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Un Oso en la mira y los contratos de mentira

Después de un ayuno de NFL que nos pareció eterno, cuando apenas fueron cinco meses desde la celebración Super Bowl 58, ahora estamos de regreso y los temas no podían ser más candentes, ya sea por la curiosidad, incertidumbre y la desvergüenza por la manera en que han caído las cascadas de dólares para jugadores que uno se pregunta ya desde estas instancias si realmente se lo merecen.

Pero bueno, arranquemos por el primer punto que, no nos dejará mentir, nos tiene a todos en vilo, y ese es el debut y desempeño que tendrá Caleb Williams, el flamante quarterback primera selección general del Draft y que llegó a Chicago, supuestamente, para acabar con una sequía eterna en esa franquicia.

Por mucho, Williams ha sido calificado como uno de los mejores prospectos que ha llegado a la Liga, antecedido por una carrera colegial muy brillante en USC y un futuro harto prometedor que nos recuerda situaciones parecidas a cuando arribaron a la Liga jugadores como el mismo Peyton Manning, John Elway, Jim Kelly, mariscales que, desde antes de pisar la NFL, ya se auguraba un éxito rotundo por su manera de jugar.

Williams tiene no sólo grandes cualidades atléticas, como casi todos los pasadores que llegan al profesionalismo, sino también la capacidad mental para desempeñar la que quizá es la posición más sofisticada de los deportes a nivel mundial, si, la de quarterback.

Sería una mentira si no se esperara que sea un jugador de impacto inmediato; que es verdad, no como para meter a los Osos a los playoffs, pero si para ver progresos importantes en su primer año. Un comentario que llamó la atención durante sus primeras prácticas en el campo de entrenamiento fue que algunos de los linebackers tuvieron que aceptar que Williams logró engañarlos con la mirada, algo que es sumamente penosos para un defensivo ante un mariscal de campo novato.

Chicago tiene un buen equipo y, si es bien llevado por el coach Matt Eberflus, podríamos estar ante el inicio de una exitosa historia; no obstante, no hay que pasar por alto que la presión será fuerte para el entrenador, lo que podría jugar en contra del desarrollo natural de este mariscal de campo. Aun así, creemos que Caleb Williams dará cosas buenas de que hablar durante la campaña.

ESOS CONTRATOS INMERECIDOS

Como segundo punto a tratar no podemos ser ajenos a la feria de egos, ya no sabemos si de los jugadores (sus representantes) o de los mismos dueños de los equipos, que en años muy recientes han abierto en serio la cartera para no sólo asegurar a sus mariscales de campo, sino para arroparlos con unas cantidades de dólares que rayan en lo absurdo cuando miramos lo que ha hecho cada uno de ellos y juzgamos, desde la lógica, si realmente lo merecen.

Es verdad que el deporte profesional actual es un gran, gran negocio, una danza de millones de dólares en donde pareciera que la meta es quién dará más y quien pedirá más (sin reconocer si tiene los méritos o no) con tal de no quedar atrás.

La realidad es que a veces raya en el capricho lo que ha sucedido con las famosas y esperadas pero temidas extensiones de contrato para los jugadores estrella, especialmente los quarterbacks.

Aún recordamos cuando, hace ya más de un cuarto de siglo, Peyton Manning se convirtió en el jugador mejor pagado de la historia de la NFL al firmar un acuerdo por más de 100 millones de dólares, si, el primer jugador de 100 mdd, y aquello parecía una locura; sin embargo, lo que hemos presenciado en la actualidad nos deja atónitos.

En la actualidad no hace falta ser un adivino para saber que llegada la fecha de renovación de contrato para un mariscal de campo la cifra será de más de 200 mdd, y sin embargo nos seguimos cuestionando, cuántos de ellos realmente han hecho méritos para firmar por una cantidad así.

Es cierto, y no se puede objetar que el futbol americano es un deporte muy desgastante física y mentalmente, que mantener un alto nivel quizá sólo sea unos cuantos años porque el cuerpo no puede soportar más, y que, siendo sinceros, la millonada que obtiene la Liga por convenios de transmisión y otros y muy diversos ingresos, permite contratos de tales dimensiones, pero siendo coherentes, y si nos apegamos a lo que han logrado cada uno de los hoy pasadores mejor pagados de la NFL quizá el único que lo merece a todas luces es Pat Mahomes de Kansas City.

MAHOMES NO ES EL MEJOR PAGADO

Quizá muchos han olvidado que hace unos años firmó el contrato más lucrativo de la historia del deporte por 450 mdd a 10 años. Su palmarés lo acredita con tres triunfos en cuatro apariciones en Super Bowl. Y aun así, no es el mejor pagado, ojo, porque de acuerdo a los estándares el ganador es aquel que recibe más dinero por año, y si dividimos el acuerdo de Mahomes entre 10 temporadas, pues nos arroja 45 mdd por año, cifra que lo coloca fuera del top ten entre los pasadores mejor remunerados. Sí, no es broma.

Todo esto viene a colación porque durante la semana anterior el equipo de Green Bay decidió extender el contrato de Jordan Love, su pasador, a 220 mdd por 4 años, es decir, lo que lo convierte en el número uno en ese rubro, y la pregunta es: ¿De verdad Love ya vale esa cantidad o sólo porque la inflación ha tasado de esa manera los acuerdos para los quarterbacks a últimas fechas en la NFL? ¿Qué ha hecho Love para merecer ese contrato?

