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Ajedrez en el Paraíso (1)

Presentamos a continuación las opiniones de los GM en ocasión del debate que se celebró recientemente en el paraíso. Actuó como presidente y moderador el Maestro Wilhelm Steinitz e integraron el consejo de ancianos los Maestros Ruy López, Greco y Damiano.

Esperando ingresar al selecto grupo de genios, observan con impaciencia Fischer, Larsen y Korchnoi

Steinitz: Iniciamos la sesión plenaria XXVI. Nuestro propósito es buscar la esencia del ajedrez.

  • ¿Qué es el ajedrez? ¿Cuál es la verdad?

Philidor: ¡Son los peones! Ellos son el alma del ajedrez.

Andersen: ¡Mentira! No hacen más que estorbar. Yo los sacrifico todos con mis gambitos. El verdadero arte en el ajedrez radica en las combinaciones.

Morphy: Brillaron por su ausencia en nuestro match. Es en el dominio del centro del tablero donde comienza la verdad.

Blackburne: El ajedrez es un arte. Yo siempre busqué darle valor artístico a mis partidas.

Nimzovich: Estos viejos siempre tercos con sus ideas prehistóricas. ¿Qué no han leído Mi Sistema?

Pillsbury: No lo necesito. Juego Ad3, Tf3-h3 y doy mate.

Lasker: Nunca llegamos a un consenso. Señor presidente, sugiero que Capablanca, Alekhine y yo en una reunión confidencial, decidamos la cuestión. No en vano somos “Los Tres Grandes”.

Rubinstein: ¡Claro! Nunca quisiste jugar un match conmigo.

Maroczy: No lo hubiera soportado un mes frente a mí fumando sus fuertes puros y echando las cenizas en cualquier parte, lo mismo sobre el tablero que sobre la ropa.

Tarrasch: Durante muchísimos años, como todos ustedes saben, yo fui el teórico número uno del ajedrez y desarrollé muchas teorías como la de los dos alfiles…

Chigorin: ¿Qué objeciones le pones a los dos caballos?

Tarrasch (haciendo caso omiso): …y del centro de peones….

Nimzovich: Ahora va a insistir de nuevo en que el PD aislado representa una fuerza dinámica. ¡Bah! Basura.

Marshall: El Dr. Tarrasch no ha dicho eso.

Nimzovich (excesivamente irritado): No. ¡Pero amenaza con hacerlo!

Lasker: Al Dr. Tarrasch le falta la pasión que azota la sangre.

Tarrasch: Para usted, señor Lasker, sólo tengo dos palabras: ¡Jaque y mate!

Reti: A decir verdad, no seríamos pocos en votar por el ajedrez hipermoderno.

Steinitz: Señores, nuestra decisión debe ser unánime

Tarrasch: Una cosa es segura: hay que compadecer al hombre que no juega ajedrez, porque el ajedrez, como el amor y la música, tiene la virtud de hacer feliz al hombre.

Lasker: ¡Ah! El día que jugué contra Chigorin en el Torneo de Paris de 1900, un hombre estaba casi encima de nuestro tablero, embriagado evidentemente, mientras gritaba que aquella reunión de hombre inútiles era la vergüenza de París en el momento en que se celebraba la Feria Universal de los Adelantos del Hombre. “Acaso es esto” y señalaba hacia las mesas, “lo que nos quieren presentar como una muestra de ese avance”.

Janowsky: No era un hombre feliz. Pero para mí, el único interés es el medio juego donde puedo dar mate al rey contrario

  • Mate en dos, John Brown 1859

Solución a la semana anterior

1. Db7 Rxa1 2. Rb3

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