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Amalia Pérez, la reina de la halterofilia paralímpica

La para pesista mexicana llega, a sus 51 años, convertida en un símbolo del deporte paralímpico mundial que va por su quinta corona

Levantadora de pesas mexicana Amalia Pérez
Amelia Pérez espera ansiosa el regreso de los espectadores en París 2024. Amelia Pérez espera ansiosa el regreso de los espectadores en París 2024. (Foto: Internet.)

Amalia Pérez es una leyenda del deporte paralímpico. Lo corrobora su palmarés y su trayectoria, ya que desde su debut en Sídney 2000 no se ha bajado del podio y, en las últimas cuatro citas, ha subido a lo más alto, aspirando en París a su quinta corona consecutiva para volver a hacer sonar el himno de México en la mayor competencia internacional de deportistas con discapacidad.

Amalia Pérez (Ciudad de México, 1973) llega a París con 51 años, pero convertida en un símbolo del deporte paralímpico mexicano. Es una de las tres levantadoras de pesas, junto con la egipcia Fatma Omar y la nigeriana Lucy Ejike, que ha ganado seis medallas paralímpicas en su carrera. Las tres consiguieron su sexta medalla en los Juegos de Tokio.

Artrogriposis múltiple congénita

La deportista mexicana fue diagnosticada con artrogriposis múltiple congénita de pequeña debido a un nacimiento prematuro a los seis meses que la provocó que no se desarrollaran bien las piernas. Su madre sufrió un accidente y se precipitó todo. El médico, al ver el estado del bebé y que la madre ya tenía hijos, le sugirió un aborto.

“Le dijo a mi madre que no iba a tener tiempo para cuidarme, que probablemente moriría en un año como máximo. Me sugirió que me inyectaran aire en el corazón para que no existiera”, declara la mexicana, que, gracias a que su madre no hizo caso, empezó a practicar deporte como parte de su rehabilitación, aunque no fue hasta los dieciocho años cuando se introdujo en la halterofilia.

El deporte como estilo de vida

Su trayectoria en este deporte comenzó en 1991, en los Juegos Nacionales de Guadalajara (México), y cuando se introdujo la halterofilia femenina en los Juegos Paralímpicos de Sídney 2000 aprovechó la ocasión para llevarse la plata en la categoría de hasta 52 kilos.

En Atenas 2004 repitió plata, una experiencia que atesora como uno de sus recuerdos paralímpicos favoritos, sobre todo porque acababa de ser madre de Melissa.

La maternidad como motivación

“Fue una motivación tener a mi hija, pero sobre todo también demuestra que no hay que retirarse del deporte ni darse por vencida cuando se tiene la gran oportunidad de ser madre”, expresa.

  • Con el paso de los años fue acumulando participaciones en Juegos y medallas hasta que en Río 2016, los primeros Juegos en Sudamérica, recibió el cariño de todo un país, algo que no olvida.

“La gente se volvió loca cuando competí y yo me volvía aún más loca porque me puse súper nerviosa, muy tensa. Estoy acostumbrada a que me aplaudan y me ovacionen, pero en Río hubo mucho ruido en el estadio. No me podía concentrar por tanta energía. Por eso, haber podido vencer a Nigeria, un competidor importante, y traer el oro a mi país, es una de las cosas de las que me siento más orgullosa”, declara.

Ansiosa por retornar

Ocho años después de aquel momento, Amelia Pérez espera ansiosa el regreso de los espectadores en París 2024 después de no haberlos visto en Tokio 2020, donde ganó el oro en la categoría femenina de 61 kilos. También ganó el oro en Pekín 2008, con un levantamiento récord de 128 kg, y en Londres 2012, levantando 135 kg.

Deseosa de demostrar su capacidad

“Quiero que la gente nos vea, que nos aplauda, que nos llene de mucha adrenalina y emoción. Sobre todo, agradecemos que el público nos mire y conozca nuestro potencial. Estamos deseosas de mostrar nuestras capacidades”, apunta.

A los Juegos de París llega en buenas condiciones y entre las diez mejores del mundo. "Sé que las chicas ya me están alcanzando y, lejos de molestarme, me gusta mucho porque sé que fui una impulsora de esta disciplina”.

Pareja deportiva

Pese a todo, no será fácil conseguir la corona de campeona paralímpica que espera retener Amalia, acompañada como siempre de su esposo y entrenador, José Enrique Alvarado. En mayo, en el Mundial en Acapulco (México), consiguió el oro al levantar 129 kilos en la categoría de hasta 67 kg, por delante de su compatriota Fátima Castellanos Rodríguez. 

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