Si no sabes lo que podrías preparar para tu cena de Navidad, ¡no te preocupes!, Destino C, recopiló algunas de las propuestas gastronómicas para que no te falte nada en esta cena navideña. Sin duda, algunos de los platillos más emblemáticos son una mezcla de influencias indígenas, españolas y contemporáneas que podrás disfrutar con tu familia.
Pavo relleno
Este platillo, combina ingredientes tradicionales como carne molida, frutas secas, almendras y especias y dependiendo del gusto personal, se suele incluir manzana y/o plátano macho, creando un relleno que equilibra lo dulce y lo salado. Generalmente se hornea hasta alcanzar un textura jugosa y aromática y se sirve acompañado de salsas caseras que realzan sus sabores, convirtiéndolo en una experiencia inolvidable en cada Navidad.
Romeritos con mole y camarones
Los romeritos son uno de los platillos más representativos de la cena navideña, especialmente en el centro del país. Este guiso se prepara con romeritos, una hierba de textura suave que combina perfectamente con el mole, las papas y el camarón seco, o en tortitas de camarón.
La mezcla de ingredientes crea un platillo con profundas raíces en la cocina prehispánica, enriquecido con sabores traídos por la influencia colonial. Los romeritos no solo destacan por su sabor, sino también por su simbolismo, ya que evocan la conexión con la tierra y las tradiciones familiares en esta época del año.
Bacalao a la vizcaína
El bacalao a la vizcaína es también uno de los platillos más emblemáticos de las cenas navideñas, con raíces que se remontan a la influencia española en la gastronomía local. Este guiso, preparado con bacalao desalado, se cocina con una mezcla de jitomate, aceitunas, alcaparras, papas y chiles güeros, logrando un equilibrio entre sabores salados, ácidos y ligeramente picantes.
Aunque la receta original proviene del País Vasco, en México se ha adaptado con toques únicos, como la incorporación de ingredientes locales y especias que enriquecen su sabor. Tradicionalmente, se sirve acompañado de bolillos o baguette, convirtiéndose en un platillo que no puede faltar en la mesa durante las festividades decembrinas.
Tamales
Los tamales son un platillo indispensable en estas celebraciones. Estas pequeñas delicias, envueltas en hojas de maíz o de plátano, representan la riqueza de la gastronomía tradicional y la diversidad cultural del país.
Elaborados a base de masa de maíz, los tamales pueden tener un sinfín de rellenos según la región: desde los clásicos de carne de cerdo o pollo en salsa roja o verde, hasta opciones dulces con ingredientes como piña, pasas o chocolate. Durante la Navidad, son un acompañamiento perfecto para platillos principales o el centro de reuniones familiares en posadas y cenas.
Lomo de Cerdo
El lomo de cerdo es uno de los protagonistas en las cenas navideñas, apreciado por su versatilidad y capacidad para adaptarse a distintas preparaciones y estilos. Este corte de carne, tierno y jugoso, suele cocinarse al horno, relleno o acompañado de salsas que varían según las tradiciones familiares.
Entre las versiones más populares destaca el lomo relleno, que combina ingredientes como carne molida, frutos secos, manzana, nueces y especias, creando un equilibrio de sabores dulces y salados al igual que el pavo. También es común prepararlo en salsas agridulces, como de ciruela, durazno o chipotle con miel, que realzan su sabor y le dan un toque sofisticado.
Este platillo no solo es un deleite gastronómico, su preparación suele ir acompañada de guarniciones como puré de papa, ensaladas frescas o arroz, completando un menú festivo y memorable.
El imperdible de la temporada... Ponche de frutas
El ponche de frutas es una de las bebidas más icónicas de estas fechas. Servido caliente, este preparado es una mezcla de frutas frescas y secas que incluye tejocotes, guayabas, caña de azúcar, manzanas, ciruelas pasas, jamaica y tamarindo. A menudo se aromatiza con canela, clavo y piloncillo, creando un sabor dulce, especiado y reconfortante.
Originado en Asia y adaptado en México durante la época colonial, el ponche es más que una bebida: simboliza la calidez de los hogares mexicanos y la unión familiar. En muchas ocasiones, se le añade un toque “piquete”: licor, como ron o brandy, para darle un giro festivo.
Esta bebida no solo acompaña las cenas navideñas, sino también otras tradiciones decembrinas, como las posadas, donde se comparte junto con tamales y buñuelos.
Así que ya lo sabes, la noche del 24 de diciembre no solo es un banquete, sino también una celebración llena de calidez, villancicos y la emblemática piñata de siete picos, simbolizando el espíritu de unión y esperanza que caracteriza estas fechas.
¡Felices fiestas!