La obra Virginia, la muerte de la polilla pretende dar a conocer la multiplicidad de facetas de la escritora inglesa, Virginia Woolf (1882-1941), en el marco de su 140 aniversario de nacimiento y 80 años de su muerte: aborda distintos momentos de su vida -infancia y madurez-, así como su bipolaridad y la manera en que buscó salida a sus conflictos a través de la creación.
La compañía Arte Laboratorio La Rueca A. C. y Producción Escénica S.E. ofrecerá dos únicas funciones de este montaje el sábado 7 y domingo 8 de mayo, en el Teatro Orientación del Centro Cultural del Bosque.
“Hay que ser rebeldes para romper con las normas y crear algo bello. Ella estaba obsesionada y esto es en un aspecto totalmente positivo: como creador uno debe estar obsesionado con su arte para poder llegar a un resultado como el que ella llegó. Podría decir que su vida la dedicó por completo a su arte y a esta gran empatía de observar todo, a los seres humanos y sufrimiento de los demás, una gran sensibilidad”, considera la actriz María Inés Pintado, quien interpreta a la escritora inglesa.
En conversación sobre esta propuesta dramática, María Inés Pintado comenta que su método de actuación es el realismo psicológico (de escuela rusa, pero distinto al de Stanislavski) que consiste en ser “completamente honestos en escena”.
“Te obliga a investigar las circunstancias en que vivió el personaje y cuáles eran sus pasiones, sus objetivos. Por ejemplo en una escena o monólogo, no se trata pasar por las emociones -que no les damos importancia porque son una consecuencia- sino encontrar lo que más le mueve al personaje y cuáles son sus obstáculos”.
MENTALIZARSE.
Para dar vida a una de las autoras más relevantes del modernismo literario, que vivió atormentada por su propia enfermedad mental, María tuvo que investigar al respecto. “Ella era bipolar, así que tuve que adentrarme. Leí libros respecto de esa enfermedad y es verdaderamente un infierno cuando no te apoya la medicina, que hoy ya está más avanzada”.
Explica que, particularmente en este caso, le parecía importante dimensionar la enfermedad de la escritora pues su producción literaria resulta compleja para muchas personas. “Es difícil entender esa riqueza de lenguaje, de dónde vienen esas imágenes de las cuales está hablando: ella dice que escuchó pájaros cantar en griego”.
Destaca que Virginia Woolf “siempre trató de hacer algo para sobrevivir: sus estados anímicos, cuando entraban las depresiones o manías, todo lo intentó sacar o calmar a través de su obra”.
Esa capacidad que tuvo para convertir sus alucinaciones en imágenes y su tristeza en texto son una forma de inteligencia que, para la actriz, convierten a Virginia en un genio –algo que también había dicho su esposo, Leonard- y una de las figuras más importantes del feminismo occidental.
Sin embargo, María también opina que no se le ha tenido suficientemente en cuenta. “Virginia escribió este famoso libro de Una Habitación Propia y Tres Guineas y es interesante cómo no la toman como una gran precursora del feminismo: es la primera en decir que no hay muchas mujeres escritoras de esa época porque no tienen habitación propia, como los hombres. Un estudio, un espacio para dedicarse a escribir”.
Añade que Virginia también reflexionó sobre la condición masculina de autores como William Shakespeare y planteó que éste, de haber sido mujer, habría acabado violada y muerta por las cosas que publicaba. “Muy interesante lo que habla sobre la situación de la mujer cuando quería dedicarse a escribir sobre otra cosa que no fuera el hogar”.
DOS FUNCIONES.
Las funciones son el sábado 7 a las 19:00 horas y domingo 8 a las 18:00 horas en el Teatro Orientación del Centro Cultural del Bosque. Los boletos están disponibles en la taquilla y ticketmaster con un costo de $150
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