Nacido en Letonia hace más de un siglo, este visionario del ajedrez encontró refugio en Dinamarca alrededor del año 1920. En este nuevo entorno sembró las semillas de una nueva era en el ajedrez con sus ideas revolucionarias e inusuales. Sus conceptos desafiantes pusieron en tela de juicio las normas establecidas de la época y sentaron las bases para lo que se conocería como la Revolución Hipermoderna – un paradigma que promovía el control del centro del tablero mediante piezas menores en lugar de peones, una estrategia que fue pionera en promover.
INDIVIDUO NERVIOSO E IRRITANTE
Sin embargo, más allá de su genio en el ajedrez, Nimzovich era conocido por ser un individuo nervioso e irritante. Siempre optaba por la solución más beligerante en cualquier situación y se veía a sí mismo como perennemente desfavorecido frente a sus competidores. Su intolerancia se extendía a aspectos triviales como el alboroto ambiental o el mero aroma del tabaco; en establecimientos públicos como los restaurantes, era notorio por sus constantes quejas sobre porciones escasas o carne sobrecosida.
UNA IDIOSINCRASIA EXCÉNTRICA
En los últimos capítulos de su vida, cuando los profesionales de la salud le instaron a incrementar su actividad física para mejorar su condición física, Nimzovich – siempre fiel a su idiosincrasia excéntrica – encontró una manera singular de complacerlos: mediante la realización de ejercicio físico durante las competencias ajedrecísticas. Mientras sus adversarios reflexionaban sobre el tablero, él se apartaba a un rincón del salón para realizar una serie de ejercicios acrobáticos y gimnásticos. Sus rutinas incluían desde flexiones hasta equilibrios sobre la cabeza que dejaban estupefactos a los observadores, lo cual no solo era una manera de mantenerse en forma sino también una manifestación palpable de su espíritu rebelde y su renuencia a conformarse con lo convencional. Estos despliegues añadían un elemento inesperado y memorable a los torneos.
‘MI SISTEMA’
Sin embargo, más allá de estas peculiaridades en su comportamiento cotidiano y durante las partidas, los escritos de Nimzovich nos proporcionan una ventana íntima a su mente compleja. En ‘Mi Sistema’, su obra seminal, encontramos una fusión única de ideas ajedrecísticas revolucionarias junto con expresiones vanidosas sobre su propia genialidad, notas hipocondríacas y metáforas infantiles. Sus protestas contra aquellos incapaces de comprender su genio son recurrentes, reflejando así su frustración por no ser adecuadamente valorado durante su tiempo.

El esquema que observamos refleja el pensamiento de Nimzovich.
¿Cómo podemos aprovechar la columna abierta? Existen tres métodos:
- 1) Abrir la línea con e5, ya que el objetivo principal de una columna es siempre la invasión a la séptima u octava fila.
- 2) Utilizar la columna como trampolín para realizar, en términos de Nimzovich, un “avance restringido”. En este caso, se juega Td3, seguido de un traslado posterior a otra columna.
- 3) Colocar “un centinela”, otra ingeniosa palabra del maestro letón, en el punto más avanzado posible: Cd5. El caballo en esta posición emana una enorme fuerza.