Ayer tuvo lugar el llamado “Lunes Negro”, un día temido por lo entrenadores que tuvieron una mala temporada, y esperado por la prensa por la caída de cabezas al por mayor en muchas ocasiones; sin embargo, esta vez ha sido desconcertante, al menos para mí. Y no es que esperara el cese de muchos coaches o algo por el estilo, sino la manera en que se dieron las cosas: entrenadores que son despedidos sin un poco de clase por parte de los propietarios de equipos, hasta las ratificaciones de otros que jamás lo imaginamos, y en el colmo de la indecisión, algunos más que siguen a la espera de saber su futuro.
Digamos que son dos los casos que más me llamaron la atención, primero el despido intempestivo de Jerod Mayo en Nueva Inglaterra y la nube de dudas sobre Mike McMarthy en Dallas.
POCA CLASE
Lo que hizo el señor Robert Kraft fue un gesto de muy mal gusto al despedir a Mayo prácticamente minutos después del último juego, donde, incluso, los Patriotas derrotaron a los Bills. Es verdad que la temporada fue un fiasco para Nueva Inglaterra con marca de 4-13, pero deshacerse así de quien apenas al inicio del año lo nombran entrenador en jefe, además de externar un gran afecto y respeto, dejó mucho que desear de Kraft.
Según él, no fue el año que esperaba, pero eso todos lo sabían, quizá menos él, que sus Patriotas están en un periodo de reconstrucción. No obstante, al leer su mensaje publicado donde habla de la búsqueda de un nuevo coach que los lleve de nueva cuenta a los playoffs o incluso al campeonato, nos deja ver que a sus 83 años quizá es mejor que el señor Kraft deje las riendas del equipo a su hijo, porque la realidad es que su razonamiento dista mucho de la lógica cíclica que conlleva las eras en la NFL, donde a veces se esta arriba y en otras abajo.
UN ACERTIJO EN DALLAS
En segundo término no podemos ignorar lo que pasa en Dallas, donde increíblemente Jerry Jones no ha destituido a McCarthy, a pesar de la horrenda campaña de los Vaqueros, además de que ha dicho que no corre prisa para tomar una decisión al respecto.
Y es que cuando todos daban por sentado que Jones despediría a McCarthy al acabar la campaña, la sorpresa ha sido mayúscula al atestiguar que mientras que todos los equipos que buscan entrenador ya han comenzado a entrevistar o solicitar el permiso de hablar con coaches, en la dirección de los Vaqueros no pasa nada.
Es cierto que el contrato de McCarthy y su staff expira en unas semanas, y quizá Jones sólo espera a que eso suceda, pero es posible que para cuando eso pase, los mejores candidatos a head coach ya hayan sido firmados por otros equipos, tal y como le sucedió en la agencia libre anterior al no poder obtener ningún corredor de verdadera calidad. Todos se les fueron por esa indecisión.
En ocasiones uno se pregunta si, al igual que en el caso de Kraft de Nueva Inglaterra, la edad ya es un factor que no juega a favor de Jones en la toma de decisiones para el equipo. Jerry tiene 82 años, pero firme a su estilo, se niega a contratar un gerente general.
UN DESPIDO NATURAL
En otros equipos los acontecimientos se han desarrollado de la manera esperada como en Jacksonville, donde el lunes le dieron las gracias a Doug Pederson, un brillante entrenador ofensivo que, desgraciadamente, perdió el control del equipo y hasta su hechizo para formar quarterbacks. Sencillamente Trevor Lawrence no fue el mismo de años anteriores.
Pederson estará fuera por un tiempo, pero seguramente volverá en algún momento como coordinador ofensivo, es un tipo brillante.
ESO ES LEALTAD
Sin embargo, quien nos dejó con la boca abierta fue la familia Mara en Nueva York, los propietarios de los Gigantes, que ratificaron a Brian Daboll como su entrenador después de una campaña de sólo tres triunfos y 14 derrotas, además de haberse desecho del fantástico corredor Shaquon Barkley y el quarterback Daniel Jones, las caras e imagen del equipo hace apenas un par de años.
De acuerdo con los Mara, creen en la continuidad de un proyecto, mismo que merece ser respetado. Muy bien, sus razones tendrán y algo habrán visto en el trabajo de Daboll que les gustó, a pesar de la mala campaña.
NO PIERDEN EL TIEMPO
En cuanto al otro equipo neoyorkino, los Jets, quizá ha sido el más audaz al momento, pues ya cuenta con varias entrevistas en su haber para dirigir a su equipo. Actualmente, los más seguros son el siempre veterano probado Ron Rivera y un viejo conocido del equipo, Rex Ryan, quien ya en una ocasión fue el coach del conjunto y tuvo buenas épocas. Digamos que desde Ryan no han llegado a los playoffs. En 2009 y 2010 alcanzó el juego de Campeonato de la AFC con aquel Mark Sanchez como quarterback.
Ryan, quien ahora es analista de televisión y siempre se ha distinguido por ser un tipo de lengua larga, ha dicho que de conseguir el empleo en Nueva York acabará con el “club de Aaron Rodgers”.
EL BENEFICIO DE LA DUDA
Otra ratificación que quizá es merecida, a pesar del enorme fracaso, fue la de la dupla Kyle Shanahan y Johnny Lynch en San Francisco. A todas luces lo sucedido con los 49rs fue la decepción del año, no hay que buscar más. No obstante, como se ha dicho, el trabajo de ambos en los últimos años les ha dado ese colchón del beneficio de la duda como para probar que quizá sólo fue un mal año y mala suerte.