La leyenda del beisbol mexicano Fernando Valenzuela tuvo este miércoles su último adiós en un emotivo funeral celebrado en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles, a donde le acompañaron familiares, amigos, compañeros y fanáticos tras su fallecimiento el 22 de octubre a los 63 años.
El exlanzador de Dodgers de Los Ángeles fue recordado como un héroe y hombre de fe, un atleta excepcional y un ícono del beisbol mexicano.
La ceremonia religiosa, marcada por la solemnidad y tristeza, estuvo repleta de símbolos que reflejaron la vida y la carrera de Valenzuela; el ataúd, cubierto de rosas blancas, fue escoltado por ocho portadores mientras el mariachi Sol de México interpretaba melodías tradicionales mexicanas.
El reverendo James Anguiano destacó la fe católica de Valenzuela y su amor por el beisbol, “Fernando tenía un asiento en primera fila, perfecto desde el cielo”, afirmó el clérigo, haciendo referencia a la reciente victoria de los Dodgers en la Serie Mundial, un logro que el exlanzador seguramente celebró desde el cielo.
Mike Scioscia, exreceptor de los Dodgers y compañero de equipo de Valenzuela, compartió emotivas anécdotas sobre el pitcher mexicano, “Fernando tenía el corazón de un león”, resaltó la valentía y la determinación del pitcher mexicano dentro del terreno de juego.
En el acto hubo la presencia de numerosos exjugadores de los Dodgers, como Orel Hershiser, Ron Cey y Manny Mota, así como de personalidades del beisbol y del mundo del espectáculo, fue un testimonio del gran impacto que Valenzuela tuvo en el deporte y en la cultura.
El hijo de Valenzuela, Fernando Valenzuela Jr., pronunció un discurso en español, donde recordó los momentos más especiales que compartió con su padre, la esposa de Valenzuela, Linda, y sus otros hijos también estuvieron presentes en la ceremonia, rodeados de familiares y amigos.
La muerte de ‘El Toro’ Valenzuela dejó un gran vacío en el corazón de los aficionados al beisbol, tanto en México como en Estados Unidos; sin embargo, su legado como uno de los mejores lanzadores de todos los tiempos perdurará por siempre.