, dijo.

Ejemplo de ello, es la segunda obra de Goya que se exhibe en el Munal: Tío Paquete (1819), un ciego cantante y guitarrista muy conocido por estar en las zonas aledañas a la iglesia de San Felipe el Real en Madrid, España.

“Este personaje no es el Goya retratista como pintor de corte, tampoco de la cartonería, es el Goya del drama humano, el que ha accedido a la psicología, al ser, a lo más íntimo. Tío Paquete un personaje de la vida diaria, con el drama humano, con la desigualdad, los contrastes sociales de una España en medio de una guerra civil y una invasión extranjera”, detalló Palhares.

Otro óleo que por primera vez llega al país es “Cristo abrazando la cruz”, de Doménikos Theotokópoulos, El Greco, quien hizo su carrera en España, particularmente en Toledo.

“Esta pieza nunca había venido a México, jamás había cruzado el Atlántico y representa al Cristo en una suerte de apoteosis (glorificación), dentro del camino a la cruz, el ascenso al Gólgota. Cristo lleva su cruz con una aureola triangular propia de la Santísima Trinidad”, comentó el curador.

El Greco es célebre por su delicadeza, por estilizar las figuras para crear un puente entre la tierra y el cielo, es una espiritualidad propia de la contrarreforma católica en España, añadió Palhares.

“En este cuadro vemos los ojos acuosos, lagrimosos que son célebres de El Greco porque miran a un plano superior, se desprenden de la Tierra para llevarnos a todo eje a través de pinceladas, contrastes de color, del vivo rojo de una capa, de la delicadeza de sus manos y el símbolo pasionario de la corona de espinas”, indicó.

SELFIES DEL SIGLO XVII

Uno de los géneros de la pintura europea y de los diferentes virreinatos fue la naturaleza muerta, se le llama género del llamado bodegón y alcanzó su clímax en el siglo XVII en los Países Bajos.

En el Munal se expone “Dos naturalezas muertas”, de Juan van der Hamen y León, una alegoría de la vida cotidiana, del costumbrismo. “Es como si pudiéramos tener una selfie en nuestras redes sociales mostrando una escena de comedor o una cena para las fiestas patrias, aquí se encuentran grandes dulces y terracota americana, probablemente de la zona de Tonalá, Jalisco”.

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