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Esta es la crónica de cómo el piloto mexicano vivió una tarde triste en casa, mientras el Autódromo Hermanos Rodríguez se volcó en emoción y desilusiones

GP de México: El júbilo del público no pudo evitar una tarde gris para Checo y Red Bull

GP de México El ánimo siempre presente en la gradas del GP de México. (Alan Rodríguez)

Lo que fue otra tarde gris para Checo Pérez en el GP de México pudo ser completamente negra para toda la F1, luego de que el auto del japonés Yuki Tsunoda, tras el banderazo de salida, rozó la fatalidad cuando llegó al final de la recta principal totalmente descompuesto. Una colisión con el coche de Alex Albon lo expulsó en reversa hacia un muro de contención.

Un silencio siguió a la algarabía por el inicio de la carrera en la zona azul del Autódromo Hermanos Rodríguez. Había dudas, incertidumbre sobre si el japonés estaba ileso. Por suerte, Tsunoda salió por propios pies de ahí, y pudo escuchar al público mexicano que coreó su nombre: “Yuki, Yuki, Yuki..”

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El GP de México de este año trajo emoción para unos y desilusión para otros. Una dura lucha por la punta puso a Max Verstappen al frente; pero apenas en la vuelta 9 el neerdalndés vio como el español Carlos Sáinz lo rebasó para jamás soltar el liderato. Y minutos más tarde el campeón del mundo se enteraría de dos duras penalizaciones de 10 segundos en su contra.

Emoción y júbilo en las gradas luego de que Checo en el arranque consiguió avanzar cinco posiciones llegando al puesto 13. Desilusión total cuando se confirmó por el audio local que le impusieron una penalización de cinco segundos por haberse adelantado en la salida.

Así se fue tejiendo una tarde de pesadilla para el piloto mexicano, para el campeón Max Verstappen y la escudería Red Bull, que vio como Ferrari asaltó el segundo puesto de la clasificación de constructores tras su gran papel en el GP de este 2024 en suelo azteca.

Autódromo Hermanos Rodríguez El GP de México nuevamente estableció récord de asistencia. (Alan Rodríguez)

Entusiasmo de primera

Horas antes de la largada, el Autódromo Hermanos Rodríguez vivió la fiesta anual que año con año esperan los amantes de la F1. Más de 154,000 almas, de acuerdo con la cifra dada a conocer por los organizadores, abarrotaron las inmediaciones de la pista.

Fiesta Un imitador de Juan Gabriel deleita a los asistentes del GP de México. (Alan Rodríguez)

Juegos, música, baile, cerveza, risas, comida, cocteles y más cerveza animaron los minutos previos a la carrera. Familias, parejas, grupos de amigos disfrutaron de un carnaval de amenidades y entretenimiento.

Largas filas en stands de comida. Saturadas áreas de alimentos. Activaciones a tope. El preámbulo a la carrera fue el tiempo de la saciedad y la dicha para el cuerpo.

Los sonidos se mezclaron en el aire como una cacofonía excéntrica. Reggaeton en la Fan Zone; ruido de motores en la lejanía; canciones de Juan Gabriel en otro lado. Música, ruido, baile.

Desmadrosos en la fancam

En la pista, a más de una hora del banderazo de salida, los pilotos ofrecieron su tradicional desfile. Los animadores en el sonido local pedían aumentar el griterío, “echar más desmadre". Se grababan escenas para la película F1, protagoniada por Brad Pitt: “Solo el que se aloque más, el más desmadroso, es el que va a salir en la película”.

Música tradicional mexicana acompañó a los pilotos en su recorrido por el circuito, que saludaron a los 404,958 espectadores en el evento. Un nuevo récord de asistencia.

Todavía hizo falta más ruido, más griterío. De nuevo los animadores pidieron subir el ánimo. Ahora para apoyar a “El viejo sabroso”, Checo Pérez.

"El viejo sabroso" Los asistentes al GP de México y su devoción por Checo Pérez. (Alan Rodríguez)

Cielo gris

La vuelta 16 de la carrera supuso una nueva decepción para el público. La leyenda Fernando Alonso quedó fuera y no pudo completar su carrera número 400 como piloto en el gran circuito.

Un cielo grisáceo sobre el autódromo pareció coronar la triste tarde para Pérez y sus esperanzas de entrar en zona de puntos. En la vuelta 21, el piloto tapatío entró a zona de pits para cambiar llantas. Nunca tuvo ritmo y jamás salió del fondo de la clasificación. Así selló una de las actuaciones más penosas ante su público, en el Gran Premio que tanto anhela ganar.

En la punta, solo Lando Norris pudo desafiar el dominio aplastante de los Ferrari y se colocó entre ambos para quedarse con la segunda plaza, desplazando al monegasco Charles Leclerc al tercer lugar.

Y desde el lado opuesto de la desgracia, un jubiloso Carlos Sainz disfrutó su segundo triunfo de la temporada: “Tengo a toda mi familia aquí y a toda esta afición. Si hubiera podido escoger un lugar donde obtener una victoria más con Ferrari, hubiera escogido México”.

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