
Tras la euforia que despertó el periodo de agencia libre hace unas semanas, las aguas parece que han vuelto a la calma en la NFL, a la espera de la celebración del Draft en la tercera semana de abril. Los ejecutivos y coaches de cada equipo ya hace su plan para sacar el mejor provecho del evento de selección de talento, sin embargo hay un tema que sigue dando de qué hablar, y más que noticioso se ha convertido en una auténtica telenovela; nos referimos al posible destino de Aaron Rodgers, el talentoso, pero muy veterano y ahora polémico quarterback que ha sido hasta etiquetado como elemento tóxico en vestidores.
Es cierto que sus actitudes han dejado mucho que desear en los últimos años tanto con Green Bay como con Nueva York Jets, donde dio más tema para habla por su carácter que por su nivel de juego, que por cierto esta muy por debajo de lo mostrado en su mejores años con los Empacadores.
A LA ESPERA DE UN CAPRICHO
Ahora la telenovela es si firmará o no con Pittsburgh; después de meses con varios equipos en la supuesta pugna por sus servicios, su actitud de diva lo ha dejado con una sola opción en puerta: ser Acerero o marcharse a casa para ver la temporada por televisión y anunciar su retiro.
Al inicio fueron Minnesota, Nueva York Gigantes, Pittsburgh y hasta muy debajo del radar San Francisco, sus posibles destinos pues de una u otra manera se habló de mucho o poco interés por el pasador, no obstante las cosas se fueron acomodando por su propio peso y los Vikingos fueron sensatos en señalar que irán con su mariscal de segundo año, JJ McCarthy, a quien proyectaban desde el año anterior como su mariscal franquicia antes de que se lesionara y quedara fuera toda la temporada.
Los Gigantes se dieron cuenta de que quizá correrían la misma suerte de los Jets con Rodgers y decidieron bajarse del tren de la ofertas y firmaron a Jameis Winston, aquel super mariscal de Florida State que nunca dio el estirón ni en Tampa Bay, ni en Nueva Orleans ni en Cleveland. De los 49ers, basta decir que todo se quedó en rumores, pues siguen en las pláticas para otorgar un mega contrato a Brock Purdy, además de que se llevaron a Mac Jones en la agencia libre, ese buen mariscal de Alabama que fue primera selección de Nueva Inglaterra en 2021 y que después de un gran año de novato y hasta playoffs con los Patriotas se fue hacia abajo. No es un secreto que Kyle Shanahan, el coach de San Francisco, sentía cierta fascinación por Jones. Ahora lo obtuvo a un precio de ganga.
Así las cosas, Rodgers sólo se ha quedado con la disyuntiva de firmar con Pittsburgh o la nada.
ILUSIONISMO
Pero siendo sinceros y fríos en caso de darse tal acuerdo, ¿de verdad Rodgers es la solución que podría llevar a los Acereros de vuelta a un Super Bowl?, porque la realidad es que para eso lo firmarían, no para otra cosa. Sólo clasificar a playoff para caer en la primera ronda sería un total fracaso.
Aún así, creo que los Acereros de Mike Tomlin están cayendo en el mismo error de ilusionismo que los Jets hace dos años cuando lo firmaron y de inmediato pensaron que con su sola presencia ya eran campeones. La realidad fue más cruel. Sólo jugó un año de dos, fue una mala temporada, por debajo de lo esperado y provocó el colapso al interior del equipo. Ese plantel de los Jets estaba listo, completo, sólo necesitaba un líder, y Rodgers no lo fue.
En Pittsburgh pareciera que sucede la misma escena: una gran defensiva, un buena ofensiva con dos muy buenos receptores, aunque aquí sin un corredor de gran calidad y, hay que decirlo, un coordinador ofensivo, Arthur Smith, que dejó mucho que desear.
Y es llegado a este punto cuando cabría preguntarnos: Hace un año los Acereros estaban en igualdad de circunstancias, necesitaban un buen mariscal de campo, lo tuvieron tres cuartas partes de la campaña en Russell Wilson y ¿qué pasó? Nada.
Y no me digan que esta versión de Rodgers es mucho mejor que Wilson; obvio no. Con un equipo igualmente completo en todas sus líneas como esos Acereros del año anterior, todos creían que Wilson sería la solución y el camino hacia un título, y la verdad fue un patético cierre de temporada con cinco derrotas consecutivas, incluyendo su eliminación en la primera ronda de la postemporada. Entonces, ¿por qué ahora tendría que ser diferente cuando realmente se mantiene el mismo coach que dirige la ofensiva?
De hecho, la temporada anterior tenían un corredor de peso con Najee Harris, ahora ni eso. Harris se fue a los Cargadores, y hoy más que nunca Rodgers, un mariscal ya con poca movilidad, requiere de un ataque terrestre que le resté presión.
Pues aun con todas esas interrogantes en la mesa, los Rooney (dueños del equipo), Tomlin y todo su staff están a la espera de que la diva de Rodgers tome la decisión de elegirlos o no, y para ser sinceros creo que los Acereros están actuando más por obsesión que por convicción en la búsqueda de Rodgers.
Y si lo anterior pareciera una exageración baste recordar que hubo interesantes ofertas de quarterbacks en la agencia libre, pero Pittsburgh decidió ignorarlas: Sam Darnold, Kirk Couisins, Geno Smith, Daniel Jones, y hasta el mismo Russell Wilson, que sigue flotando en el aire y ha sido totalmente olvidado por los Acereros, creyendo que los esperará toda la vida.
Ignoramos cuánto más durará esta novela, quizá hasta la celebración del Draft, pero lo cierto es que en todo esto hay mucho ruido y pocas nueces.
Nos vemos en dos semanas.