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Sinceramente creo que la designación del MVP fue equivocada en el Super Bowl 59, no era para el quarterback Jalen Hurts, era para otra persona que no estaba en el campo de juego, se situaba en lo alto del Superdome de Nueva Orleans. Si, ya lo sé, es una mera suposición lo que sugiero, porque es una distinción para jugadores, pero la realidad es que el responsable más directo de la apabullante victoria de las Águilas de Filadelfia fue el coordinador defensivo, Vic Fangio.
Podrán decir que Hurts dio un fenomenal partido, que la defensa de Kansas City se preocupó tanto por detener a Saquon Barkley que el sector profundo del campo quedó vulnerable, que ahora el coach Nick Siriani es un gran líder, y no sé cuántas cosas más, pero la realidad es que el genio y artífice de esa victoria fue Fangio.
La manera en que diseñó su plan defensivo para anular al ataque de los Jefes y sobre todo cerrarle todos los caminos y recursos a Pat Mahomes fue magistral.
Lo que más impresionó fue que jamás hizo cargas feroces sobre el pasador, su esquema, por increíble que parezca, se fundamentó en la presión normal con cuatro frontales que, de acuerdo al diseño de Fangio, se las arreglaron para encerrar y presionar sin tregua alguna a Mahomes.
El mejor quarterback de la actualidad en la NFL jamás tuvo un momento de sosiego para buscar a sus receptores, y peor aún para extender el tiempo de las jugadas. En eso radicó la genialidad del plan defensivo de Fangio.
REDUCIDO A SIMPLE MORTAL
Mahomes y su ataque nunca pudieron entrar en ritmo ante dicha presión. Esa fue la clave del triunfo. Con sólo cuatro hombres colapsó a la “regularcita” línea ofensiva de Kansa City que permitió seis capturas de mariscal, algo contra lo que ningún pasador, por muy bueno que sea, podrá lidiar.
Mucha gente, como ya lo han hecho por ahí, señalan a Mahomes como el responsable de la derrota y la inoperancia del ataque, pero lo cierto es que ningún mariscal de campo podrá hacer algo sin tiempo para lanzar el balón.
Durante la conferencia posterior al juego, el mismo Mahomes, disculpando la labor de su línea se responsabilizó de la espantosa actuación de su equipo, y atinó en el punto clave cuando reconoció que la presión de esos solitarios cuatro frontales de Filadelfia lo redujeron a un quarterback de bolsillo sin la opción para moverse detrás de la protección o correr como suele hacerlo.
Y si, bastaba ver en sus ojos la desesperación por carecer de tiempo para encontrar a sus receptores. Con sólo cuatro frontales ejerciendo una presión asfixiante, los otros siete restantes se encargaron de sellar las ventanas de pase; y ya no se diga la doble cobertura con la que anularon al ala cerrado Travis Kelce, la llave mágica de Mahomes.
Por su parte, Creed Humphrey, el centro de los Jefes, fue claro al admitir que otra de las claves fue la intensidad con la que los atacaron los frontales. En otras palabras los dominaron.
AVISOS DURANTE LA TEMPORADA
La verdad es que ya durante la campaña se había tambaleado en varias ocasiones la invulnerabilidad de los Jefes, que jamás pudieron anotar más de 30 puntos en temporada regular, pero se las arreglaron de alguna manera para ganar los encuentros decisivos. Digamos que hicieron lo suficiente para sacar el juego, pero esta vez no contaron con que un hombre esperaba su oportunidad, y ese era Fangio.
Reconocido como un excelente coordinador defensivo, su piedra en el zapato era no poder vencer a Mahomes, quien jamás había sucumbido ante las defensivas de éste coach, cuando estuvo en Denver y Miami.
Mantener al ataque de Kansas City con sólo 14 yardas totales ya entrado el segundo cuarto y peor aún en cero puntos hasta casi el final del tercer periodo (34-0) habla de un esquema que fue magistral; así que no le busquemos más ni tratemos de enaltecer demás héroes, Fangio y su plan defensivo fue la clave del triunfo.
De hecho, otro de los datos reveladores del dominio defensivo de Filadelfia, fue que ninguno de sus tres corredores acumuló más de 10 yardas, si, a ese grado de inefectividad. Quien más yardas ganó por tierra fue el propio Mahomes con 25.
Barkley jugó bien, sin ser factor, Hurts hizo lo suyo al aprovechar lo que la defensiva le dio, y aunado a un línea ofensiva que fue un muro, jamás le vio presionado. Así que digamos que ejecutó las jugadas que fueron las correctas.
UN SUPER BOWL PARA OLVIDAR
Decir que fue un gran juego, no, más bien diría que fue de los menos vistosos para quienes buscan un duelo parejo por el título de la NFL. Habrá sus excepciones, claro, está, con quienes le iban a Filadelfia, pero la realidad es que fue un Super Bowl sin grandes emociones, apabullante por parte de un sólo equipo, como muchos otros que han acontecido a lo largo de la historia que rápidamente podríamos enumerar como el SB12 donde la llamada Defensiva del Juicio Final, de los Vaqueros, aplastó al ataque de los Broncos; el SB18 donde Los Raiders secaron la poderosa ofensiva de Washington y Joe Theismann; el SB 20 y la inolvidable defensiva de los Monstruos del Midway de los Osos que borró a los Patriotas; el SB 24 donde la callada pero eficiente defensiva de los 49ers apagó a los Broncos de un encendido John Elway; el SB 35 con la dominante defensiva de los Cuervos sobre unos inofensivos Gigantes; y el SB 48 con la abrumadora defensiva de la Legión del Boom de los Halcones Marinos neutralizando a unos inoperantes Broncos con todo y Peyton Manning.
Todos esos tuvieron algo en común, las defensivas decidieron el encuentro; quizá con alguna que otra jugada ofensiva que destacar por parte de los ganadores, pero al final fueron las unidades de defensa las que marcaron el rumbo, no por nada me viene a la mente una reflexión de Roger Staubach tras aquella apabullante victoria de Dallas sobre Denver en el Super Bowl 12, cuando dijo que sentía un poco de pena por Craig Morton, el mariscal de los Broncos y a quien le ganó la titularidad en Dallas cuando ambos estaban bajo el mando de Tom Landry.
Aquella tarde Morton fue apabullado de tal manera que nada pudo hacer, a lo que Staubach describió como “ni Superman como quarteback podría haber hecho algo en ese juego con tal presión de la defensiva”. No en vano cabe recordar que es la única ocasión que dos jugadores fueron distinguidos como los MVP del encuentro, los defensivos Harvey Martin y Randy White.