
Lewis Hamilton, el piloto más laureado de la Fórmula 1, no ha dado hasta el momento el resultado que se le auguraba con Ferrari en la temporada 2025. Eso ha dado lugar a un potente nivel de escrutinio y, en algunos sectores, al borde de la histeria al no estar a la altura de las elevadas expectativas.
La victoria de Hamilton en la carrera al Sprint de China fue algo atípico en una serie de primeras rondas en las que luchó por acercarse lo suficiente a su compañero de equipo Charles Leclerc en la clasificación.
Como consecuencia, todo, desde el tenor de sus comunicaciones por radio con el ingeniero de carrera Riccardo Adami hasta su comportamiento en las entrevistas posteriores a la carrera, es objeto de febriles comentarios. Cuando se le preguntó por ello antes de la carrera de Jeddah, se mostró filosófico.
“Por un lado, es de esperar (Ferrari), es el mejor equipo de la historia de la Fórmula 1, es así de especial”, dijo.
Pasa por un proceso de cambio
En la última ronda en Bahréin, tanto Hamilton como el jefe del equipo, Frederic Vasseur, aludieron a los retos que supone cambiar de equipo después de 12 años trabajando en el mismo entorno y pilotando coches con un conjunto particular de características y procedimientos operativos.
“No se pueden reemplazar 12 años de colaboración en dos semanas o dos carreras”, dijo entonces Vasseur.
La actual generación de coches de F1 con efecto suelo no sólo requiere un estilo de conducción particular para explotarlos, ya que son pesados y con muelles rígidos, sino que las entradas de control y las “herramientas” del volante son cruciales para maximizar el rendimiento.
Los pilotos tienen que acumular una especie de memoria muscular para realizar ajustes de reglaje rápidos a lo largo de una vuelta, lo que se suma a la pronunciada curva de aprendizaje que supone cambiar de equipo.
Las acciones que antes eran instintivas y automáticas ahora requieren reflexión, lo que conduce a la inercia.
“Hemos pasado tiempo conociéndonos”, dice Hamilton. “Hay cambios que son a corto plazo que haremos juntos, mantener toda la grandeza y seguir construyendo todas las áreas en las que podríamos ser más fuertes. Algunos son a corto plazo y otros a largo plazo”.
Hamilton pide tiempo
Y agrega: “Hay tantas cosas buenas en este equipo que queremos aprovechar la energía y la pasión, también tenemos que proteger al equipo, porque los focos apuntan a él más que a ningún otro. Todo el mundo en este equipo tiene el corazón en ello. Es como si estuviéramos juntos en una montaña rusa, subiendo y bajando, y no tengo ninguna duda de que llegaremos a donde nos proponemos, sólo que nos llevará tiempo”.