
La exposición El diario de Frida Kahlo. De la urgencia por belleza, reúne a las artistas Tania Candiani, Lorena Mal y Lucía Hinojosa, en la Sala Fernando Gamboa del Museo de Arte Moderno: desde este sábado y hasta el 16 de octubre podrán visitarse sus propuestas intermediales –entre escritura e imagen-, que se adentran en el texto íntimo de la artista mexicana y ofrecen una relectura en clave de sororidad. “Las piezas son comisionadas”, explicó Marina Magro Soto, coordinadora de la exposición.
En recorrido con los medios, Marina contó que se entregó una copia del diario de Frida a cada una las artistas. “El cuerpo de trabajo de cada una es muy distinto y cada una aborda de manera diferente estos sentidos que queríamos”.
La sala recibe al público con un facsímil del famoso libro-objeto, encapsulado en una burbuja de plástico transparente. Detrás, está Frida sentada junto a un gran orbe reflejante, como la retrató Manuel Álvarez Bravo.
“Pusimos el diario de Frida en su particularidad de libro, que La Vaca Independiente lleva editando desde hace ya varios años”, señaló Marina.
Comentó que el diario salió a la luz varios años después de que Frida muriera y ha sido muy revelador en muchos sentidos.
“No puede estar el original porque es muy frágil, pero el facsimilar tiene las mismas dimensiones y texturas del diario, aproximadamente. Ponerlo en este capelo flotante nos da una introducción de las dualidades oníricas, casi místicas que encierran el diario y que han sido poco exploradas en las lecturas de Frida”, ahondó.
OJOSAURIO.
La primera pieza del recorrido es de Lucía Hinojosa Gaxiola, quien ha concebido un espacio interactivo con elementos y materiales que aluden a claves fundamentales dentro de la vida y obra de Frida Kahlo.
“Es también una pieza de poesía conceptual y poesía concreta, situando a Frida en una especie de linaje poético feminista, por la manera en que está escrito el diario”, indicó Lucía.
Sobre una mesa se dispone un sistema con principios de azar. A un costado están las hojas con instrucciones dispuestas como poema: caminar alrededor de la mesa, girar la pieza de obsidiana con dos puntas que está al centro de la mesa y cuando se quede quieta, elegir una de las barajas de cartas que apunte.
La artista explicó que Frida tuvo una relación profunda con la magia, lo místico y el misterio en distintas formas. Desde llamarse a sí misma “La gran/antigua ocultadora”, pasando por su apego al imaginario prehispánico –con su perro el señor Xólotl que le ayudaría a cruzar el inframundo-, hasta llegar al interés alquímico con el que describe los fluidos –de la sangre a la comida- y sus materiales de pintura.
Para construir la obra, Lucía separó el diario en distintos conceptos: “Lokura”, “El país del punto y la raya”, “La gran ocultadora”, “Auxócromo/Cromóforo”, “Vectores de dirección”, “Xibalba-Mictlán”, “Muertes en relajo” y “La vida/El gran vacilón”.
“Ella habla en un lenguaje metafórico muy fuerte, quise disectar esa parte. Las personas se pueden llevar su propio poema, su propio mensaje oculto”, continuó. Cada uno de esos conceptos alberga una baraja. Cada baraja contiene 32 cartas, en referencia a la cantidad de operaciones que Frida tuvo en cuerpo a lo largo de su vida.
“La obsidiana también está como referencia al espejo e intimidad, así como a las diferentes identidades que tuvo y que aún están muy impregnadas en la imaginación mexicana”, añadió Lucía.
En su opinión, Frida fue una poeta plástica que hizo recurso de la gráfica para una gran parte de su obra. El título de la pieza se refiere a una criatura inventada. “Frida inventaba muchas palabras. Un Ojosaurio es un animal que cae y se queda viendo hacia arriba sin poder moverse”.
Posiblemente sea una imagen a la que Frida llegó durante las horas que pasaba inmóvil, en su cama, mirándose en el espejo que mandó poner sobre sí misma.
SORORIDAD.
“Hay una intención de dar cuenta de otros gustos de Frida, no la parte del dolor y la muerte, sino la Frida libre, con sus animales, amigas y amigos, explorando lo lúdico a partir del diario. La idea era ver en esas páginas la otra vitalidad de Frida que luego no se nos muestra”, comentó Fernanda Ramos Mena, asistente curatorial.
En las piezas que continúan el recorrido se destacan los temas de la naturaleza, el pasado mesoamericano y el posicionamiento político de Frida Kahlo. Se muestran algunas fotografías y extractos del Diario que hilan las obras de Tania Candiani y Lorena Mal.
“Lo vivo se expande más allá de las páginas a las fotografías, donde vemos a Frida con su vitalidad y ganas de vivir”, indicó Fernanda.
También se alude a otras grandes artistas mexicanas que recientemente han sido retomadas por el interés de las instituciones en visibilizar las aportaciones de mujeres. Pita Amor, Nahui Ollin, María Izquierdo, Antonieta Rivas Mercado y María Sabina, entre otras.
Fernanda destacó que los movimientos feministas más fuertes de los años 60s tuvieron su genealogía en los inicios de los años 20s, pues el espacio social y político que ocupaban las mujeres estaba cambiando.
“En ese sentido, el acercamiento que tenía Frida al movimiento social de las mujeres, por ejemplo, no es evidente; pero sí es evidente lo que ahora llamamos sororidad y que fue su relación con sus amigas, algunas para toda la vida, como el caso de Concha Michel o Aurora Reyes”.
Observa que con frecuencia en las biografías de estas mujeres parece que sólo se incluyen a ciertos personajes de su alrededor como, por ejemplo, Diego Rivera.
“Aparecen algunas otras mujeres, pero en realidad la presencia de mujeres en su vida era mucho más amplia de lo que nos puede mostrar la biografía escrita por alguien. Los archivos dan cuenta de eso y por eso la importancia de volver al diario para ver las relaciones otras con mujeres”.
Fernanda considera que Frida Kahlo rompe con el mito de que las mujeres no se llevan porque son competencia, sin embargo, la perspectiva feminista no ha sido la principal de los investigadores al abordar su obra.
“En el contexto de los años 60s, los artistas empezaron a revisar a Frida desde otra perspectiva, hicieron exposiciones, etc. Ahora toca a nuestra contemporaneidad -donde la presencia de mujeres en el espacio público es enorme- revisar a Frida”.
Añadió que hacer esto desde nuestro contexto contemporáneo, con artistas que tienen posicionamientos feministas, mujeres que empatizan con la figura de Frida Kahlo y les interesa leerla, es abrir otra posibilidad de su biografía.
El diario de Frida Kahlo. De la urgencia por belleza, se acompañará de un programa público que integra conversatorios con las artistas participantes, visitas ‘en movimiento’ a cargo de Nadia Lartigue, una serie de podcast con invitadas especiales – como Lucía Melgar y Cynthia Francica-, una sesión de Spoken Word bajo la conducción de Sandrah Mendoza y un rally familiar.
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