La definición “máscara de actor o personaje teatral”, corresponde al trenzado etimológico de “persona”, palabra con la que el cineasta sueco Ingmar Bergman, tituló uno de sus filmes y en cuya trama está inspirada la obra de teatro con el mismo nombre, dirigida por Gutemberg Brito Patatiba. De manera que estamos ante una actriz de teatro, narrada en cine, y ese cine vuelto a ser teatro, a través de la obra “Persona”.
Presentada estos días en el Centro Nacional de las Artes (Cenart), incita desde su acceso a ser escena. Ingresamos tras bambalinas, donde nos espera un té de canela caliente y una exposición con fotografías sobre las infancias de las actrices y el actor, cruzamos el escenario y descendemos por las escaleras desde donde advertimos, airada para el movimiento, una tela que quedará frente a nuestros asientos, a partir de ahí la propuesta será impecable visualmente.
Transparencias y sombras, son el escenario de la asombrosa corporalidad expresiva de Adriana Butoi, desde donde lo único que lamento es la decisión de direccionarla en muchos momentos y de manera contundente al final, como la desesperada y enloquecida, que, como hemos señalado en cansadas ocasiones, es la forma en que las mujeres hemos sido contadas por los masculinos y es también una narrativa que contradice la propuesta del filme de Bergman, donde la interpretación es serena y reflexiva. Dicha decisión podría justificarse con la manera distinta en que se actúa el teatro, no obstante, insistiré en que acá el histrionismo se convirtió en histeria, diagnóstico que la trama del cineasta había descartado desde sus primeros diálogos.
La participación tan acentuada del personaje hijo, es también un distractor para la propuesta tan enigmática e impactante de Bergman, se entiende que dicha propuesta es inspiración y no adaptación y, aun así, se lamenta haber perdido el foco protagónico.
Un trío de cuerdas, dos cantantes de ópera, un percusionista y tres actores en escena, logran una segunda dramaturgia, que se integra a las imágenes escénicas. La intención es que estos estímulos generen una tercera experiencia sensorial en las, los y les espectadores, lo cual se consigue brillantemente, hay un antes, durante y después de la obra, este cuestionamiento corporal y emocional sobre las máscaras que nos hacen “persona”.
*Tomado del filme de Ingmar Bergman
**Twitter: @andantaymala
“PERSONA”
Elenco: Adriana Butoi, Pilar Couto y Natanael Ríos
Dirección: Gutemberg Brito Patatiba
Música original, compositor y percusiones: Miguel Francisco Manríquez Fernández
COORDENADAS
Teatro Salvador Novo, Centro Nacional de las Artes (Río Churubusco 79, Country Club Churubusco, Coyoacán, Ciudad de México)
Domingo 14 de mayo 18:00 hrs, última función
General $ 200
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