Sigo el trabajo de Valentina Garibay desde hace tiempo, como actriz y, recientemente, como dramaturga y directora. Este mes, el Centro Cultural Helénico, anunció un taller impartido por ella que lleva por nombre Bestiario para la creación de personaje. En cuanto vi el flyer, envié el correo indicado para la inscripción.
Después me tomé la calma que no tuve al enviarlo, para sentir y pensar lo que me llevaba a estimar tanto el trabajo de Valentina. De entrada, recordé con gozo sus enérgicos y creativos movimientos durante el unipersonal “Hombruna”, y supe que, desde entonces, su cuerpo invita al mío a moverse, a sentir y expresar lo sentido.
Tuve un poco de temor de asistir al taller, considerando su interpretación de Juana Barrazas “La mataviejitas”, “me pedirá parada de manos, arcos, saltos mortales y otras acrobacias”, pensé, no obstante, era más grande mi deseo que mi miedo, porque además me aventaba al ring la curiosidad de su impecable dirección en “Grozni”, ¿qué hace, cómo lo hace? No exagero cuando la describo como una revelación escénica, generadora de eso que muchas (es, os) buscamos afanosamente: el asombro.
El cupo estaba indicado para 16 participantes, por algún error de la coordinación llegaron más de 20, habría rechazos y Valentina lo impidió, ajustando su planeación. Ahí estuve durante 5 días, en las 15 horas de su taller, junto a 21 participantes más, liberando nuestras bestias internas.
La evocación de animales para construcción de personaje tuvo su origen en la primera mitad del siglo XX, en talleres impartidos por Konstantin Stanislavski a cantantes de ópera; a través de esta metodología, el pedagogo teatral ruso buscaba que la concentración del cantante no se enfocará en sí mismo, sino que, a través de crear un animal con el cuerpo y la voz, la mente se enfocara y estimulara, aportando nuevas formas de expresión.
El método fue retomado y alimentado por el conocido Group Theatre de Nueva York, donde participaron Stella Adler, Adler, Meisner y Lee Strasberg, y sigue siendo utilizado por directoras y directores contemporáneos.
Valentina no nos enseñó el método, ella lo sintió y nos permitió sentirlo. Eso descubrí en ella, ve y escucha de una forma tan sensible que logra dirigir y dirigirse con pasos genuinos y potentes. Se opone a la prefabricación del movimiento y a la expectativa elaborada de la dirección y, a cambio, busca eso único de cada actriz y actor que darán cualidad anímica al personaje. Fue fascinante ver cuerpos erguidos y voces planas, encontrar la caracterización vocal, energía, ritmos y obsesiones propias, luego de transitar por animales.
De esta manera el resultado no es ser leona, gata o gorila, sino que esta condición animal es una capa que se aporta al personaje, progresivamente ese animal se va poniendo de pie y habla. Humanizar el rugido de una leona, por ejemplo, aporta elementos de fuerza que no se consigue tan fácil como persona.
El taller también propone, como entrenamiento inicial, la danza de los 5 ritmos, de Gabrielle Roth y la exploración a nivel personal de lo que nos hace sentir vergüenza y orgullo.
El taller de Valentina tiene un eje, pero nada de lo antes mencionado está encuadrado, ella revisita junto a sus integrantes los tiempos y formas, desde lo propuesto por Stanislavski hasta la permisión que tiene el grupo y, por lo tanto, ella para ir al baño, pasando por el cupo de integrantes establecido. No, para mi alivio, no nos pidió acrobacias físicas, no obstante, creo que ocurrieron de muchas otras formas. También, por fortuna, está muy lejos de ser la expertiz que enseña a estudiantes neófitas (es, os), su trabajo es muy comunitario.
Se sabe parte de un hábitat, corporalmente es una bestia en el escenario, si bien la labor actoral no escapa de saber escuchar y ver para poder expresar, no obstante fue este taller el que me permitió advertirlo con mayor claridad: ella escucha y observa de una manera tan natural y genuina, pocas veces experimentado en humanos, es como si se tratase de una bestia sensible y eso la constituye sustancialmente como creadora y potencializadora de creaciones. Su extraordinario trabajo actoral, de dramaturgia y dirección, ahora tienen una explicación lógica, y esa lógica no le resta lo asombrada y asombrosa que es.
*Twitter: @andantaymala
BESTIARIO PARA LA CREACIÓN DE UN PERSONAJE
Por Valentina Garibay
El taller fue impartido de manera presencial y gratuita, del 7 al 11 de agosto, en el salón de ensayos del Centro Cultural Helénico.
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