Sin importar que su total es apenas la mitad del contrato de Mahomes, los 55 mdd por año que recibirá Love lo hacen el mejor pagado en la posición junto con otros como Joe Burrow de Cincinnati y Trevor Lawrence de Jacksonville con la misma cantidad anual.

En la lista les siguen Tua Tagovailoa de Miami con 53.1 mdd, Jared Goff de Detroit con 53 mdd, Justin Herbert de Los Angeles Chargers con 52.5 mdd, Lamar Jackson de Baltimore con 52 mdd, Jalen Hurts de Filadelfia con 51 mdd, Kyler Murray de Arizona con 46.1 mdd, Deshaun Watson de Cleveland con 46 mdd y en la casilla número 11,como ya comentamos, Mahomes con 45 mdd.

EXAMEN DE CONCIENCIA

Si aún tiene dudas, vuelva a echar un vistazo a la lista y sea sincero al responder: ¿Todos ellos se merecen esa cascada de dinero? Quizá Burrow, que ya ha llegado a un Super Bowl con los Bengalies, Goff que también lo hizo con los Carneros y ahora estuvo en la antesala con los Leones; pero ¿y los demás? Lawrence apenas comienza su carrera con los Jaguares donde aún es una promesa; Herbert con los Cargadores aún debe dar el estirón y meterlos a una postemporada; Jackson ha tenido grandes temporadas con los Cuervos, ha sido dos veces el MVP del Año pero se ha achicado en el juego decisivo en playoffs; Hurts sólo ha tenido una gran campaña con las Águilas, la de Super Bowl hace dos años; Murray es electrizante con los Cardenales, pero no ha ganado un sólo juego de playoff; y Watson, a pesar de sus grandes años con los Texanos, ha quedado a deber mucho con los Browns, y al momento ha sido todo un fiasco para el dineral que le dieron.

Sin temor a equivocaciones, eso se ha vuelto un carrusel de vanidades, donde el mejor ya no es el que más juegos y títulos gana, sino el que percibe más dinero, y eso desvirtúa la filosofía del deporte.

Es cierto, deben ser bien remunerados por el riesgo de este deporte, pero el tamaño de dichos contratos sólo encarece a los equipos y los pone contra la pared al momento de querer contratar o retener a figuras que pueden hacer un conjunto más completo.

Esa vanidad monetaria ha hecho que algunos se pierdan del firmamento de un título como Kirk Cousins, que dejó Minnesota por un jugoso acuerdo con Atlanta, y lo mismo podría suceder con Dak Prescott en Dallas, ya que aún siguen las pláticas sobre su extensión de contrato para hacerlo quizá el mejor pagado, pero aún sin llevarlos ni siquiera a un juego por el Campeonato de la Conferencia Nacional. Prescott no ha dudado en señalar que está dispuesto a cambiar de equipo si no logra sus pretensiones económicas en Dallas.

Creemos que en los Vaqueros se vive el mejor ejemplo del encarecimiento que provocan estos contratos exorbitantes, ya que el dueño Jerry Jones está más preocupado por pagarle una millonada a Prescott que en contratar corredores, algo que se vio y sonó mucho fuera de temporada; apenas y fue por la ganga de un cartucho muy quemado como Ezequiel Elliott.

Todo lo anterior es, más que un antecedente, una bomba sobre las finanzas de un equipo, y para muestra esta lo que sucederá el año entrante en San Francisco, cuando deban sentarse a platicar con el representante de Brock Purdy, su joven y talentoso quarterback que los ha metido a dos finales consecutivas de la NFC y a un Super Bowl.

Jed York, el mandamás de los 49ers, ha dicho que no escatimará en el contrato de Purdy pues se lo ha ganado, y quizá en eso tenga razón, pero y qué pasará con todas las figuras del equipo que también están llegando al momento límite de una nueva extensión contractual?

En fin, parece una historia que cada vez tendrá más y más super millonarios, aunque no todos lo merezcan.

Jugador Contrato Contrato x años Salario anual

Jordan Love (Green Bay Packers) 220mdd x 4 años 55 mdd

Joe Burrow (Cincinnati Bengals) 220mdd x 4 años 55 mdd

Trevor Lawrence (Jacksonville Jaguars) 275mdd x 5 años 55 mdd

Tua Tagovailoa (Miami Dolphins) 212 mddx4 años 53.1mdd

Jared Goff (Detroit Lions) mdd x 4 años 53 mdd

Justin Herbert (Los Angeles Chargers) 262.5mdd x 5 años 52.5 mdd

Lamar Jackson (Baltimore Ravens) 260mdd x 5 años 52 mdd

Jalen Hurts (Philadelphia Eagles) 255mdd x 5 años 51 mdd

Kyler Murray (Arizona Cardinals) 230.5mdd x 5 años 46.1 mdd

Deshaun Watson (Cleveland Browns) 230mdd x 5 años 46 mdd

Patrick Mahomes (Kansas City Chiefs) 450mdd x 10 años 45 mdd

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